MESA REDONDA

(22 de noviembre de 2003)

ALCA

Derrota enmascarada en Miami

Mariela Pérez Valenzuela

No son tiempos de fortuna para el Gobierno de Estados Unidos, que acaba de sufrir una derrota parcial en la recién finalizada reunión de los ministros de Economía y Finanzas de 34 países involucrados en el proyecto anexionista norteamericano que es el ALCA.

Una verdadera mina de oro para las firmas de ese país sería la implantación del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) en las condiciones en las que Washington se propuso originalmente negociar, pero la cita en Miami confirmó que la realidad hoy es muy distinta, lo que obliga a esa nación a efectuar reajustes en sus postulados.

La reunión transcurrió en medio de fuertes protestas contra el ALCA y terminó un día antes de lo previsto con la firma de un acuerdo que algunos llaman "flexible", "ligero", pero que en realidad forma parte del maquillaje para ocultar el estancamiento en las negociaciones.

Expertos coinciden en que el acuerdo desvanece la ambiciosa idea original del ALCA, un mercado único para 34 países del hemisferio occidental —con la excepción de Cuba—, sin considerar las asimetrías económicas entre las naciones participantes y con una misma disciplina neoliberal para todos.

En la Mesa Redonda Informativa de anoche, bajo la conducción de Arleen Rodríguez, trascendió que en la resolución final se obvian los temas más candentes, como los subsidios agrícolas, la propiedad intelectual y las compras gubernamentales.

Como señaló Renato Recio, periodista de Trabajadores, tampoco se fijan plazos para la conclusión de negociaciones en cuestiones clave, excepto en el tema de las reducciones arancelarias, lo cual obligará a nuevas conversaciones durante el año próximo.

Osvaldo Martínez, presidente de la Comisión de Asuntos Económicos del Parlamento, apuntó que lo ocurrido en Miami es el enmascaramiento de la derrota del proyecto norteamericano, aunque se diga que es un acuerdo flexible.

Las contradicciones que llevaron al estancamiento de las negociaciones siguen sin solución y lo que se ha oficializado es el abandono del proyecto original para sustituirlo por algo confuso, vago, al punto de plantear que cada país avance a la velocidad que pueda, añadió.

Como Estados Unidos se niega a incluir en las conversaciones temas conflictivos como el agrícola y los millonarios subsidios que otorga a sus productores, Brasil plantea que tampoco se pueden examinar otras cuestiones estratégicas para ese país como las inversiones, compras del sector público, comercio de servicios y propiedad intelectual, que en los términos en que están planteados solo favorecen a la primera economía mundial.

De no llegarse a un acuerdo en ese sentido, lo que se pretendía con el ALCA quedará reducido a un simple esquema de disminución arancelaria, agregó.

El también Director del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) subrayó que todo esto sucedió porque con el ALCA se insiste en hacer un neoliberalismo más intenso en momentos en que la crisis de ese modelo es evidente.

Comentó que los dos enemigos del ALCA son el poderoso y creciente movimiento social, junto a la resistencia de los gobiernos de Brasil (negado a renunciar a un proyecto de desarrollo nacional), Argentina, Venezuela (este último impugna la política neoliberal y plantea una alternativa de integración) y en alguna medida de los países caribeños.

El reconocido economista agregó que el Gobierno de Estados Unidos no acepta esta derrota y ahora presiona a algunos países con la firma de acuerdos bilaterales, sobre todo a los más complacientes con Washington, en un intento por hacer pequeños ALCAs.

Insistió en que la suma de acuerdos bilaterales de Estados Unidos con Perú, Colombia, Bolivia, Ecuador, Panamá y otros países no equivalen a un ALCA, más cuando no envuelven a economías importantes como Brasil, Argentina y Venezuela.

En otro momento, Faustino Cobarrubia, especialista del CIEM, señaló que a partir del 2001 se inició una aceleración en el proceso negociador del ALCA, urgencia dada por la crisis profunda de la economía norteamericana y los demás centros del poder económico (Japón y Europa).

Señaló que los principales problemas que enfrenta Estados Unidos y que se relacionan con el ALCA son el déficit comercial y el déficit en cuenta corriente, lo que significa que la mayor economía del planeta está recibiendo más divisa que la que da.

Estos desequilibrios, señaló, obligan a Estados Unidos a buscar mercados para incrementar sus exportaciones, algo que no oculta el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, quien en reiteradas oportunidades ha dicho que el objetivo principal del ALCA es crearles condiciones favorables a las exportaciones norteamericanas.

Pero la prisa de Estados Unidos también obedece al interés de desplazar a competidores asiáticos y europeos y asegurarse recursos estratégicos existentes en la región como petróleo, gas natural y agua.

La Mesa llamó la atención sobre las grandes manifestaciones en contra del ALCA que tuvieron lugar esta semana en Miami y en otros países latinoamericanos, así como los seminarios organizados por la sociedad civil dentro del área militarizada miamense y que la prensa no reflejó.

Joel Suárez, coordinador general del Centro Martin Luther King, apuntó que las protestas fueron fuertemente reprimidas por la policía, se habla de cerca de 150 personas detenidas, a lo que se añade que a otras se les negó la visa para viajar a Miami.

En la Mesa se anunció que en enero próximo tendrá lugar en Cuba el Tercer Encuentro Hemisférico de lucha contra el ALCA, reunión que la Alianza Social Continental quiere aprovechar para definir la lucha contra este ambicioso proyecto en estas nuevas condiciones.

Como dijo Osvaldo Martínez, se están recogiendo los resultados de 20 años de política neoliberal. El ALCA se ha convertido en un tema de debate popular y los pueblos están conscientes de que oponiéndose a ese proyecto enfrentan el neoliberalismo.

   

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