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27-11-2002
Se compone un Plan de Acción común continental
Mariela
Pérez Valenzuela y Joaquín Rivery Tur
A fin de contribuir a
lograr al final del II Encuentro Hemisférico de Lucha contra el
Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) un plan continental
de acción común para evitar que ese acuerdo se convierta en una
forma de recolonización de la región, en la segunda jornada de la
reunión, en el Palacio de las Convenciones, sesionaron diferentes
talleres con amplia presencia de todos los sectores sociales.
Daniel González Gerónimo,
de Honduras, arremete contra
el ALCA con aires musicales.
Representantes de
movimientos sindicales e indígenas, mujeres, trabajadores rurales,
comunidades religiosas, los jóvenes y el movimiento estudiantil
insistieron en la importancia de fortalecer la unidad en la campaña
contra el ALCA y el neoliberalismo y llevar a los rincones más
apartados el mensaje de lo que significaría para nuestro continente
la implantación de ese proyecto de anexión a Estados Unidos.
En el taller sectorial
sindical, el secretario general de la Central de Trabajadores de
Cuba (CTC), Pedro Ross, señaló que el falso libre comercio del que
habla el promotor de ese acuerdo (Estados Unidos) producirá la
invasión total de las corporaciones extranjeras sobre el suelo
latinoamericano, nada quedará de las bases productivas nacionales y
la región se convertirá en una inmensa zona franca.
Pedro Ross destacó que
al enfrentarse al ALCA, las organizaciones sindicales de América
Latina y el Caribe tienen una oportunidad para incrementar su
prestigio y su crédito frente a los trabajadores.
Manifestó que los
sindicatos tienen el deber de luchar junto a las demás fuerzas
sociales del continente, y sostuvo que la campaña para impedir la
puesta en marcha del ALCA es la fuerza catalizadora de todas las
luchas en defensa de los trabajadores.
Finalmente, aplaudió la
propuesta realizada ayer por el líder sindicalista boliviano, Evo
Morales, para preparar un encuentro continental de apoyo al
presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Los jóvenes y
estudiantes latinoamericanos obtuvieron su espacio para intercambiar
opiniones y experiencias, para incorporarse a la lucha contra el
ALCA, en la que se proponen hacer mucho antes del 2005 —año en el
que Estados Unidos se propone implantar ese acuerdo—, pese a la
fuerte presión que enfrentan en el continente, y también los
obstáculos que encuentran en sus países.
De la norteña Canadá
vino Mauricio Correa para subrayar que en su país el movimiento
estudiantil ha logrado triunfos a nivel de la movilización, pero
reconoció que una parte de los jóvenes mantiene una posición
tibia frente al ALCA, y hay que llegarles.
LOS PAÍSES NO PUEDEN
DARSE EL LUJO DE PERDER
Los países no pueden
darse el lujo de perder un plebiscito, como él dice, e insistió en
la necesidad de hacer un trabajo popular de base también en el
imperio, donde hay que laborar duro.
Edvin Castío señaló a
Granma que los jóvenes guatemaltecos están decididos a
salir a las calles si no logran dialogar con las autoridades.
Tras comentar que solo
pudieron venir a este Encuentro en La Habana dos representantes del
estudiantado guatemalteco, porque al resto se le prohibió viajar,
señaló que es difícil llegar al interior del país a dar a
conocer lo que es ese acuerdo, porque las autoridades no lo
permiten, aunque en muchas ocasiones lo han logrado.
En la sala donde se
reúnen los indígenas, el grito sordo de siglos de explotación se
siente entre aquellos que buscan soluciones a sus derechos, no
solamente frente al ALCA, sino en general contra el neoliberalismo
y, sobre todo, para un futuro donde Otra América es posible,
como dicen con frecuencia.
Y el porvenir, para
ellos y dicho con todas las palabras y sinónimos por bolivianos,
guatemaltecos, hondureños y de otras etnias, es la solución del
problema de la tierra, de la Pachamama que todo lo da, como señalan
las etnias andinas. Y el futuro es derrotar también el llamado Plan
Puebla-Panamá por su amenaza de exterminio de las nacionalidades
indígenas y hasta de la biodiversidad de Centroamérica.
ARTICULACIÓN DE
ACCIONES, MOVILIZACIÓN Y PARTICIPACIÓN
Un sacerdote católico
venezolano de apellido Domínguez, de barrio, de los que suelen
meterse en las lides sindicales, informaba en el taller de los
religiosos que había otros pastores informando a las comunidades el
significado del ALCA y destacó el área educativa de la lucha
contra el intento norteamericano. El reverendo Raúl Suárez nos
resumió el ambiente de ese encuentro en tres puntos: articulación
de acciones, proyectos de movilización y participación de las
iglesias.
No podía faltar una
declaración de las mujeres en ocasión del Día Internacional
contra la Violencia, el pasado lunes, porque ellas también están
comprometidas para tratar de que no empeoren con el ALCA la
desnutrición e insalubridad de sus hijos, a la vez que continúa la
lucha por la igualdad de derechos.
La tarde fue de paneles
temáticos. Las estrategias de Estados Unidos para militarizar la
región tuvo el enfoque de María Esther Sena, de México, con el
fin de develar los diferentes planes de la superpotencia de ocupar
el continente y apoderarse del petróleo, el agua y la biodiversidad
para supuestamente combatir el narcotráfico, la pobreza, y ahora,
como está de moda, el terrorismo.
Acerca de la amenaza que
representa el ALCA para la verdadera integración de los pueblos
reflexionó Raúl Moreno, de El Salvador, quien señaló que ese
acuerdo y otros tratados de libre comercio constituyen elementos de
una misma estrategia que busca atar jurídicamente el modelo
neoliberal.
Según Berenice
Ramírez, de México, para que la integración regional se logre hay
que alcanzar primero la unificación nacional.
Consideró estimulante
observar cómo avanzan los movimientos de oposición al ALCA y, a su
vez, advirtió que es breve el tiempo que queda para impedir su
ejecución y la amenaza que representan los medios de comunicación
en algunos países.
El sentimiento de temor
de las pequeñas islas del Caribe, sumamente amenazadas por el ALCA
por su tamaño y relativo poco desarrollo, quedó expresado en la
intervención de Gabrielle Anderson, de Trinidad y Tobago.
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