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6 de septiembre de 2006 África en los No Alineados Contra la insensibilidad y el egoísmo ARNALDO MUSA
La tasa de mortalidad infantil de menores de un año es de 107 por 1 000 nacidos vivos y la esperanza de vida es de 48 años, 30 menos que en las naciones ricas. Esto constituye un tema de la cargada agenda que los países africanos tendrán en la próxima reunión cumbre del Movimiento de los No Alineados, donde, sin duda, serán denunciados la insensibilidad y el egoísmo de los explotadores de siempre. África tiene gran peso dentro del Movimiento, ya que sus 53 países son miembros del NOAL y en suelo continental se han celebrado cinco conferencias al máximo nivel: El Cairo, Egipto, 1964: Lusaka, Zambia, 1970; Argel, Argelia, 1973; Harare, Zimbabwe, 1986, y Durban, Sudáfrica, 1998. "Sería impensable un Movimiento de Países No Alineados, la concertación política del Sur, sin el valioso aporte de cada uno de los países de este continente", expresó el canciller cubano, Felipe Pérez Roque, en la más reciente Cumbre de la Unión Africana, el 30 de junio último en Banjul, Gambia. La próxima XIV Cumbre se celebrará en un momento de importancia en el acontecer internacional, cuando el gobierno de Estados Unidos lleva a cabo una política injerencista y no oculta sus intenciones de dominar completamente el planeta. El continente africano, por eso, no ha escapado a las tendencias hegemónicas predominantes en la Casa Blanca. África es promotora, junto a las restantes naciones del Tercer Mundo, de los cambios que deben introducirse en el sistema de Naciones Unidas, para que ese organismo represente por igual los intereses de todas las naciones y deje de ser un instrumento al servicio de Occidente, especialmente de Estados Unidos. Una de sus principales demandas consiste en ocupar dos asientos permanentes y cinco no permanentes en el Consejo de Seguridad. África no ocupa asientos permanentes en el Consejo de Seguridad y los Países No Alineados pueden dar un impulso a tan justa aspiración. Otra prioridad de África es alcanzar el desarrollo socioeconómico. Con cooperación, capital y mercado pudiera explotar para sí su abundante variedad de minerales, petróleo y gas, enormes tierras cultivables y recursos hídricos capaces de producir energía barata para el desarrollo. Pero el llamado continente negro depende de los ingresos externos de sus producciones agrícolas y recursos minerales, y en ese sentido, choca con los intereses egoístas de las naciones ricas, que subvencionan ampliamente a sus agricultores y explotan indiscriminadamente su subsuelo. África ha pedido la anulación de los débitos externos ascendentes a unos 325 000 millones de dólares a sus acreedores occidentales, pero estos solo condonaron la deuda a 14 países, como la devolución de una migaja de las riquezas extraídas a esa región, que sufre el permanente éxodo de sus jóvenes hacia Europa —donde son víctimas de rigurosas leyes contra los inmigrantes— para evadir el hambre y el desempleo. Y esto es solo una parte de los problemas de este continente, donde la pobreza hace morir diariamente a miles de personas, unos 30 millones de subsaharianos están afectados con el virus del SIDA y muchos más con la malaria. La sequía y las plagas obligan a vivir de ayudas alimentarias. Toda esta situación será tratada seguramente por las delegaciones africanas que se darán cita en la nueva edición de los No Alineados en La Habana, una oportunidad para gestar el camino de denuncia y un plan de acción que traten de revertir la situación de explotación que vive el continente.
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