(21 de diciembre de 2005)
Intenso accionar injerencista del Jefe de la SINA
JOSÉ A. DE LA OSA
delaosa@granma.cip.cu
La
llegada de un nuevo jefe de la Oficina de Intereses de los Estados
Unidos a nuestro país, Michael Parmly, no ha significado "para nada"
un cambio de la política de Washington, sino, por el contrario, se
ha distinguido por el reforzamiento de la política norteamericana y
en especial de la implementación del Plan Bush contra Cuba.
Al resumir ayer la Mesa
Redonda Informativa dedicada a analizar las actividades provocativas
y cínicas de la Oficina de Intereses de los EE.UU. y sus
mercenarios en Cuba, el moderador Randy Alonso recordó que como "pieza
clave" en el llamado Plan Bush para una supuesta transición en
Cuba, la Oficina de Intereses ha desplegado en los últimos años un
intenso accionar agresivo e injerencista en nuestro país,
ofendiendo groseramente la dignidad del pueblo cubano y fomentando,
a golpe de dólares, prebendas y publicidad, una menguada fuerza
mercenaria que necesitan como "pantalla de apoyo" en nuestro suelo
para sus sueños de anexión.
El nuevo Jefe de la
SINA, continuó diciendo, ha comenzado bien pronto a ejecutar su
papel como cancerbero de la política anticubana y resorte en Cuba
del Plan Bush, sosteniendo frecuentes contactos con sus mercenarios,
orientándolos, abasteciéndolos, exhibiéndolos ante la prensa y
organizando acciones provocadoras como la del pasado 10 de
diciembre, en que se celebraba el Día Mundial de los Derechos
Humanos, y durante la cual comparó, en mefistofélico discurso, a
las fuerzas revolucionarias y patrióticas con las fuerzas
represivas del fascismo y las hordas racistas del Ku-Klux-Klan, y
llamó a provocar en Cuba la caída de la Revolución.
Refiriéndose a Parmly
dijo que un nuevo aspirante a Leonardo Wood y Charles Magoon ha
venido a La Habana, pero —subrayó— anda equivocado de época,
pues la república arrodillada y sumisa de antaño ha quedado bien
atrás. Los cubanos de hoy somos dueños de la tradición heroica de
nuestro pueblo de entonces y de la más alta cuota de dignidad y
antimperialismo de toda nuestra historia.
Ni Bush, ni Rice, ni
Cason ni Parmly, y mucho menos sus ridículos mercenarios, podrán
cambiar la historia de una nación dispuesta a seguir construyendo
la sociedad más justa, culta, participativa y libre que el ser
humano haya podido concebir.
La ronda de
intervenciones de los panelistas la inició el periodista Reinaldo
Taladrid, quien narró en detalles la actividad convocada por el
Jefe de la SINA el Día Mundial de los Derechos Humanos, a la que
asistieron, entre otros, mercenarios a sueldo del Gobierno de los
EE.UU.
No quedaba claro,
indicó Taladrid, porque se citó también a la prensa y a otros
diplomáticos, si se iba a hablar de Iraq y Afganistán, de Nueva
Orleáns, aunque después se supo. Citaron a sus "empleados", los
mercenarios que reciben dinero y abastecimiento de una potencia
extranjera para su trabajo, para una esquina en Miramar, allí
pasaron lista, los montaron en un ómnibus y los llevaron para la
residencia oficial del Jefe de la Sección de Intereses de
Norteamérica.
Narró que lo primero
que se hizo fue entregarles a los asalariados una copia del discurso
de Bush al asumir su segundo mandato, un informe sobre países en
prácticas de derechos humanos y copias de "su periódico" el Nuevo
Herald. Como estaba presente una amplia representación de la prensa
extranjera, Taladrid expresó sus dudas de si todas las actividades
se cubren por igual periodísticamente, o si a veces, cuando se
realiza alguna actividad, por ejemplo, sobre nuestros Cinco héroes
prisioneros en los Estados Unidos, se ofrece la misma cobertura.
En cuanto a la
asistencia de un grupo de diplomáticos de algunos países, dijo que
en ello no había "ninguna sorpresa digna de destacar", y citó a la
República Checa, Polonia, Rumania, Italia, Perú y la
representación de México. Ironizando, puso en duda cuál había
sido el momento culminante de la actividad, si el discurso que
pronunció Parmly o la suculenta comida que les sirvieron.
