MESA REDONDA

(4 de mayo de 2005)

Una América Latina que no gusta a Estados Unidos

Arnaldo Musa

América Latina es receptora de todos los problemas sociales, económicos, políticos y culturales que agobian al mundo, pero el mayor de sus problemas es Estados Unidos, cuyo Gobierno demuestra una actitud y un comportamiento cada vez más imperiales.

A la región todavía le queda mucho para ser verdaderamente independiente, pero como síntoma de cambio en los últimos días fueron noticias que en la desprestigiada OEA no ganó el candidato de Washington; que en su gira por naciones de Sur y Centroamérica la secretaria de Estado Condoleezza Rice no logró sus objetivos antibolivarianos, y que no todos los países de la región están a favor de los tratados de libre comercio que quiere imponerles Estados Unidos.

Esas y otras reflexiones fueron hechas en la Mesa Redonda Informativa de este martes, que conducida por Randy Alonso y con la participación de los también periodistas Ana Teresa Badías, Marina Menéndez, Orlando Oramas, Nidia Díaz y Aixa Hevia, tuvo por título América Latina, entre el imperio y los pueblos.

Orlando Oramas recordó que la plaza de Secretario General de la OEA estaba vacante desde octubre del 2004, desde que fue penado por corrupción Miguel Ángel Rodríguez, y que, por primera vez en 57 años, Estados Unidos no pudo imponer su candidato en ese organismo que financia en un 60%, luego de ver defenestrados a sus "favoritos", el expresidente salvadoreño Francisco Flores y el canciller mexicano, Luis Ernesto Derbez.

Condoleezza Rice maniobró para no dar la idea de que EE.UU. había fracasado y aceptado contra su deseo al chileno José Miguel Insulza, candidato respaldado desde un primer momento por Chile, Brasil, Argentina y Venezuela.

Brasil, Colombia, Chile y El Salvador fueron escenarios de la gira de Rice, que concluyó en un fracaso a pesar de contar el imperio con algunos peones en el hemisferio, apuntó Nidia Díaz, quien precisó que el objetivo de la Secretaria de Estado era aislar a la Revolución Bolivariana de Venezuela y volver a revivir el proceso de negociación para imponer el ALCA, pero regresó con las manos vacías, principalmente de Brasil, que desestimó las "zanahorias", rechazó los chantajes y llamó a respetar la libre determinación de Venezuela.

Solo al final, en Colombia, la representante del Gobierno de W. Bush logró culminar el establecimiento del TLC con ese país.

Aun en medio de los esfuerzos por mantener su control sobre la región, la propia Condoleezza Rice ha tenido que admitir que en América Latina impera la pobreza, flagelo del que Roger Noriega acusa a los partidos políticos, soslayando que la mayoría de estos han estado asociados a la política de EE.UU.

En su visión distorsionada de la realidad latinoamericana, Noriega no ha dejado de atacar a la Alternativa Bolivariana para las Américas y a sus primeros adherentes, Cuba y Venezuela, intentando desconocer el gran beneficio que puede significar para los pueblos de la región.

La inquietud social empieza a conmover los cimientos de América Latina, como se ha visto en los últimos días en Ecuador, donde se opone resistencia a la injerencia de Estados Unidos y de sus peones.

La Mesa Redonda abordó también la situación en Nicaragua, donde imperan el caos y la pobreza, y hay hoy, dijo Orlando Oramas, un "terremoto social", no obstante la tensa calma que ha sucedido a los más recientes brotes de protesta popular contra lo que algunos califican de incapacidad gubernamental.

En México, entre tanto, el caso López Obrador aún no ha sido zanjado y se recurre a nuevas maniobras para evitar que asuma en ese país un Gobierno de corte popular encabezado por el alcalde del Distrito Federal; en Bolivia el pueblo demanda constantemente al Congreso que se nacionalicen el petróleo y el gas, y en Haití continúa en ascenso la inseguridad social.

   

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