ALCA = ANEXIÓN

24-11-2002

Llama Presidente del Parlamento cubano a un debate verdaderamente democrático en un tema tan crucial como el ALCA

Lo que hace falta es la vía democrática, no la rápida. La democrática, que toma tiempo, discusión, participación, de los parlamentos, los sindicatos, campesinos, jóvenes, estudiantes, mujeres, todo el mundo, afirmó Ricardo Alarcón al hacer una valoración del reciente encuentro sobre este tema en Brasil

LEONEL NODAL

RÍO DE JANEIRO, 23 de noviembre.—El presidente del Parlamento cubano, Ricardo Alarcón, concluyó una visita a Brasil, donde asistió a una cumbre parlamentaria continental sobre integración y sostuvo contactos políticos bilaterales al más alto nivel.

En entrevista exclusiva con Prensa Latina, Alarcón ofreció su evaluación de los debates acerca del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) realizados por legisladores de 35 países, incluida Cuba, que fue invitada especialmente a la discusión.

Asimismo, ofreció sus impresiones de la nueva situación que se abre en Brasil y los efectos para América Latina de la elección presidencial del obrero metalúrgico Luis Inacio Lula da Silva, al frente de una coalición de centro-izquierda encabezada por el Partido de los Trabajadores (PT).

A continuación ofrecemos en detalle los aspectos más relevantes del diálogo sostenido con el titular de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba.

PL: En primer lugar quisiéramos saber ¿qué impresión le dejó este tipo de encuentro, el debate parlamentario sobre la integración y en particular el ALCA?.

ALARCÓN: Creo que se ha ido abriendo paso una visión más profunda y cada vez más crítica de todo lo que significa el ALCA como amenaza, como peligro para América Latina

Por una lado, hay toda una avalancha retórica de las supuestas bondades de la economía de mercado y del libre comercio, pero al propio tiempo surgieron dos factores: que es preciso darle transparencia a ese proceso, terminar con el carácter secreto de las negociaciones, y reforzar la conclusión de que el ALCA no es inevitable.

Desde la reunión de Miami, en 1994, donde Estados Unidos invitó a un grupo de países para presentarles su proyecto, hasta la cumbre de Quebec, hace dos años, se hablaba del ALCA por todas partes, pero no se podía encontrar en ningún lado los textos que se discutían. Se negociaba en secreto.

Ante la presión de la opinión pública, abrieron un sitio en Internet para colocar la información. Pero todo el mundo no tiene acceso a Internet, ni computadores. No lo tienen los trabajadores, los campesinos, los desempleados. Estamos en una región donde más de la mitad de los habitantes viven por debajo de la línea de la pobreza.

Esa información no basta, porque continuamente se están reuniendo comisiones y negociando a puertas cerradas. Y el primer asunto que se discutió aquí fue que los parlamentos tienen que conocer. Hay que involucrar a toda la sociedad, los sindicatos, organizaciones campesinas, a los intelectuales. Tiene que haber una discusión amplia. Esa es una conclusión.

En segundo lugar, quedó claro que el ALCA no es inevitable, no tiene que producirse ese tipo de integración. Hay un frente muy amplio que va desde quienes la ven como una posibilidad hasta los que, como nosotros, la consideramos una amenaza de anexión de América Latina.

En ese amplio aspecto, todos coinciden en que primero hay que informar, buscar el consenso nacional, y además fortalecer la posición negociadora de América Latina. No aceptar lo que parece ser —lo dijeron los brasileños aquí— una tendencia norteamericana de discutir por separado. No ir realmente a una negociación con América Latina, sino ir paso a paso, pieza por pieza, imponiendo acuerdos de llamado libre comercio y así ir dividiendo las fuerzas de Latinoamérica.

En eso también hay consenso, incluyendo aquellos que están comprometidos con el proceso. Cada vez más va desapareciendo la visión idílica del ALCA. Porque, por ejemplo, ¿de qué se habla en la prensa brasileña? No es de libre comercio, sino de las presiones que se ejercen contra sus exportaciones. Ahora, por ejemplo, sobre Colombia y Polonia, para que no compren los aviones de Brasil, una de sus fuentes principales de ingreso.

