MESA REDONDA

(12 de octubre de 2005)

El plan de Bush de violencia contra 
violencia ha sido un fracaso

Miguel Ángel Untoria Pedroso

No había transcurrido un mes de los criminales ataques terroristas contra las Torres Gemelas y el edificio del Pentágono, cuando el 7 de octubre del 2001, el Gobierno de Estados Unidos encabezado por George W. Bush envió su aviación de combate y sus tropas elites contra un país tan indefenso y pobre como Afganistán.

Con el objetivo declarado públicamente de capturar a Osama Bin Laden, acusado por Washington de ser responsable de los sangrientos ataques al corazón del imperio, se iniciaba así la "cruzada antiterrorista" de un Presidente que dice cumplir los dictados de Dios.

Bush, apoyado en el inmenso poderío militar estadounidense, se propuso a partir de aquel momento lanzar guerras "preventivas" y amenazó con hacerlo contra 60 ó más obscuros rincones del planeta.

El segundo blanco escogido fue Iraq y para justificar la agresión el gobierno estadounidense inventó las mentiras de las armas de exterminio en masa y la promesa de una democracia que los iraquíes no le habían pedido; manipuló al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y desconoció a estas, y creó mediante presiones políticas y chantajes, una coalición para llevar adelante la guerra.

En la actualidad es de conocimiento público que los planes para invadir a Iraq eran anteriores al 11 de septiembre, y que la sangrienta guerra solo perseguía el objetivo de apoderarse del petróleo iraquí.

Sobre estos temas, brindaron informaciones y sus comentarios los periodistas Aixa Hevia, Rogelio Polanco, Lázaro Barredo, Raúl Garcés, Reinaldo Taladrid y Randy Alonso, durante la Mesa Redonda Informativa de ayer.

El panel puso de manifiesto cómo el antiterrorismo imperial se ha caracterizado por las mentiras, la violencia (que afecta principalmente a civiles inocentes), las torturas y la muerte.

Las armas norteamericanas han causado en Iraq y Afganistán, 50 veces más muertes que las ocurridas durante los ataques terroristas del 11 de septiembre en los Estados Unidos.

Después de varios años de guerra en Afganistán e Iraq, hoy se puede afirmar que el plan de violencia contra violencia enarbolado por Bush ha sido un fracaso.

Las tropas de ocupación norteamericanas y sus aliados no controlan ni Afganistán, ni Iraq, ni los han "pacificado", todo lo contrario. No han encontrado a Osama Bin Laden; no han logrado impedir las acciones terroristas en diferentes países.

También sufren las guerras antiterroristas de Bush y sus halcones los ciudadanos norteamericanos.Las criminales matanzas y torturas le han hecho el peor favor a la imagen de los Estados Unidos ante el mundo.

Existe una mayor represión interna en el país y se vive en un clima permanente incertidumbre a la espera de un ataque terrorista.

Miles de millones de dólares se destinan a la guerra en detrimento de los programas sociales y educativos. La popularidad del Presidente norteamericano ha llegado a los niveles más bajos desde que asumió el poder.

Hoy Bush, ante sus reiterados fracasos, inventa un llamado imperio del mal que pretende poderoso y peligroso para la Humanidad y trata de levantar el fervor patriótico post 11 de septiembre que con las guerras, las mentiras, el terror y el despilfarro de recursos, según las encuestas, está desapareciendo.

   

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