MESA REDONDA

(15 de julio de 2005)

La violencia y la fuerza no son la solución del terrorismo

Mariela Pérez Valenzuela

¿Son la injusta y criminal guerra en Iraq, donde murieron miles de civiles inocentes y la violencia cobra víctimas todos los días, o los atentados con explosivos perpetrados hace una semana en los servicios públicos de transporte de Londres, los caminos para salvar a la Humanidad del terrorismo?

Por supuesto que no. Como ha dicho Cuba en más de una ocasión, la violencia y el empleo de la fuerza están muy lejos de ser las maneras para enfrentar ese flagelo, de donde quiera que provenga o sea quien sea quien lo ejecute.

En la Mesa Redonda Informativa de ayer transcendió que los recientes atentados en la capital británica confirman el fracaso de la política imperial del eje Washington- Londres, que aplica el método de la guerra para combatir el terrorismo.

Sobre estos sucesos la colega Arleen Rodríguez dijo que hoy se habla de 54 fallecidos y, según investigaciones, sus autores son jóvenes que, con un modo de vida occidental, se oponían al terrorismo de estado contra los países musulmanes.

Apenas estallaron los explosivos sin evidencias reales se habló de terrorismo islámico y, comentó Renato Recio, la prensa occidental de forma inmediata relacionó los atentados con una supuesta guerra de cultura.

Consideró que resulta apresurado asegurar que fueron motivaciones religiosas o culturales las que incitaron a sus autores a cometer esos crímenes e indicó que lo que alientan los líderes de los países del sistema imperialista mundial es el rechazo total a la cultura islámica.

En otro momento Reinaldo Taladrid se refirió a las diversas reacciones internacionales frente a estos acontecimientos del 7 de julio en Londres y precisó que la primera fue la condena por líderes políticos y por la prensa de los actos terroristas y de violencia contra personas inocentes.

A la hora de analizar qué sucedió, la prensa europea y parte de la latinoamericana y de Estados Unidos reflejaron esencialmente las muertes que ocasionaron estos actos, mientras hubo destellos tanto de prensa alternativa como de figuras políticas y sociales que fueron más allá y atribuyeron los hechos a una guerra de civilizaciones, entre otras causas.

Más adelante el periodista italiano Gennaro Carotenuto, corresponsal del periódico uruguayo Brecha, dijo en entrevista telefónica a la Mesa Redonda que en Italia la gente común está un poco asustada, aunque en sentido general la sociedad italiana reacciona con bastante tranquilidad, en alusión a la posibilidad de que próximos atentados puedan ocurrir en ese país, como comentan medios de prensa.

Consideró interesante lo que sucede entre la mayoría de derecha en Italia. Mientras una parte llama al estado de guerra, a expulsar a los inmigrantes, otra fracción dentro del Gobierno de derecha considera inoportuna esa iniciativa.

De la guerra en Iraq y su vinculación con la historia sangrienta de los últimos días, Lázaro Barredo señaló que por informaciones se conoce que en ese país árabe hasta siete personas se inmolan diariamente.

Solo el Pentágono contabilizó en el mes de mayo último alrededor de 700 ataques con artefactos explosivos de fabricación manual, hechos de violencia que están ensangrentando a esa nación, y que le crean a Washington un gran conflicto, sin que exista una perspectiva de solución, agregó.

Sobre los actos terroristas en Londres y su implicación para el mundo, Atilio Borón, secretario ejecutivo de CLACSO, señaló al espacio televisivo que el sistema capitalista es el que establece el terrorismo como modo normal de las relaciones entre las potencias imperialistas y los países de la periferia.

El terrorismo practicado por el Estado genera lentamente respuestas violentas de los sectores dominados, humillados, saqueados por el imperialismo, que no encuentran otro recurso que aplicar medidas que generan graves perturbaciones en los países atacados, lo cual no quiere decir que ese terrorismo este justificado, añadió.

El destacado intelectual dijo que a esa violencia de los pueblos se le llama terrorismo, y al terorismo de Estados Unidos se le nombra defensa de las libertades y de la democracia, cuando es la defensa de los intereses imperialistas y nada más.

   

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