Sobre el discurso de
Parmly, el "supuesto plato fuerte" de esa actividad, se refirió in
extenso Lázaro Barredo, director del periódico Granma. Pienso,
planteó, que se llevaron al Cabo Cason y nos han mandado al
Sargento Parmly. Recordó que a su llegada, hace tres meses, el Jefe
de la SINA mantuvo un trato en su correspondencia que lo distinguía
de Cason. No sacó desde un primer momento "sus garras", precisó.
Dijo seguidamente que debemos comprender que la Oficina de Intereses
de EE.UU. está concebida en Cuba para cualquier cosa menos para
política diplomática. Es una Oficina para el espionaje, la
subversión y para atentar contra la independencia y la soberanía
del pueblo cubano.
Lo que Parmly pretende
es que los cubanos se supediten a que los EE.UU. van a darnos las
libertades y facilitarnos el reconocimiento del mundo, porque ellos
son los exponentes de los derechos humanos. Parmly, indicó, utiliza
la fecha del Día Mundial de los Derechos Humanos para decirles a
los cubanos lo que son los derechos humanos, precisamente ellos, que
están violando los derechos en el mundo y en su propio país.
La panelista Arleen
Rodríguez ofreció algunos datos del nuevo jefe de la SINA, Parmly,
de 54 años, y citó reportes de prensa llegados a su designación
en Cuba en los que se afirma que era un diplomático norteamericano
profesional con experiencia en promover la democracia y los derechos
humanos. Se dice además que es una persona con alrededor de 28
años de experiencia en el Departamento de Estado, especialista en
Europa oriental y occidental, experto en crisis y soluciones de
conflictos, y sobre todo enmarcado en el tema de los derechos
humanos.
Parmly llega a Cuba,
continuó Arleen, con el halo de ser "diferente" de James Cason. Lo
describen varios medios como hábil, político, negociador, frente
al payaso James Cason, mediocre e ignorante, que hubo que sacarlo
del espacio cubano, donde ya era el hazmerreír no solo de la
población cubana, sino de los propios diplomáticos que no lo
respetaban para nada.
Asimismo, pasó balance
a sus actividades desestabilizadoras contra nuestro país, dando
así seguimiento a las acciones que James Cason estuvo orquestando
desde la SINA.
Por su parte, Rogelio
Polanco, director de Juventud Rebelde, dijo que si comparamos el
2004 con el año que ahora finaliza, se puede afirmar que las
acciones subversivas de la SINA, y sus mercenarios, se han más que
triplicado en cuanto al modus operandi para cumplir su objetivo
final que es servir de "punta de lanza" de la política para
derrocar a la Revolución cubana, y para ello utilizan el dinero del
Gobierno norteamericano en el plan de anexión a Cuba.
Sabemos que hay mucho
dinero, subrayó. Son decenas de millones de dólares aprobados por
el Plan Bush contra nuestro país, que viene "por una canalita"
directamente a estos mercenarios: usan la valija diplomática en
contravención de todas las Convenciones internacionales, y para
ello emplean las organizaciones y grupúsculos creados en Miami, en
Estados Unidos y en nuestro país para remitir materiales de oficina
y equipos de diverso tipo, literatura subversiva. En fin, envían
medios a estos mercenarios para la persuasión subversiva dentro de
nuestro país.
Polanco se refirió
también a las teleconferencias que vienen realizando en las propias
oficinas de la SINA para hablar, sobre todo en Estados Unidos y en
Miami, con representantes de la mafia anticubana, precisamente con
esos mismos terroristas que quieren acabar con nuestra Revolución y
dijo que ahora han incluido otros medios, que calificó de "pacotilla",
para la manipulación de la familia de los contrarrevolucionarios
amamantados por ellos.
Al término de la Mesa
Redonda se aludió a declaraciones formuladas por Condoleezza Rice,
secretaria norteamericana de Estado, referidas a implementar en el
año 2006 una escalada agresiva mediante nuevos planes para acelerar
el derrocamiento de la Revolución cubana.
La agencia de noticias
EFE citó a la Rice, quien expresó que llegó la hora de un cambio
en Cuba y enfatizó que en esa intención, Washington aplicará
nuevas medidas represivas.
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