(19 de febrero de 2004)
Guerra, economía y elecciones
El triple atolladero de Bush
Joaquín
Rivery Tur
La información sobre
Estados Unidos es hoy una gran mezcla en la cual se confunden tres
elementos fundamentales: las elecciones, la guerra y la economía,
que fueron tratados en la Mesa Redonda de ayer.
El primero de ellos, la
carrera electoral norteamericana, no es una lucha política donde se
enfrenten candidatos con programas definidos, sino un juego sucio en
el que priman las zancadillas y las trampas.
Howard Dean, quien
parecía ser el más apreciado de los aspirantes, acaba de retirarse
de las elecciones por tener una línea propia y por ello sufrir el
peso del ataque de la maquinaria de su propio partido, el
Demócrata, por haber constituido un movimiento anti guerra que se
salía de los cánones establecidos.
Hasta el momento va
ganando John Kerry y solamente tiene como contrincante a John
Edwards, de quien se está esperando para definir si se retira o no
de la contienda interna demócrata.
Ante la situación, el
campo de Bush, según Reinaldo Taladrid, está preocupado porque
hace muchas semanas se ha estado oyendo hablar contra el presidente.
Este es un momento en que la administración de George W. Bush está
envuelta en cinco escándalos, el mayor de los cuales es el fracaso
en Iraq debido a que no han aparecido por ninguna parte las famosas
armas de destrucción masiva.
Por lo tanto, la
reelección de Bush no es algo completamente claro y, según las
encuestas, van delante los demócratas.
Randy Alonso, moderador
de la Mesa Redonda, señaló que ha surgido un nuevo género
literario en Estados Unidos con los volúmenes dedicados a denigrar
al actual Presidente, de quien nadie parece dispuesto a hablar bien,
con el agravante de que están por salir otros 25 libros que
critican por otra razón al presidente que siempre dice mentiras.
Juana Carrasco ilustró
la situación de Iraq citando el último ataque suicida contra la
base de las tropas polacas en Iraq, con lo que los iraquíes se
mantienen en la lucha contra EE.UU y todos sus aliados nacionales o
extranjeros. Por eso los norteamericanos quieren urgentemente
sustitutos que mueran por ellos.
Barbara Betancourt
destacó que es muy difícil de disimular el tema, que
insistentemente han manejado los demócratas en la lucha electoral.
Lo peor para Bush es que
el famoso argumento para desatar la guerra se ve cada vez como una
mentira mayor o, realmente, como un rosario de mentiras lanzadas
para justificar el ataque.
Arleen Rodríguez
Derivet hizo hincapié, por su parte, en que varios países que de
una forma u otra estuvieron del lado de Estados Unidos, han
insistido en dar a la ONU un papel más relevante. Incluso la gran
hermandad Bush-Blair pareció romperse cuando la esposa del Primer
Ministro británico hizo declaraciones contra Bush, a quien
denominó presidente ilegítimo.
En la carrera electoral,
donde más ataques recibe Bush es en el campo económico. El
Presidente no electo se pasa el tiempo repitiendo como un disco
rayado que el país está en crecimiento y que se generarán empleos
nuevos, pero hoy mismo hubo el reconocimiento de que no sucedía
así.
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