El pasado viernes 3 de diciembre la ONU decidió
dedicar una sesión de la Asamblea General al análisis de la epidemia
de cólera en ese hermano país. La noticia de esa decisión era
esperanzadora. Seguramente serviría para advertir a la opinión
internacional de la gravedad del hecho, y movilizar su apoyo al
pueblo haitiano. Al fin y al cabo, su razón de existir es enfrentar
problemas y promover la paz.
El momento actual de Haití es grave, y la ayuda
urgente requerida es poca. Nuestro agitado mundo invierte cada año
un millón 500 mil millones de dólares en armas y guerras; Haití —un
país que hace menos de un año sufrió el brutal terremoto que
ocasionó 250 mil muertos, 300 mil heridos y enorme destrucción— lo
que requiere para su reconstrucción y desarrollo asciende, según
cálculos de expertos, a 20 mil millones, solo el 1,3% de lo que se
gasta en un año a tales fines.
Pero no se trata ahora de eso, que constituiría un
simple sueño. La ONU no solo apela a una modesta solicitud económica
que se podría resolver en unos minutos sino también a 350 médicos y
2 000 enfermeras, que los países pobres no poseen y los países ricos
se los suelen arrebatar a los pobres. Cuba respondió de inmediato,
ofreciendo 300 médicos y enfermeras. Nuestra Misión Médica Cubana en
Haití atiende casi el 40% de los afectados por cólera. Rápidamente,
después del llamamiento de la Organización Internacional, se dio a
la tarea de buscar las causas concretas del alto índice de
letalidad. La baja tasa de los pacientes que ellos atienden es
inferior al 1% —se reduce y seguirá reduciendo cada día— frente al
3% de las personas atendidas en los demás centros sanitarios que
laboran en el país.
Es evidente que el número de fallecidos no se limita
solo a las más de 1 800 personas que se reportan. En dicha cifra, no
constan los que fallecen sin asistir a los médicos y centros de
salud existentes.
Indagando las causas de los que acudían con mayor
gravedad a los centros de lucha contra la epidemia atendidos por
nuestros médicos, ellos observaron que estos procedían de las
subcomunas más distantes y con menos comunicación. La superficie de
Haití es montañosa, y a muchos puntos aislados solo puede llegarse
caminando por terrenos abruptos.
El país se divide en 140 comunas, urbanas o rurales,
y 570 subcomunas. En una de las subcomunas aisladas, donde viven
aproximadamente 5 000 personas —según cálculos del Pastor
protestante— 20 habían muerto por la epidemia sin asistir a un
centro de salud.
De acuerdo con investigaciones urgentes de la Misión
Médica Cubana, en coordinación con las autoridades sanitarias, se ha
constatado que 207 subcomunas haitianas en los puntos más aislados
carecen de acceso a los centros de lucha contra el cólera o de
atención médica.
En la reunión mencionada de Naciones Unidas, esta
ratificó la necesidad informada por la señora Valerie Amos,
subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, quien
visitó con urgencia durante dos días el país y calculó la cifra de
los 350 médicos y 2 000 enfermeras. Hacía falta conocer los recursos
humanos existentes en el país para calcular la cifra del personal
requerido. También ese factor dependerá de las horas y días
consagrados por el personal que lucha contra la epidemia. Un hecho
importante a tener en cuenta es no solo el tiempo que se dedica al
trabajo, sino el horario. En el análisis del alto índice de
mortalidad se observa que el 40% de la letalidad ocurre en horas de
la noche, lo cual evidencia que a esa hora los pacientes afectados
no reciben igual atención a su enfermedad.
Nuestra Misión estima que el uso óptimo del personal
reduciría el total mencionado. Movilizando los recursos humanos
disponibles de la Brigada "Henry Reeve" y los graduados de la ELAM
con que se cuenta, la Misión Médica Cubana está segura de que, aún
en medio de las enormes adversidades originadas por la destrucción
del terremoto, el huracán, las lluvias impredecibles y la pobreza,
la epidemia puede ser dominada y preservar la vida de miles de
personas que en las actuales circunstancias inexorablemente
morirían.
El domingo 28 tuvieron lugar las elecciones a la
presidencia, la totalidad de la Cámara de Representantes y de una
parte del Senado, lo cual constituyó un evento tenso y complejo que
nos preocupó seriamente, por lo que se relaciona con la epidemia y
la situación traumática del país.
En su declaración del 3 de diciembre el Secretario
General de la ONU señaló textualmente: "‘Insto a todos los actores
políticos, cualesquiera que sean las quejas o reservas sobre el
proceso, a que se abstengan de usar la violencia y a que empiecen a
debatir el asunto de manera inmediata y encontrar una solución antes
de que empiece una crisis seria’", informó una importante agencia de
noticias europea.
El Secretario General, de acuerdo con dicha agencia,
exhortó a la comunidad internacional a cumplimentar la entrega de
164 millones de dólares, de los cuales solo han suministrado el 20%.
No es correcto dirigirse a un país como quien regaña
a un niño pequeño. Haití es un país que hace dos siglos fue el
primero en este hemisferio en poner fin a la esclavitud. Ha sido
víctima de todo tipo de agresiones coloniales e imperialistas. Fue
ocupado por el Gobierno de Estados Unidos hace apenas seis años,
después de promover una guerra fratricida. La existencia de una
fuerza de ocupación extranjera, en nombre de las Naciones Unidas, no
priva a ese país del derecho al respeto a su dignidad y a su
historia.
Consideramos correcta la posición del Secretario
General de Naciones Unidas de exhortar a los ciudadanos haitianos a
evitar enfrentamientos entre ellos. El día 28, en horas
relativamente tempranas, los partidos de oposición suscribieron un
llamamiento a protestar en la calle, provocando manifestaciones y
creando notable confusión dentro del país, especialmente en Puerto
Príncipe; y sobre todo en el exterior del país. No obstante, tanto
el Gobierno como la oposición lograron evitar actos violentos. Al
día siguiente la nación estaba en calma.
La agencia europea informó que Ban Ki-moon había
declarado con relación a "las elecciones del pasado domingo en Haití
[¼ ] que ‘las irregularidades’
registradas ‘parecen ahora más serias que lo que se pensó en un
principio’."
Quien leyó todas las informaciones procedentes de
Haití y las declaraciones ulteriores de los principales candidatos
de la oposición, no pueden comprender que quien está apelando a
evitar luchas fratricidas después de la confusión creada entre los
electores, en vísperas de los resultados del escrutinio que
determinarán los dos candidatos rivales en la elección de enero
declare ahora que los problemas eran más serios que lo que él pensó
en un principio, lo que equivale a echar leña en el fuego de los
antagonismos políticos.
Ayer, 4 de diciembre, se cumplió el 12 aniversario
del arribo a la República de Haití de la Misión Médica de Cuba.
Desde entonces, miles de médicos y técnicos de la salud pública
cubana han prestado sus servicios en Haití. Con su pueblo hemos
convivido en tiempos de paz o de guerras, terremotos y ciclones. Con
él estaremos en estos tiempos de intervención, ocupación y
epidemias.
El Presidente de Haití, las autoridades centrales y
locales, sean cuales fueren sus ideas religiosas o políticas, saben
que pueden contar con Cuba.