¿Quién les va a decir a los brasileños que hay una tendencia aperturista?. Realmente, la vida indica proteccionismo de todos los países desarrollados, particularmente de Estados Unidos, y apertura para que los demás abran sus mercados. Ellos ni liberalizan, ni abren sus mercados. Ellos son proteccionistas.

Así ha sido siempre. Esa es la posición de los grandes centros industriales hacia el Tercer Mundo. En realidad no es libre comercio lo que proponen, sino libertad para el flujo de los capitales. Lo que están buscando es más privatización, desregulación, más vía libre a las empresas norteamericanas, al capital, que no siempre es productivo, sino en gran medida especulativo, una de las causas de los problemas financieros que enfrenta la región.

Es realmente un paquete demasiado difícil de tragar, aunque se ha estado manejando de un modo eficiente, debido a la propaganda a su favor como si fuera una panacea, y a la vez como algo inevitable con lo que hay que conformarse, sin rebelar en concreto cuáles son las verdaderas consecuencias para América Latina.

Hay un gran movimiento de denuncia, de movilización contra esto, y se vio en la reunión, la acción de organizaciones muy amplias contrarias al ALCA.

La gran mayoría de los parlamentos de la región estuvo presente.

Esta fue una reunión sin disputas. Todos tenemos un enfoque básico decreciente profundización de la actitud crítica ante el ALCA.

PL: Pudimos apreciar que vinieron funcionarios norteamericanos y académicos, pero los congresistas estuvieron ausentes, a pesar de ser una reunión hemisférica y estar invitados. ¿Qué pasó, a qué se debió esa ausencia en el debate?.

A: Vino una delegación del Senado canadiense. De Estados Unidos, el vice-representante comercial, Peter Allgier, un funcionario de la administración, pero no había nadie de la Cámara ni del Senado. Eso es algo a notar.

El propio Lula en la reunión que tuvimos señalaba la necesidad de un Frente Parlamentario de todas las Américas. En realidad, los congresistas tendrían mucho que decir sobre las consecuencias para los trabajadores norteamericanos, que critican el ALCA, el cierre de empresas, la depresión de los salarios y las condiciones de trabajo.

Sin embargo, Bush logró en el marco de este ambiente de la supuesta lucha contra el terrorismo, que el Congreso le diera la autoridad para negociar el ALCA, el llamado "fast track" (vía rápida).

Le dieron luz verde para negociar sin contar con el Parlamento, al que sólo le correspondería, al final, aprobar o no el texto del tratado. Todo el mundo sabe que eso es muy difícil. ¿Quién va a modificar un documento que lleva años de negociación?.

Lo importante es que los parlamentarios puedan incidir en todo el proceso. Es lamentable que los congresistas norteamericanos no asistieran, porque hubieran visto a todos los latinoamericanos reclamando el papel que le corresponde a esa institución en una sociedad democrática, algo a lo que los norteamericanos ya renunciaron.

Aunque sé que en el Congreso hubo gente que se opuso y perdió ese derecho. Esa es una necesidad: extender a Estados Unidos el movimiento de crítica del ALCA.

PL: ¿A qué usted cree que se deba la invitación a Cuba del Presidente de la Cámara y cómo se sintió usted en este evento, que podía hacer en este evento, si Cuba no participa en el ALCA?.

A: El presidente Aecio Neves nos mantuvo informados de la iniciativa desde el principio del año y envió una invitación con un emisario personal.

Aunque el ALCA ha sido el centro de la discusión, el tema de este Congreso fue la integración continental y nosotros pertenecemos a este continente.

El ALCA, además, no es una obligación de América Latina. Algún país podría rechazarlo y decir que no participa, aunque haya sido invitado.

Desde otro punto de vista, el ALCA es un intento norteamericano. ¿Quiénes van?, los que fueron invitados por el presidente William Clinton, por tanto usted no se podía autoinvitar.

