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(26 de abril de 2005)
La pesadilla
prolongada del Gobierno de Bush
Joaquín
Rivery Tur
Orlando Requeijo,
embajador de Cuba ante la Organización de Naciones Unidas, emplazó
ante el Consejo de Seguridad al Gobierno de Estados Unidos a revelar
la realidad de la estancia en su territorio del terrorista Luis
Posada Carriles.
Con esa información
comenzó anoche la Mesa Redonda informativa dedicada a Estados
Unidos, su agresividad y sus problemas de todo tipo.
Randy Alonso, el
moderador, declaró que hubo en el Consejo de Seguridad embajadores
que se refirieron a la doble moral por la actitud asumida por
Estados Unidos con respecto a Luis Posada Carriles. Se trata,
añadió de un asunto de viral importancia, sobre todo en medio de
la creación del nuevo cargo de director de Inteligencia que asumió
John Negroponte, finalmente aprobado por el Senado norteamericano.
La creación de este
puesto, recordó el colega Eduardo Dimas, es una de las medidas que
recomendó la comisión que estudió el caso de los atentados del 11
de septiembre, y que también analizó el trabajo de las distintas
agencias de inteligencia del país alrededor de ese abominable
hecho.
La coordinación le va a
costar mucho trabajo a Negroponte, por la tendencia de cada una de
estas entidades a reservarse la información sin compartirla con
nadie más, y es uno de los mayores escollos que va a tener.
Negroponte no confrontó
problemas para su aprobación, pero bien distinta ha sido la actitud
del Senado con respecto a la proposición de John Bolton como
embajador yanki ante la Organización de Naciones Unidas.
Reinaldo Taladrid
enfatizó en la mesa redonda que Bolton siempre ha estado opuesto a
la misma ONU y a los tratados y convenios contrarios al
armamentismo, sobre todo a aquellos que limitan la producción y el
uso de armas de exterminio masivo.
Bolton, en mentira
flagrante y demostrada, acusó a Cuba de estar buscando la forma de
exportar armas de destrucción masiva en un supuesto programa de
armas biológicas.
El personaje, con muchos
cuestionamientos entre los senadores, se negó a aceptar los
criterios de especialistas del Departamento de Estado y de la CIA y
pidió en su momento que fueran cesanteados porque tenían opiniones
contrarias a las suyas.
A pesar de que el Senado
considera que Bolton puede ser un embajador desastroso, Bush ha
insistido en que la Cámara Alta debe confirmarlo para el cargo, e
incluso ha emprendido una campaña para salvarlo.
Rogelio Polanco,
director del periódico Juventud Rebelde, puso sobre el tapete las
actitudes corruptas del congresista Tom DeLay, un nuevo escándalo
de un republicano metido hasta el cuello en la corrupción:
anticubano, proisraelí, favorable a cualquier posición de extrema
derecha en la Cámara, donde puede ser sometido a la comisión de
ética por aceptar viajes caros, sobornos y otros detalles que tal
vez salgan a la luz en un caso en el que llega a hablarse de la
renuncia del legislador.
Iraq continúa siendo la
principal preocupación de la política norteamericana, donde no
acaba de tomar cuerpo el Gobierno que debe ser designado después de
las elecciones efectuadas bajo la ocupación norteamericana,
comentó Juana Carrasco.
El vicepresidente
norteamericano Richard Cheney y Condoleezza Rice, secretaria de
Estado, están presionando fuertemente para tratar de que acabe de
formarse el gabinete que va a controlar el país bajo las
indicaciones de la Casa Blanca.
Por el lado militar,
EE.UU. está empleando cada vez más unidades de mercenarios, a la
vez que se producen cada vez más deserciones entre las tropas
iraquíes, lo que obliga a las tropas yankis a reasumir un peligroso
patrullaje que habían dejado en manos iraquíes para evitar bajas.
Taladrid cuestionó
cómo hará el Gobierno estadounidense para mantenerse en Iraq con
unos 200 000 hombres (entre soldados norteamericanos y tropas de
otros países), mientras Dimas dejó claro que la economía de
EE.UU. se caracteriza por la inestabilidad a causa de las medidas
erráticas del Gobierno de Bush, y a pesar de ello, y de los enormes
déficits fiscal y de cuenta corriente, el Congreso acaba de aprobar
otros 81 000 millones de dólares solamente para mantener la
ocupación del país árabe.
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