MESA REDONDA

(17 de septiembre de 2005)

Luchamos por todos los oprimidos

A propósito de la Cumbre del Milernio+5, recuerda la primera visita del Comandante en Jefe a Naciones Unidas en septiembre de 1960, ocasión en que sentó las bases de lo que sería el proceder de la diplomacia revolucionaria

Janet Comellas Torre

Así, con esa frase, sellaba el Comandante Fidel Castro Ruz, hace 45 años, un encuentro histórico que consolidó para siempre la amistad entre la comunidad afronorteamericana y la Revolución Cubana, a propósito de su primera presencia en la sede de las Naciones Unidas, en septiembre de 1960.

Desde esa primera vez ante la comunidad internacional —Fidel, entonces Primer Ministro—, sentó las bases de lo que sería el proceder de la diplomacia revolucionaria.

"Desaparezca la filosofía del despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra. Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado una verdadera etapa de progreso", sentenciaba

Hoy, en la Cumbre Milenio+5, como entonces, el pueblo cubano, representado por el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada, continuó la misma lucha en defensa de la paz, el desarrollo y los más legítimos derechos de la humanidad.

El rechazo al documento final de esa Cumbre, expresa la continuidad de aquella batalla iniciada por Fidel hace cuatro décadas y medias, pues esta nueva cita en la ONU, además de ser prácticamente secuestrada por el imperio, fracasó de plano. Tras cinco años de la Cumbre del Milenio, el mundo llega sin conseguir ni siquiera algunos de los objetivos de aquel conclave, los cuales estaban encaminado a disminuir la pobreza.

Será hasta el 2015, diez años más, el plazo para cumplir dichas metas, entre las cuales se encontraba reducir el hambre y la miseria

Los pocos esfuerzos concretos de cara a cumplir aquellos objetivos y el retroceso en muchos de ellos, evidencian la falta de voluntad política de los países industrializados para resolver los problemas más acuciantes que limitan los esfuerzos de los países más pobres por alcanzar su desarrollo.

El intervensionismo y el poder oligárquico y tiránico de los poderosos llevados de la truculenta mano de la Casa Blanca, conducen a la ONU hacia el precipicio de la inacción, aunque se levantan voces dignas con ejemplos concretos, como Cuba y Venezuela, para que tales propósitos hegemónicos no se impongan.

Sobre este tema, versó el programa televisivo Mesa Redonda de este viernes, donde participaron los periodistas Rogelio Polanco, Arleen Rodríguez, Lázaro Barredo y Randy Alonso, el director de la Oficina de Asuntos Multilaterales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rodolfo Reyes, y los investigadores, Ariel Aguilar y Silvio Baró.

Los panelistas resaltaron la significación del discurso de Alarcón, que compartió la denuncia del presidente venezolano Hugo Chávez, cuyas palabras han tenido una gran repercusión en la comunidad internacional.

En el espacio se recordó, además, aquel 19 de septiembre de 1960, cuando, durante su viaje a Estados Unidos para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas, en el hotel Theresa de Harlem, Fidel sostuviera un encuentro con Malcolm X, lo que constituyó un hito en las relaciones de la comunidad negra norteamericana y el pueblo cubano, que, aún hoy, tras 45 años, mantienen su vigencia.

En aquella oportunidad el líder negro comentó al Jefe de la Revolución Cubana: "mientras el tío Sam esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno".

   

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