29-11-2002
Evo Morales habla para
Granma
No hay nada que negociar con el ALCA
FIDEL VASCÓS
GONZÁLEZ
Evo
Morales nació en el seno de una familia indígena de la comunidad
aymara, en Bolivia, hace 43 años. En las elecciones de junio del
2002, como candidato del pueblo llegó hasta el final en la disputa
por la Presidencia de la República, que le fue arrebatada en una
votación del Congreso por las inauditas presiones del gobierno
norteamericano, cuyo embajador en La Paz amenazó públicamente con
suspender la ayuda de los Estados Unidos a Bolivia si Evo resultaba
presidente. De niño cooperó con las labores agrícolas y ganaderas
de sus padres: la madre analfabeta, el padre semianalfabeto. En la
década de los ochenta participa en el movimiento cocalero en el
Chapare, zona del Trópico, productora de la hoja de coca, "no de la
cocaína", aclara Evo, " por si acaso, pues no es lo mismo coca que
cocaína", y subraya, "el movimiento cocalero es una fuerza sindical
identificada con todos los pueblos que luchan contra el imperialismo
norteamericano". Desde el año 1988 Evo Morales es presidente de las
seis federaciones sindicales del Trópico. En 1997 fue electo
diputado al Parlamento de Bolivia y actualmente dirige el Movimiento
al Socialismo, instrumento político, explica el entrevistado, de
dignidad, de honestidad, de liberación, fundado por el movimiento
campesino y que constituye una gran esperanza para el pueblo
boliviano.
¿Qué importancia le
concede usted a este II Encuentro Hemisférico de Lucha contra el
ALCA?
Los eventos que se
realizan en Cuba tienen como resultado dar una línea ideológica,
política, cultural, antimperialista, antineoliberal. Este II
Encuentro Hemisférico contra el ALCA también tendrá muchos
resultados para que los pueblos se liberen en toda Latinoamérica
frente a instrumentos económicos como el ALCA, que son también
instrumentos de dominación, de sometimiento, de recolonización;
frente a planes militaristas como el Plan Colombia, frente a
masacres, a represión. Pienso que esta clase de eventos es
importante para la liberación de los pueblos.
Y con relación al
desarrollo del propio evento, ¿cuáles aspectos usted quisiera
destacar?
Fundamentalmente, la
presencia personal de Fidel. Segundo, las ganas de debatir, las
ganas de compartir criterios. Esa fuerza que tienen los dirigentes
sindicales y políticos que participan para poder exponer y de esa
manera buscar esa autoestima tan necesaria para liberar a nuestros
pueblos.
La administración
norteamericana está introduciendo modificaciones al proceso de
negociación del ALCA como resultado de la resistencia de los
pueblos. ¿Considera usted que con estos cambios han crecido las
posibilidades de detener el ALCA, o hay dificultades en este
sentido?
No hay nada que negociar
con el ALCA. Quizás lo que hubiera que hacer es un comercio de
pueblo a pueblo; pero comercio justo, con equilibrio. Mientras esté
vigente el modelo económico de concentrar la riqueza en pocas
manos, sin ver la situación de las mayorías nacionales, cualquier
negociación, cualquier cambio que hagan los Estados Unidos no es
ninguna solución para nuestros pueblos. Por eso la lucha es a
muerte.
¿Y qué alternativa
pudieran tener los pueblos latinoamericanos como respuesta al ALCA?
Me parece importante el
tema de buscar cierto comercio justo, pero con participación de los
pueblos y no siempre con las transnacionales. Dos, cómo cuidar
nuestros mercados nacionales y que los transgénicos no acaparen el
mercado. El gran problema es que aquí la próxima guerra no
solamente va a ser por los recursos naturales, como el petróleo, el
gas, el agua, sino también va a ser la guerra por el mercado.
Entonces, pienso que hay que librar esta batalla de cómo el mercado
es controlado por los pueblos y no por las transnacionales.
Pasemos ahora a
Bolivia. En estos momentos, ¿cuáles son los objetivos de la lucha
del pueblo boliviano?
Bolivia tiene casi ocho
millones de habitantes. La mayoría de la población es quechua,
aymara y guaraní. Por tanto, los pueblos indígenas originarios,
los campesinos junto a los trabajadores, están luchando para
cambiar el modelo, para acabar con el modelo. Dentro de ese marco no
solo las luchas sociales están siendo acompañadas por sus
organizaciones, sino también por la lucha electoral. Hemos visto
que es posible construir un movimiento político alternativo frente
a las políticas neoliberales. Esto es posible con la conciencia del
pueblo, con las organizaciones sociales del país. Es posible
construir una esperanza para los bolivianos, lo que se logrará
cambiando totalmente los modelos, incluso el sistema y las mismas
estructuras del Estado. Estamos convencidos que el sistema y el
modelo no son la solución para las mayorías. Por eso ocurre este
levantamiento tan natural, no solamente expresado en las luchas
sociales, sino también en la lucha electoral.
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