3-11-2002
Fuerza social opuesta
al ALCA es indetenible
Un fuerte rechazo
popular encontraron esta semana en Quito los ministros de Comercio
de los 34 países latinoamericanos que deberían, por decisión de
Washington, integrarse al proyecto del Área de Libre Comercio de
las Américas, considerado por los pueblos un nuevo símbolo de la
expansión norteamericana
MARIELA PÉREZ
VALENZUELA
Esta
vez fue en Ecuador. Un fuerte rechazo popular encontraron esta
semana en Quito, capital de la nación andina, los ministros de
Comercio de los 34 países latinoamericanos que deberían, por
decisión de Washington, integrarse al proyecto del Área de Libre
Comercio de las Américas (ALCA) considerado por los pueblos un
nuevo símbolo de la expansión norteamericana.
La presencia de millares
de personas en manifestaciones callejeras confirma, una vez más,
que el movimiento social mundial contra ese proceso es indetenible.
La lucha es difícil y
el tiempo se acorta. Conocida es la histórica ambición del
imperialismo norteamericano por expandir sus fronteras económicas.
Ahora, cuando la crisis de su economía preocupa a los mercados
internacionales y eleva la desconfianza de su propia población,
precisa buscar fuentes para energizar sus indicadores y vuelca su
mirada, una vez más, hacia América Latina y el Caribe.
Analistas coinciden en
que Washington no cejará en su propósito de recuperar el liderazgo
económico mundial y para ello utilizará al ALCA como uno de sus
instrumentos de dominación de mercados, aun cuando miles de voces
en todo el mundo se unen para expresar su rechazo al hegemónico
plan que eliminará las economías más endebles de la región y
causará severos daños en las más poderosas, tal como se concibe
actualmente.
Al igual que ocurrió
antes en otras naciones, ahora es en Ecuador donde el pueblo, junto
a organizaciones sociales de todo el continente, alza su voz en
manifestaciones de repudio al ALCA y a lo que conlleva su
implantación. Entre otros previstos resultados aparece un alza aún
mayor de la pobreza para millares de latinoamericanos y caribeños.
El propio canciller de
Ecuador, Heinz Moeller, censuró esta semana la manera en que se
desarrollan las actuales negociaciones y dijo que si no hay
condiciones favorables, su país desistirá del probable acuerdo que
proyecta un área de libre comercio desde Canadá hasta la
Patagonia.
Según el diario El
Comercio, Moeller señaló que "nadie está obligado a ser
parte del ALCA ni a comprometerse, mucho menos en condiciones que no
sean convenientes a los intereses de Ecuador".
Las declaraciones del
titular de Exteriores ocurrieron 48 horas antes de efectuarse en
Quito, el pasado viernes, la VII reunión ministerial de los 34
países de la región involucrados en ese proyecto.
A ello habría que
añadir las tajantes declaraciones del ministro brasileño de
Desarrollo, Sergio Amaral, quien expresó el viernes que las
negociaciones del ALCA no tienen ningún sentido para los países
latinoamericanos si no se da prioridad al tema agrícola.
Estados Unidos eludió
por completo ese punto, pero Amaral insistió en que para los
países del MERCOSUR y de la Comunidad Andina, lo fundamental en las
negociaciones es una reducción de los subsidios, cuando Washington
lo que hace es incrementarlos.
El tema, en fin de
cuentas, quedó sin resolverse.
Las protestas ocurren en
un momento muy particular para Ecuador, cuando es muy posible el
triunfo en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de
este mes del ex coronel Lucio Gutiérrez, quien en varias ocasiones
ha reconocido la tragedia que significó la aplicación de la
política neoliberal en la economía de los países
latinoamericanos.
Fue Gutiérrez quien
dirigió a los oficiales que apoyaron el levantamiento indígena que
provocó la caída a principios del año 2000 del entonces
presidente Jamil Mahuad, quien programó la dolarización de la
economía y con su decisión sumió en la pobreza al 85% de los
ecuatorianos.
Pero las voces de
repudio no solo se sintieron esta semana en Quito. En Brasil, unas
tres mil personas marcharon en Sao Paulo contra la creación del
ALCA. Hace pocos meses, millones de brasileños se pronunciaron en
un plesbicito contra el propósito estadounidense.
La céntrica Plaza del
Patriarca devino tribuna para denunciar el proceso de globalización
neoliberal al que Brasil se opone —tal como propone Estados Unidos—
por considerarlo un proceso lesivo a sus intereses nacionales.
Mientras, del 6 al 10 de
noviembre próximo está previsto el Foro Social contra la
Globalización en la ciudad italiana de Florencia, al que se espera
asistan unos 150 000 activistas de los cinco continentes. |