Decidí escribir esta reflexión después de escuchar
un comentario público divulgado por un medio masivo de la
Revolución, que no voy a mencionar concretamente.
Hay que tener mucho cuidado con todo lo que se
afirma, para no hacerle el juego a la ideología enemiga. No se puede
acusar al período especial del sistema que el imperialismo ha
impuesto al mundo; no inventó el cambio climático, la civilización
que depende del consumo de los hidrocarburos, el transporte de cada
miembro de la familia en automóviles que viajan casi vacíos, ni la
nefasta idea de convertir los alimentos en combustible; no inventó
las guerras mundiales por el reparto del planeta, las bases
militares, las armas nucleares y radioelectrónicas, los satélites
espaciales que todo lo espían y dirigen al blanco rayos letales, los
cohetes teledirigidos, los submarinos que disparan desde mil metros
de profundidad, la ciencia y la tecnología al servicio de la muerte
y la destrucción.
Tampoco inventó la geografía política y las tierras
de que dispone cada nación, que fueron fruto de otros factores
históricos.
Medítese bien lo que se dice, lo que se afirma, para
no hacer concesiones vergonzosas. Analícese la naturaleza y la
psicología de los seres humanos; su tiempo para actuar es muy breve
y constituye realmente una fracción de segundo en la historia de la
especie. Comprender esto es un gran remedio contra vanidades.
El período especial fue consecuencia inevitable de
la desaparición de la URSS, que perdió la batalla ideológica y nos
condujo a una etapa de resistencia heroica de la cual no hemos
salido completamente todavía.
¡Qué difícil es ser breve en la batalla de ideas!
Fidel Castro Ruz
15 de abril de 2008
4 y 45 p.m.