"Aló Presidente" comenzó sus transmisiones el 23 de
mayo de 1999. Ese día de este año Chávez estaba en Ecuador
celebrando el 187 aniversario de la Batalla de Pichincha. Mañana se
inicia la conmemoración del décimo aniversario del programa.
El caso de Hugo Chávez es excepcional en la historia
de la política. Otros han logrado fama y celebridad a través de la
prensa escrita, radial o televisiva, pero nunca una idea
revolucionaria hizo uso de un medio de comunicación con tanta
eficacia. En la épica lucha de la Revolución Bolivariana, sin ese
programa, el imperialismo y la oligarquía, con su control casi
absoluto de los medios de comunicación masiva, sus calumnias y
mentiras, habrían destruido la Revolución en Venezuela.
He calculado conservadoramente que en esos 10 años
el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ha dedicado 1 536 horas
netas, es decir las equivalentes a 64 días completos, en un programa
para informar y educar a la nación.
En ese incesante intercambio enseñaba y aprendía,
educaba y era educado por el pueblo. Leía, adquiría y transmitía
conocimientos. Estudiaba y recomendaba libros; recordaba la rica
historia de su país, las luchas y los sueños proféticos de Bolívar,
muchos de cuyos discursos conocía de memoria.
El "Aló Presidente" se convirtió en un programa para
Venezuela, y para los que en este planeta deseamos conocer lo que
sucede y lo que puede suceder. Entre mis tareas semanales dedico al
"Aló" una cuota de tiempo.
Lo más alentador es que el pueblo humilde y
combativo de Venezuela apoya a Chávez cada vez más. Crece el número
de trabajadores y de jóvenes que ingresan en las filas
revolucionarias. Está ganando la batalla de ideas.
Familiares allegados me cuentan que está muy bien de
salud, nunca lo habían visto con más entusiasmo y vitalidad; corre
40 minutos diariamente y ha rebajado libras de sobrepeso en un mes.
Nos alegramos. Ha sido un gran amigo en días difíciles de la
Revolución. Hemos resistido y seguiremos resistiendo firmemente.
Tenemos hoy más razones que nunca para hacerlo.