En varias ocasiones los brasileños rectificaron al funcionario norteamericano, por ejemplo, cuando habló de las 34 democracias que participan en el ALCA y ellos corrigieron que aquí estaban representados 35 países, recordando que Cuba es un Estado que está en un área en el que se pretende realizar un proceso de integración económica.

Yo me sentí en una situación hasta cierto punto curiosa. Recordé que el ALCA no es una cosa nueva, como tampoco lo es la idea de absorber a América Latina. Recordé a José Martí y su participación en la primera Conferencia Monetaria Panamericana, entre 1888 y 1890, cuando él residía en Nueva York y participa como representante de Uruguay. Martí escribió mucho sobre esa conferencia y están sus trabajos publicados en el periódico La Nación de Argentina. Lezama decía que en esas crónicas estaba la coronación del estilo de Martí. Y allí ‚él hizo un análisis a fondo del fenómeno imperialista de Estados Unidos, de su pretensión de dominar las economías latinoamericanas.

En aquella época comenzaba su carrera y sus pretensiones de dominio. Ahora, que tiene la hegemonía mundial, las consecuencias para América Latina serían peores.

Recordé ese famoso mensaje de José Martí: "ha llegado para la América Latina la hora de declarar su segunda independencia." Lo dijo entonces analizando esa conferencia.

Un siglo después, vemos el interés de Estados Unidos de avasallar y dominar esta región. Analizamos la impresionante validez del pensamiento martiano.

Si se publican otra vez las crónicas de José Martí aparecidas en La Nación, analizando el supuesto mercado común, la unión monetaria, el presunto libre comercio, vamos a ver que tienen una actualidad que te erizas, pasmosa. Nada ha cambiado. Sigue vigente su llamado a la lucha por la segunda independencia.

Lo dije aquí: el centro de la batalla es la lucha por la independencia y la verdadera democracia. Estados Unidos habla de la democracia. Bueno, que empiece dando el ejemplo, y termine con el secreto.

Comience por divulgar, no mantener en secreto el proyecto, a espalda de las instituciones que representan los pueblos y tienen autoridad para suscribir tratados, más aún uno como este en el que se juega la soberanía y la identidad nacional.

¿Democracias representantivas y los representantes están siendo mantenidos al margen?. Estados Unidos concentró su objetivo estratégico en lograr la "vía rápida", el permiso del Congreso para sin contar con él concluir los acuerdos.

Lo que hace falta es la vía democrática, no la rápida. La democrática, que toma tiempo, discusión, participación, de los parlamentos, los sindicatos, campesinos, jóvenes, estudiantes, mujeres, todo el mundo, que haya un debate verdaderamente democrático en un tema tan crucial.

Alcanzar la independencia de verdad y la democracia de verdad, es el gran problema del mundo de hoy, frente a la globalización neoliberal, donde cada vez los pueblos cuentan menos.

En América Latina hay un movimiento muy importante, perspectivas muy alentadoras que se confirman con hechos como la victoria de Lula en Brasil, o de Chávez en Venezuela; él planteó que en Venezuela tendría que haber una aprobación del ALCA por el pueblo.

PL: ¿Ud. cree que Brasil por su potencial, y más ahora con la victoria de Lula, pueda jugar ese papel de contrapeso de Estados Unidos? ¿Podrá dar esa fuerza que necesita A.L. para contraponerse a los avances de Washington en la región?

A: La verdad es que Brasil ya ha jugado ese papel de freno, de contrapeso, incluso antes de la ascensión de Lula a la presidencia, Durante la administración de Fernando Henrique Cardoso.

Brasil mantuvo una posición de defensa de los intereses nacionales, de crítica a una concepción unilateralista que solo beneficia a Estados Unidos y no a los países de América Latina, y ha sido un factor muy importante a nivel gubernamental para impedir que se imponga de manera arrolladora este plan.

Yo estoy seguro de que Brasil va a continuar con esa línea, ahora con la victoria de Lula, que entre otras cosas está enviando ese mensaje al mundo.

La inmensa mayoría, el conjunto de la sociedad brasileña, se ha pronunciado por un cambio que implica no continuar con un modelo económico que ignora las gravísimas consecuencias sociales que tiene para los pueblos la forma en que se está aplicando el capitalismo.

