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(11 de diciembre de
2002)
El ALCA solo
beneficiará a las transnacionales
ARSENIO RODRÍGUEZ
El
rico debate que se efectuó en La Habana durante el Encuentro
Hemisférico de Lucha contra el ALCA centró su atención en
diversos temas de interés para los miles de participantes que se
dieron cita en el Palacio de las Convenciones en la capital cubana.
El estado actual de las
negociaciones del ALCA fue tratado en uno de esos paneles, en los
que intervinieron especialistas de varios países, lo que
constituyó un material de primera y con el mismo nombre para la
Mesa Redonda que se transmitió ayer.
Karen Halsen, de los
EE.UU., representante de la institución Por un comercio
responsable, destacó la creciente oposición de la sociedad civil
en contra del ALCA, lo que ya influye en algunos gobiernos
latinoamericanos.
Hay varias estrategias
de EE.UU. para enfrentar la situación, y una de ellas es presionar
a los países y negociar de forma bilateral determinados acuerdos
con algunos (Chile, Centroamérica, República Dominicana, Ecuador,
Perú).
La intención de estos
acuerdos bilaterales es presionar a Brasil y avanzar por esa vía,
caso de no lograrse el ALCA. Se negocia incluso el acceso a los
mercados de forma unilateral, lo que es un desafío enorme para
varias naciones y EE.UU. lo hace para establecer condiciones que
permitan la creación del ALCA.
El objetivo central de
la Administración Bush es que las transnacionales norteamericanas
entren o salgan de cada uno de los países sin mayores problemas,
poniendo por encima de los intereses de los pueblos los de estas
empresas.
Precisó que el Congreso
está muy dividido en torno a estos problemas del libre comercio, y
que los debates se tornan muy interesantes. En la actualidad, hay
nuevos sectores que se involucran en estos debates.
Pablo Solón, boliviano,
dijo que el monstruo al que nos enfrentamos tiene varias cabezas, y
una de ellas es el ALCA, ya que por otras vías tratan de avanzar.
Las inversiones constituyen el aspecto más importante del ALCA, y
solo tratan de garantizar las ganancias de los grandes inversores,
mediante tribunales supranacionales donde la transnacional esté al
mismo nivel de un país.
Gilberto Moringoni,
periodista brasileño, inició sus palabras destacando el triunfo de
Lula en Brasil, lo que fue posible por el descontento popular con
las políticas neoliberales, entre otros factores.
Señaló la gran deuda
pública que tiene su país y cómo una gran parte de los ingresos
se dedica al pago de los intereses de esa deuda, entre otros males
dejado por los compromisos contraídos con el Fondo Monetario
Internacional y la aplicación de esas políticas neoliberales.
Alertó de las maniobras
que utilizará la clase dominante brasileña en contra del Gobierno
de Lula, que deberá tener en cuenta los intereses populares que le
brindaron todo su apoyo y que son contrarios al ALCA, reconocido en
plebiscito efectuado nacionalmente.
Llamó a que se apoye a
Brasil ante un posible enfrentamiento con un país tan poderoso como
EE.UU., y a crear bloques de integración regional, como el
MERCOSUR, para destacar que el ALCA es mucho más que un acuerdo
comercial.
¿El Gobierno Lula
romperá o no con el ALCA?, se preguntó finalmente, para
responderse que sería la vida la que daría la respuesta.
Posteriormente se
facilitó un rico debate, donde Raúl de la Torre, trabajador de la
prensa de Argentina rindió un informe de la tragedia social que
vive su país, lo que solo constituye un espejo de lo que le
pasaría a muchos otros países de aprobarse el ALCA.
Latinoamérica será el
talón de Aquiles de los planes de la actual Administración Bush,
dijo un participante norteamericano, quien reconoció el papel
desempeñado por el pueblo cubano y lo felicitó por su valor, y
señaló la situación de crisis en otros países latinoamericanos
que se ven ahogados por la deuda externa y las políticas
neoliberales.
Solón agregó, por su
parte, que cada vez más estamos viendo que la política de los
EE.UU. ya no es solo privatizar, sino que aplica otros chantajes
para darles créditos e inversiones a los países de la región, y
que ahora le toca a Bush determinar cuál es el país elegible para
este llamado nuevo libre comercio, que de hecho es un proceso de
colonización a todos los niveles.
Añadió que los
parlamentos serán un lugar clave para la lucha contra el ALCA y que
propuesta alternativa no solo será la denuncia, sino que deben
articularse campañas por cada uno de los aspectos que conforman el
ALCA, y finalmente dijo "tenemos que bajar la lucha al nivel de la
tierra" ya que nuestro objetivo no debe ser cortarle una de las
cabezas al monstruo, sino matarlo". |