Luchamos por todos los oprimidos
A propósito de la Cumbre del
Milernio+5, recuerda la primera visita del Comandante en Jefe a
Naciones Unidas en septiembre de 1960, ocasión en que sentó las
bases de lo que sería el proceder de la diplomacia revolucionaria
Janet
Comellas Torre
Así, con esa frase, sellaba el
Comandante Fidel Castro Ruz, hace 45 años, un encuentro histórico
que consolidó para siempre la amistad entre la comunidad
afronorteamericana y la Revolución Cubana, a propósito de su
primera presencia en la sede de las Naciones Unidas, en septiembre
de 1960.
Desde esa primera vez ante la
comunidad internacional —Fidel, entonces Primer Ministro—,
sentó las bases de lo que sería el proceder de la diplomacia
revolucionaria.
"Desaparezca la filosofía del
despojo y habrá desaparecido la filosofía de la guerra.
Desaparezcan las colonias, desaparezca la explotación de los
países por los monopolios, y entonces la humanidad habrá alcanzado
una verdadera etapa de progreso", sentenciaba
Hoy, en la Cumbre Milenio+5, como
entonces, el pueblo cubano, representado por el presidente de la
Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada,
continuó la misma lucha en defensa de la paz, el desarrollo y los
más legítimos derechos de la humanidad.
El rechazo al documento final de esa
Cumbre, expresa la continuidad de aquella batalla iniciada por Fidel
hace cuatro décadas y medias, pues esta nueva cita en la ONU,
además de ser prácticamente secuestrada por el imperio, fracasó
de plano. Tras cinco años de la Cumbre del Milenio, el mundo llega
sin conseguir ni siquiera algunos de los objetivos de aquel
conclave, los cuales estaban encaminado a disminuir la pobreza.
Será hasta el 2015, diez años más,
el plazo para cumplir dichas metas, entre las cuales se encontraba
reducir el hambre y la miseria
Los pocos esfuerzos concretos de cara
a cumplir aquellos objetivos y el retroceso en muchos de ellos,
evidencian la falta de voluntad política de los países
industrializados para resolver los problemas más acuciantes que
limitan los esfuerzos de los países más pobres por alcanzar su
desarrollo.
El intervensionismo y el poder
oligárquico y tiránico de los poderosos llevados de la truculenta
mano de la Casa Blanca, conducen a la ONU hacia el precipicio de la
inacción, aunque se levantan voces dignas con ejemplos concretos,
como Cuba y Venezuela, para que tales propósitos hegemónicos no se
impongan.
Sobre este tema, versó el programa
televisivo Mesa Redonda de este viernes, donde participaron los
periodistas Rogelio Polanco, Arleen Rodríguez, Lázaro Barredo y
Randy Alonso, el director de la Oficina de Asuntos Multilaterales
del Ministerio de Relaciones Exteriores, Rodolfo Reyes, y los
investigadores, Ariel Aguilar y Silvio Baró.
Los panelistas resaltaron la
significación del discurso de Alarcón, que compartió la denuncia
del presidente venezolano Hugo Chávez, cuyas palabras han tenido
una gran repercusión en la comunidad internacional.
En el espacio se recordó, además,
aquel 19 de septiembre de 1960, cuando, durante su viaje a Estados
Unidos para participar en la Asamblea General de Naciones Unidas, en
el hotel Theresa de Harlem, Fidel sostuviera un encuentro con
Malcolm X, lo que constituyó un hito en las relaciones de la
comunidad negra norteamericana y el pueblo cubano, que, aún hoy,
tras 45 años, mantienen su vigencia.
En aquella oportunidad el líder
negro comentó al Jefe de la Revolución Cubana: "mientras el
tío Sam esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno".