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21 de diciembre de 2007
Actualizado 10:30 a.m. hora local
Refinería de Cienfuegos, un día histórico
JUAN DIEGO NUSA PEÑALVER
Venezuela está animando uno de los sueños primarios de
los Padres fundadores, la unidad e integración de Nuestra América, con
la reinauguración este viernes de la refinería Camilo Cienfuegos, en la
llamada Perla del Sur, 256 kilómetros al sudeste de La Habana.
Esa industria fue una de las grandes inversiones
iniciada a finales de la década de 1970 con la colaboración de la
desaparecida Unión Soviética. Su etapa de proyección, microlocalización
y movimiento de tierra se empezó en el período de 1977-1983, mientras su
construcción y montaje tuvo lugar de 1983 a 1990.
Operó de manera intermitente desde 1991 hasta abril de
1995, cuando el Gobierno cubano, en pleno período especial, decide
paralizar sus motores y proceder a su conservación a la espera de
mejores tiempos económicos. El contexto no era propicio ante la
suspensión de los embarques petroleros soviéticos acordados con La
Habana.
Corrían los tiempos del derrumbe de la URSS y del campo
socialista del este europeo, además de la intensificación del genocida
bloqueo económico, comercial y financiero de las administraciones
norteamericanas contra el pequeño país antillano.
La economía de la Isla necesitaba la refinación de
petróleo en la planta de Cienfuegos, con una significativa capacidad
instalada de tres millones de toneladas anuales. Las tentativas de crear
empresas mixtas con naciones extranjeras se desplomaron, algunas incluso
poco antes de firmar los convenios.
Sin embargo, los cubanos no arriaron banderas, ni
cambiaron de bando, ni mucho menos transmutaron el color.
La victoria de Hugo Chávez en Venezuela en 1998 y su
admiración por la Revolución cubana abrieron nuevas esperanzas para
reactivar este emporio productivo.
La aurora del alba, muy a pesar del Imperio, llegó el 10
de abril de 2006 con la creación de la empresa mixta cubano-venezolana
PDV-Cupet S.A, para someter a la industria a una ampliación y
modernización capital a un costo de más de 100 millones de dólares, lo
que le devolvió nuevos y mejores bríos.
Rafael Ramírez, ministro venezolano de Energía y Minas,
destacó a este redactor que con la reactivación de la refinería Camilo
Cienfuegos se le abrió un agujero al bloqueo económico norteamericano
contra la Patria de José Martí.
Su rehabilitación, con tecnología muy moderna,
constituye el proyecto energético más importante de la Alternativa
Bolivariana para las Américas (ALBA) en Cuba, el cual posibilitará en
una primera etapa procesar 65 mil barriles de crudo diariamente, de los
cuales se extraerán gasolina, turbo combustible, diesel, fuel oil y gas
licuado de petróleo (GLP).
Y más aún, la instalación cubana es parte del esquema
logístico de Petrocaribe, desde donde se suministrarán productos a
países de Centroamérica, tales como Belice, Nicaragua y Honduras.
La remozada industria sobresale igualmente por su
capacidad de almacenaje: 4,2 millones de barriles, de los cuales 2,2
millones (350 mil metros cúbicos) son de crudo, 1,8 millones de
productos terminados y el resto de artículos intermedios.
Además, en sus predios se edificó en el tiempo récord de
60 días un nuevo poblado, el Simón Bolívar, de 100 petrocasas donadas
por la Patria del Libertador.
Son los tiempos del ALBA. Se pretende incluso convertir
la zona en un polo industrial de Cuba, el Caribe y Latinoamérica. Los
planes son ambiciosos, pero posibles.
Indudablemente este 21 de diciembre de 2007 hará
historia.
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