Breve reseña histórica del Movimiento La formación y consolidación del campo socialista tras la derrota del fascismo en la II Guerra Mundial, el desmoronamiento de los imperios coloniales, el desarrollo de un mundo bipolar y la emergencia de dos bloques militares: la OTAN y el Pacto de Varsovia, conformaron un nuevo panorama internacional, que propicio el surgimiento de foros de concertación multilateral promovidos por los países del Sur. En este contexto, los países subdesarrollados, en su mayoría de Asia y África, sintieron la necesidad de unir esfuerzos en la defensa común de sus intereses, en la consolidación de sus independencias y soberanías y en el rescate cultural y económico de sus pueblos, además de expresar un fuerte compromiso con la paz al declararse "no alineados" a ninguno de los dos bloques militares nacientes. Con los objetivos de debatir y avanzar una estrategia encaminada a lograr tales propósitos, tiene lugar la Conferencia Afro-Asiática de Bandung, en Indonesia, en abril de 1955, donde se dieron cita 29 Jefes de Estado y Gobierno de la primera generación postcolonial de líderes, y cuya finalidad expresa fue la de identificar y evaluar los problemas mundiales del momento y concertar políticas para enfrentarlos. Aunque los líderes asiáticos y africanos reunidos en Bandung podrían tener diversas tendencias políticas e ideológicas; o diferentes enfoques sobre las sociedades que aspiraban a construir o reconstruir, existía un proyecto común que les convocaba y daba sentido a una concertación más estrecha de posiciones. Su programa mínimo común incluía la descolonización política de Asia y África. Además, todos estaban de acuerdo en que la independencia política recién recuperada sólo era un medio para lograr el fin de la liberación económica, social y cultural. La reunión de Bandung ha sido considerada como el antecedente más inmediato de la creación del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), que surgió finalmente seis años después, con un criterio geográfico más amplio, al celebrarse en Belgrado la Primera Conferencia Cumbre, entre el 1ro. y el 6 de septiembre de 1961. A esta cita asistieron los Jefes de Estado o Gobierno de 25 países y delegados observadores de otros tres. Esta Primera Cumbre del MNOAL fue convocada por los entonces líderes de la India, Indonesia, la República Árabe Unida (Egipto y Siria) y Yugoslavia. El 26 de abril de 1961 los Presidentes de la República Árabe Unida (Nasser) y Yugoslavia (Tito) se dirigieron a los Jefes de Estado y Gobierno de 21 países "no alineados" y sugirieron que teniendo en cuenta los recientes acontecimientos mundiales y el aumento de la tensión internacional debía celebrarse una Conferencia para promover el mejoramiento de las relaciones internacionales, el enfrentamiento a las políticas de fuerza y el arreglo constructivo de conflictos y otras cuestiones preocupantes en el mundo. El mensaje conjunto agregó que el Presidente de Indonesia (Sukarno) reafirmó los criterios sobre la necesidad de dicha reunión. Esta propuesta asumió una forma mas concreta por medio de una invitación formulada de conjunto por los Presidentes de la República Árabe Unida (Nasser), Yugoslavia (Tito) e Indonesia (Sukarno) emitida el 18 de mayo de 1961. La carta firmada por estos tres Presidentes también mencionaba que el Primer Ministro de la India (Nehru) había expresado satisfacción en ser agregado a la lista de los Presidentes que emitían la invitación a los Gobiernos de los países concernidos. Cuba, donde la Revolución había triunfado dos años antes, fue la única nación latinoamericana que estuvo entre las fundadoras del Movimiento, consciente de la importancia histórica que tenía para los países subdesarrollados de todas partes del mundo avanzar hacia la unidad y la concertación. El Movimiento desempeñó un rol importante en el apoyo a las naciones que entonces luchaban por su independencia en el Tercer Mundo y brindó su estrecha solidaridad a las aspiraciones más justas de la humanidad. Contribuyó de forma innegable al triunfo de la lucha por la independencia nacional y la descolonización, lo que le permitió mantener un importante prestigio diplomático. De Cumbre en Cumbre, durante los años sesenta y setenta, la «no alineación», transformada ya en el «Movimiento de Países No Alineados» que incluía a casi todos los países de Asia y África, fue convirtiéndose en frente de concertación para luchar por reivindicaciones económicas y políticas para el mundo en desarrollo. Conseguido el propósito de la emancipación, las Conferencias testimoniaron una creciente preocupación por los aspectos económicos, además de los estrictamente políticos. Una muestra de ello fue el nacimiento, en la Conferencia de Argel de 1973, del concepto de "nuevo orden económico internacional". Ya al finalizar la década de los 80, el Movimiento enfrenta el gran reto que representó el derrumbe del campo socialista. El fin del enfrentamiento entre los dos bloques antagónicos que le dieron razón de existencia, nombre y esencia fue visto por algunos como el inicio del fin del MNOAL. El hecho de que Yugoslavia ocupara la Presidencia del Movimiento en ese período, momento en que se produjo también el desmembramiento de ese país, condujo a una disminución significativa de la actividad de este foro de concertación política. EL MNOAL no pudo escapar de las dificultades para accionar con efectividad en una adversa situación política internacional, marcada por el hegemonismo y unipolarismo, así como por dificultades y conflictos internos dada la heterogeneidad de su membresía y, por ende, diversidad de intereses. No obstante, y a pesar de estos reveses, ha quedado demostrado que en la actual coyuntura internacional los principios y objetivos de la no-alineación mantienen su plena vigencia y validez. La condición primaria que dio origen al MNOAL, la no-alineación a los bloques antagónicos, no ha perdido su vigencia con el fin de la Guerra Fría. La desaparición de uno de los bloques no ha eliminado los acuciantes problemas del mundo. Por el contrario, renovados intereses estratégicos de dominación se agudizan e, incluso, adquieren nuevas y más peligrosas dimensiones para los países subdesarrollados. La defensa del multilateralismo, de los principios que rigen el Derecho Internacional y las relaciones entre los Estados, así como el mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales, constituyen de por sí razones más que suficientes para preservar y fortalecer el MNOAL. Por otro lado, los objetivos de larga data del Movimiento siguen sin materializarse. La paz, el desarrollo, la cooperación económica, la democratización de las relaciones internacionales, por sólo mencionar algunas, son metas antiguas de los países no alineados que todavía se ven lejanas. En síntesis, la situación internacional actual, es cada vez más preocupante para los países no alineados, pues los problemas que los aquejan, en lugar de disminuir, se expresan cada vez con mayor rigor. Si hace 45 años, cuando la Guerra Fría polarizaba a una parte considerable de la Humanidad en dos bloques antagónicos, resultó necesario y posible potenciar el concepto de la no-alineación, hoy el unipolarismo y el hegemonismo prevaleciente en las relaciones internacionales y en el proceso de globalización neoliberal, obligan a fortalecer los esfuerzos de los países del Sur para potenciar su unión, su solidaridad y su cohesión con vistas a incidir en los acontecimientos internacionales. Tomado de: www.cubanoal.cu
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