Las autoridades
norteamericanas admitieron conocer la operación encubierta para
introducir a Posada Carriles en territorio estadounidense, al mismo
tiempo que reconocieron su historial terrorista.
El hecho forma parte de
nuevas evidencias de maniobras anticubanas analizadas en la Mesa
Redonda Informativa Entre terroristas anda el juego, en la
que comparecieron los periodistas Rogelio Polanco, Lázaro Barredo,
Reynaldo Taladrid y el moderador Randy Alonso.
Los panelistas
demostraron la crisis de credibilidad que generó la comprobación
de que Posada "no entró a pie por Texas" ,poniendo en
duda el resto de su testimonio, aunque su abogado, Eduardo Soto
insiste en la irrelevancia de esta información.
En opinión de José
Pertierra, representante jurídico del gobierno venezolano, Posada
mintió para proteger a su socio financiero Santiago Álvarez, quien
enfrenta junto a Osvaldo Mitat, un proceso judicial por posesión
ilegal de armas y explosivos.
En el momento de la
detención se habían declarado inocentes, sin embargo, les fue
ocupado un pasaporte guatemalteco a nombre de Santiago Álvarez que
justificó la orden de allanamiento impuesta por la fiscalía a la
Fundación Caribe, presidida por Álvarez.
Documentos confiscados
en la sede de la Fundación, evidencian la participación de
Álvarez junto a Posada Carriles en los intentos de asesinato al
presidente cubano Fidel Castro en Panamá; prueban su intervención
en el planeamiento y puesta en marcha del plan terrorista, en abril
del 2001, para volar el cabaret Tropicana y además muestran su
complicidad con la entrada ilegal de Posada Carriles a territorio
estadounidense.
La reflexión reveló el
carácter insostenible de la decisión del juez de que el juicio no
sea público bajo la concepción de que el caso implica cuestiones
relacionadas con la seguridad nacional. Sin embargo, Osvaldo Mitat y
el propio Álvarez han reclamado que no se tenga en cuenta el
resultado de los registros realizados por la Fiscalía.
Según un cable de la
AFP, leído por el moderador, Posada sostuvo una entrevista de más
de seis horas con las autoridades migratorias que evalúan su
solicitud de ciudadanía.
Los panelistas
subrayaron la contradicción de esa solicitud con la reciente
notificación, donde se le comunica la decisión de no liberarlo del
Centro de El Paso, Texas, por parte del Servicio de Inmigración y
Control de Aduana de Estados Unidos, al ser considerado "un
peligro para la seguridad nacional".
Los periodistas
develaron además la confiscación del mayor arsenal que se ha
encontrado en Estados Unidos, alrededor de 1500 armas, ocupadas en
la residencia de Robert Ferro, quien declaró abiertamente miembro
que pertenecían a Alpha 66, organización terrorista con sede en
Miami.
Roberto Ferro, de 61
años, ex oficial de las fuerzas especiales del ejército de Estados
Unidos y veterano de Viet Nam, empleaba el sótano de su casa como
campo de tiro, y las autoridades del Buró de alcohol, Tabaco y
Armas de Fuego y Explosivos determinaron que había sido utilizado
con regularidad.
Diferentes medios
internacionales han difundido estas nuevas muestras del terrorismo
anticubano. El diario mexicano Por esto publicó el artículo
titulado "Encubrieron a terroristas" en el que argumenta
la política norteamericana de amparo a connotados asesinos,
mientras se lanza, paradójicamente, en una cruzada antiterrorista.