El neoliberalismo, que es su forma actual, es rechazado por la inmensa mayoría de la gente en todo el Continente, y eso es lo que explica la victoria del PT y de Lula y todas las fuerzas que lo apoyaron. Con el aval de que Brasil ha tenido una posición de defensa de la soberanía antes de llegar a cualquier llamado libre comercio o cualquier integración. Como decía el presidente Cardoso: si nos conviene, y hay que ver si nos conviene. Es uno de los pocos gobiernos que se ha lanzado con posiciones de esa dignidad.

Brasil entra a copresidir ese proceso del ALCA y sus opiniones, sus criterios y reservas hay que tomarlas con mucha más seriedad. Con el aval del gran respaldo popular, de contar con un altísimo consenso nacional, que se reflejó también aquí en esta conferencia.

Porque aquí participaron parlamentarios que no son de la combinación que llevó a Lula a la presidencia, sino que están vinculados al gobierno saliente.

PL: Ud. fue recibido, junto con los demás jefes de delegación por el presidente electo, Lula, y conversó con él. ¿Qué impresión le dio este nuevo Luha presidente, al que ya usted conocía como dirigente político del PT? ¿Cuáles son las perspectivas, las esperanzas de este gobierno, de esta administración sin precedentes en un país cómo Brasil?

A: La primera es que es el mismo Lula. Realmente es el mismo compañero, de una larga trayectoria, que como se sabe la inició desde abajo como dirigente sindical en un largo combate por los trabajadores y contra la dictadura.

Lo veo con mucho entusiasmo, mucho dinamismo, un hombre con una gran voluntad de cumplir su misión histórica, la que el pueblo brasileño le ha entregado, con una energía y una vitalidad incansables, muy motivado.

A la vez‚ él es un dirigente maduro, con gran sentido de la tremenda responsabilidad que le ha dado el pueblo brasileño.

Estoy seguro de que se está preparando para estar a la altura de ese mandato que recibió del pueblo brasileño. Pero es el mismo Lula de siempre, con la misma sencillez, la misma naturalidad, precisamente algo que el pueblo brasileño ha captado.

Es un hombre que en la cumbre de la popularidad y la simpatía, del honor al haber obtenido esta tremenda victoria, a la vez sigue manteniendo su comunicación con la gente común, el hombre de la calle.

Tengo la seguridad de que él va a ser un gran estadista y va a encarnar lo que es, la llegada a la presidencia de la República de uno de los países más importantes de América Latina y del mundo de un obrero metalúrgico, de un hombre que no ha dejado de sentir y de sufrir con la gente de abajo.

Es realmente una de las cosas que más impresiona en este proceso, de este momento brasileño. Más allá de Lula, he captado una alegría que va más allá, pero mucho más allá, de los que votaron por él, que se dan cuenta de que están viviendo un momento histórico de Brasil.

Noto un espíritu de cooperación, ojalá se mantenga y asegure un respaldo y receptividad para el próximo gobierno que se va a instalar en condiciones muy difíciles, en un mundo complejo, pero con un macizo respaldo popular, con un sólido consenso.

PL: ¿Estados Unidos aceptará convivir y negociar con un gobierno democráticamente elegido y que difiere de su política hacia América

Latina? En su opinión, ¿qué se puede esperar?

A: No tengo la menor idea de cómo esta administración (de Bush) se va a conducir. Sin embargo, hay una serie de señales que no se pueden ignorar.

El senado aprobó una resolución de bienvenida a Lula y respaldando la invitación para que visite Estados Unidos, una expresión de simpatía con el proceso ejemplar en que fue electo y el proceso ejemplar de tránsito.

Bush lo invitó y se supone que él vaya a Estados Unidos en diciembre. Me parece que es correcto. Se trata de quien va a ser el próximo jefe de Estado de Brasil. Va a Argentina y Chile primero.

Por otra parte, no se pueden descontar elementos negativos que hay en la administración norteamericana. Por aquí estuvo Otto Reich, que es un bandido, un ganster, un mafioso.

 

   

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