(19 de marzo de 2005)
Los Maestros Emergentes:
una hermosa realidad cinco
años después
Alexis
Schlachter
En Melena del Sur, donde
Cuba proclamó su primera victoria educacional con la erradicación
del analfabetismo, nació el 15 de marzo del año 2000 uno de los
mayores frutos de la Batalla de Ideas: la Escuela de Formación
Emergente de Maestros Primarios "Revolución Húngara de
1919" que abrió el camino para preparar a 19 000 jóvenes en
el último lustro y alcanzar la meta de 20 alumnos de los grados
iniciales por educador.
Este fue el tema central
de la Mesa Redonda de ayer, en la cual fueron expuestas hermosas
experiencias de los profesores y de los primeros alumnos de aquel
contingente de educadores que dio inicio a un poderoso movimiento
educacional, hoy verdadero orgullo de la Revolución.
La doctora María Teresa
Ferrer Madrazo, primera directora de la Escuela "Revolución
Húngara de 1919", expuso sus interesantes vivencias sobre el
tema y destacó la certera visión del Comandante en Jefe, quien
tuvo absoluta confianza en la juventud cubana para enfrentar la
carencia de maestros primarios durante una etapa ya felizmente
superada.
Acerca de los nuevos
retos que enfrentan los profesores de los actuales maestros
emergentes subrayó lo necesario que es elevar las exigencias
pedagógicas en aras de superar los actuales resultados en la
enseñanza primaria y, paralelamente, fortalecer los lazos de unión
con las familias de los noveles educadores.
Dagoberto Hevia Alonso,
graduado del primer curso de formación de maestros emergentes,
narró sus experiencias iniciales como alumno en la Escuela
"Revolución Húngara de 1919" y de qué manera le
ayudaron en su formación profesional, humana y revolucionaria.
Destacó el papel
desempeñado por los tutores (profesores de larga experiencia) en la
formación profesional e integral de aquel contingente inicial; a un
lustro de su primera experiencia magisterial, e insistió en la
necesidad de continuar la superación, hacerse licenciado y llegar
hasta la maestría en ciencias pedagógicas en beneficio de sus
alumnos de hoy y de mañana.
Por su parte, el
licenciado Arturo Guedes Abrahantes, director de la escuela donde
actualmente ejerce Dagoberto, subrayó la importancia de
caracterizar a cada maestro emergente, conocer sus problemas y
posibles dificultades para poder ayudarlo en el desempeño de sus
tareas profesionales. Con alegría destacó que, si en un principio
los familiares de los alumnos veían con cierta aprehensión a los
maestros emergentes, hoy los consideran parte de la familia por la
confianza que han sabido despertar.
La importante tarea de
apoyo a los maestros emergentes por parte de los metodólogos fue
destacada por la licenciada Estela Caballero López, mientras el
Máster en Ciencias Omar Fontes Sosa, director general de la sede
pedagógica universitaria del municipio capitalino de Regla, se
refirió al apoyo en conocimientos y experiencias que brinda la
institución a los jóvenes profesores.
La joven Luisa Sánchez
Tejeda, alumna del sexto curso de la Escuela "Revolución
Húngara de 1919" y presidenta allí de la FEEM, manifestó su
compromiso con la confianza depositada en los maestros emergentes
por parte de la familia cubana.
Se cierra un primer
quinquenio de arduo pero fructífero trabajo en el sistema
educacional de nuestro país y se abren amplias y prometedoras
perspectivas gracias a los maestros emergentes y su confianza en los
postulados de la Revolución.
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