(13 de septiembre de 2003)
El Camaján al desnudo
José
A. de la Osa
El
video de solo unos minutos transmitido ayer al final de la Mesa
Redonda, que mostró al "veterano activista" de los "derechos
humanos" Elizardo Sánchez Santacruz mientras recibía, en ceremonia
secreta en octubre de 1998, la distinción Servicio Distinguido del
Ministerio del Interior (MININT), corrobora el viejo aserto de que
una imagen vale más que mil palabras.
En la cinta califica de "compañeros"
a los oficiales del MININT, y en otro encuentro con un agente de la
Seguridad cubana, Sánchez pide apoyo para aumentar su influencia en
los grupos opositores y para incrementar su colaboración con el
país.
¿Pero quién es
Sánchez Santacruz?... Arleen Rodríguez y Lázaro Barredo, autores
de El Camaján (pillo, vividor) hacen en su libro de reciente tiraje
la vivisección de este personaje que representa el arquetipo de lo
que ha sido la historia de la contrarrevolución interna en Cuba,
con una conducta "sinuosa y pendular", fabricado y pagado como
disidente por el Gobierno de los Estados Unidos.
Calificado como "síntesis
de lo que ha sido la contrarrevolución interna en nuestro país",
El Camaján ha tratado en determinados momentos de presentarse como
ente independiente, de cara a la opinión pública internacional, y
como político surgido en oposición a la Revolución cubana.
El periodista Rogelio
Polanco dijo que en el caso de este "demócrata", "luchador de los
derechos humanos", en cada uno de sus viajes a Estados Unidos
mantuvo reuniones con los más connotados terroristas de la mafia
anticubana, y recordó que en 1996 un "eufórico Elizardo", amigo de
Posada Carriles y Orlando Bosch, tras un premio recibido en Francia,
dijo que "sin el exilio nosotros no existiríamos".
También se reunió con
representantes del PUND (el llamado Partido de Unidad Nacional
Democrática), "una organización que promueve las acciones armadas
para derrocar al Gobierno cubano", como la denomina un libelo de
Miami, para obtener información familiar que facilitara la defensa
de los comandos de esa organización arrestados en acciones de
infiltración en la Isla.
Néstor Baguer, agente
de la Seguridad cubana infiltrado en la llamada disidencia,
caracterizó a Sánchez, en entrevista mostrada en la Mesa, como "camaleón"
porque cambia de color (de política) cada vez que le conviene, "no
lucha por una ideología, sino por dinero", y dijo que es un hombre
muy creído, que piensa es muy inteligente, se encuentra por encima
de todo el mundo y todos tienen que estar a sus órdenes. "Es un
hombre vacío, vacuo completamente, que se cree un genio", subrayó.
En su historial, y fiel
a su trayectoria demagógica y oportunista, se da en los últimos
años un acercamiento a la Seguridad cubana y se convierte en
informante conocido como agente Juana.
Barredo señaló que
como "navegante de todas las aguas", Sánchez ofreció de manera
voluntaria bastante información, incluida tareas encomendadas por
la contrainteligencia cubana, tanto en Cuba como en el exterior. En
los viajes que hizo se acercó a los oficiales para pedir
instrucciones de a quién debía ver en el exterior, qué temas les
interesaban, qué información se requería de sus visitas a Miami,
y para hablar de los contactos que sostuvo con la Fundación
Cubano-Americana, en el Departamento de Estado, con oficiales de la
Agencia Central de Inteligencia, de los cuales hizo
caracterizaciones.
También dio criterios
sobre diplomáticos, periodistas y funcionarios de gobiernos
extranjeros, fundamentalmente de la Oficina de Intereses .
En sus palabras resumen
de la Mesa, el moderador Randy Alonso subrayó que fracasados en su
bloqueo genocida, su guerra económica, y sin abandonar el apoyo a
la mafia terrorista y a los planes militares, el Gobierno de los
Estados Unidos ha apostado su política anticubana a la formación
de una contrarrevolución interna, para cuya creación y sustento ha
dedicado millones de dólares, convirtiendo a lumpens, oportunistas,
furibundos anticomunistas, resentidos y camajanes en mercenarios a
su servicio, a los que ha organizado, afiliado a partidos políticos
creados e insuflado presencia internacional a través de sus medios
de comunicación. El Gobierno norteamericano ha intentado presentar
al mundo la existencia de una oposición sólida y masiva a la
Revolución cubana y crear la imagen de un proceso fracasado e
impopular.
Elizardo Sánchez
Santacruz, El Camaján, es el arquetipo de la cohorte cirquera y
vividora que Estados Unidos presenta como luchadores por la libertad
en Cuba.
En tan cínica e
injerencista política de la Casa Blanca ha encontrado complicidad
en las autoridades de España, Noruega y otros países europeos,
quienes bloquean el intercambio cultural y la ayuda al desarrollo
con nuestro pueblo, mientras destinan decenas de miles de dólares
para estos mercenarios. Es el conjuro de la Casa Blanca, La Moncloa,
Miami y sus mercenarios para derrumbar a la Revolución cubana.
Todos estos planes se
estrellan y estrellarán contra la fortaleza moral, la solidez de
principios de nuestro pueblo. Se equivocan una vez más si piensan
que, con camajanes como este, van a derrumbar a la Revolución
cubana.
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