MESA REDONDA

(11 de marzo de 2005)

Cuba también mira al Espacio

Anett Ríos Jáuregui

La extraordinaria mitología sobre los planetas, la faz de la luna, o el profundo sonido del mundo, que el hombre construyó maravillado durante milenios, concluyó abruptamente en el Siglo XX y dio paso a una de las más grandes proezas de la humanidad: el comienzo de su apropiación cósmica.
El lanzamiento del primer satélite al espacio por parte de la URSS, el 4 de octubre de 1957, es considerado internacionalmente como el inicio de la era espacial. El 12 de abril de 1961 ocurrió quizás el suceso más poético de toda la historia universal: Yuri Gagarin viajó al cosmos. Luego fue el viaje de la primera mujer, el primer grupo, los pasos por la Luna…
Hoy se calcula que aproximadamente 450 personas han viajado fuera del planeta.
A la era espacial con fines científicos prosiguieron la carrera espacial, los objetivos militares, incluso turísticos. Actualmente 20 millones de dólares pueden comprar un boleto al espacio y por menos dinero se
puede conseguir un enterramiento cósmico.
La historia de la investigación espacial cubana comenzó justo después del Triunfo de la Revolución. En la década del sesenta se crearon las primeras instituciones científicas en este orden con el apoyo del
campo socialista. Los años ochenta supusieron el período más fructífero: un vuelo conjunto cubano-soviético, cuyo aniversario 25 se celebrará en septiembre del 2005, lanzó fuera de la Tierra al
primer cosmonauta iberoamericano, el hoy General de Brigada Arnaldo Tamayo Méndez, Héroe de la República de Cuba.
Tras el derrumbe de la URSS y la desaparición del socialismo en Europa el mérito mayor de esta disciplina científica en el país fue mantener los equipos funcionando, modernizarlos y automatizarlos con el paso de los años, según precisó ayer Lourdes
Palacios, directora del Instituto de Geofísica y Astronomía del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), durante su intervención en el espacio televisivo de la Mesa Redonda.
La tecnología espacial fundamental del Cuba está constituida por una Estación Meteorológica de Satélite, Estación Radioastronómica, Telescopio solar horizontal, Telescopio reflector, Estación ionosférica
y Observatorio geomagnético. Existe una veintena de profesionales doctorados en estos campos y más de 50 especialistas de alta calificación.
Las últimas décadas han brindado importantes resultados. Durante el eclipse solar de 1973 se detectó un nuevo objeto astrofísico desde la Estación Astronómica de La Habana. En 1991, también en medio de
otro eclipse solar, se pudo determinar la estructura de una fuente de ruido basado en observaciones simultáneas en La Habana y Baja California, por primera vez en el mundo. Cuba fue la segunda nación
del orbe en establecer mediante sus observaciones la ruptura del núcleo del Cometa West, en 1976.

La tecnología espacial se aplica en el país en diferentes campos de investigación. El procedimiento de teleobservación, por ejemplo, ha permitido realizar estudios en Geografía, Geología, actividad forestal,
medio ambiente y Meteorología. En esta última el trabajo científico y la modernización satelital se orientan a priorizar los servicios de pronóstico del tiempo, aunque también se atienden tópicos agrícolas,
forestales, y oceanográficos, entre otros.
Los planes de militarización del espacio, como parte de la carrera armamentista de los Estados Unidos y en especial de la actual administración Bush, fueron destacados por Arnaldo Tamayo, quien señaló la importancia de la batalla de distintas organizaciones
del mundo por evitar estos proyectos que amenazan la seguridad internacional. Lourdes Palacios indicó la significación que tendrán las aplicaciones espaciales en un futuro para el desarrollo sostenible del país y resaltó la integración nacional, regional e internacional como factor imprescindible para las investigaciones y tecnologías espaciales.

   

SubirSubir