Que jamás vuelva a ocurrir semejante barbarie, escribió el
Comandante en Jefe, Fidel Castro, a nombre de Cuba, en el libro de
homenaje a las víctimas de los terribles bombardeos que quedaron
inscritos como el primer acto terrible de terrorismo de Estado de
los EE.UU. en el mundo, en ocasión de su visita a Hiroshima, en
marzo del 2003,
A las 8:16 am.(hora local de Japón) del 6 de agosto de 1945, el
mundo cambió para siempre, 80 000 de los 320 habitantes de
Hiroshima murieron en fracciones de segundo. La explosión de la
primera bomba atómica empleada contra los seres humanos, produjo
una temperatura de millones de grados centígrados.
La acción combinada de la onda de choque y la radiación
luminosa desintegró los edificios y vaporizó a sus habitantes.
Tres días después, el 9 de agosto a las 11.02 am. (hora local
de Japón)
El Gobierno de Estados Unidos repitió el crimen de lesa
humanidad,
55 000 de los 235 000 habitantes de Nagasaki, perdieron la vida
en fracciones de segundo después que fue detonada la segunda bomba
atómica.
Sesenta años después las vidas arrancadas como consecuencia de
las secuelas de aquellas explosiones supera la cifra de 230 000.
Sobre este tema de terrible actualidad, brindaron sus comentarios
los panelistas, José Altshuler, Hugo Pérez Roja, Luis M. Garcia
Cuñarro, Reinaldo Taladrid y la moderadora Arleen Rodríguez,
durante la Mesa Redonda Informativa de ayer.
Los panelistas abundaron en detalles sobre la historia del
surgimiento, desarrollo y empleo del arma nuclear, sus consecuencias
desde el punto de vista moral, político y militar para toda la
humanidad.
El doctor Altshuler comentó la inmoralidad del empleo de las
bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki. Se refirió a las
declaraciones del presidente Truman quien afirmó que aquella
decisión nunca le había quitado el sueño. También se refirió a
otras personalidades norteamericanas, incluidos científicos y
militares, que se oponían al empleo del arma nuclear.
Reinaldo Taladrid, se refirió a las consecuencias de aquellos
criminales bombardeo, y destacó que prácticamente nadie en el
sistema de poder de los Estados Unidos se ha opuesto o se ha negado
a usar el arma nuclear como recurso de política.
El arma nuclear, dijo, se convirtió en parte cotidiana de la
política estadounidense, lo que se pone de manifiesto en que aún
hoy, continúan investigando y desarrollando nuevas variantes de ese
tipo de armamento, con la justificación de que no causarán
"daños colaterales".
El doctor García Cuñarro señaló que el mundo de hoy es mucho
más inseguro por múltiples razones, entre las cuales se incluye la
posesión y existencia del arma nuclear. El Gobierno de Estados
Unidos, dijo, la emplea en su política unilateral y la utiliza como
instrumento de presión.
Estados Unidos habla de reducir las cabezas nucleares, no de
eliminarlas, e incluso este tipo de armas se inscribe en la guerra
internacional contra el terrorismo. Hoy, comentó, ese país,
concibe que puede emplear el arma nuclear de dos maneras, primero
contra países miembros del Tratado de No Proliferación Nuclear,
y segundo, contra los llamados países del "eje del
mal".
En su comentario el doctor Pérez Rojas señaló que la ciencia
se puede usar, como muchas otras cosas, para el bien y para el mal,
y en el caso de las armas nucleares se trató de un proyecto
dirigido hacia el mal, una bomba para destruir vidas humanas,
ciudades.
Explicó que resulta difícil imaginar realmente las
consecuencias del empleo de las bombas nucleares, porque realmente
la cantidad de energía liberada en un tiempo extraordinariamente
corto, (cerca de un millón de grados Kelvin, una temperatura
colosal) genera una cantidad de radiación enorme y es capaz de
destruir todo lo que encuentra a su paso.