La razón y el honor de
un pueblo
(Tribuna Abierta de la
Revolución contra la nueva felonía del gobierno norteamericano, el
18 de noviembre del 2002, "Año de los Héroes Prisioneros del
Imperio".)
(Versiones
Taquigráficas – Consejo de Estado)
Solanch Sanz Suárez,
pionera de 4to grado, Escuela "Paquito González Cueto",
Palma Soriano, Stgo. de Cuba
Querido Fidel;
Pueblo de Cuba:
Con cuánto dolor
conocimos que una vez más inspirados por la injusta Ley de Ajuste
Cubano, la cual en estos días ha sido nuevamente defendida por el
Presidente de Estados Unidos, un pequeño grupo de ciudadanos, los
que se llevaron una niña de solo cuatro años de edad, se lanzaron
a una peligrosa aventura al secuestrar una avioneta de la
agricultura cubana. Esta ley que ha causado la muerte a muchos
cubanos; ley que permite el secuestro de aviones y barcos; ley
terrorista y asesina que ha llenado de tristeza algunas de nuestras
escuelas, porque uno de sus pioneros ya nunca más estará entre
nosotros; una ley que ha privado del cariño de sus seres queridos a
muchas familias cubanas.
La Ley de Ajuste Cubano
ha permitido que muchos niños que vivían felices aquí, que
jugaban en sus barrios junto a sus amiguitos, que asistían a
escuelas, en las cuales tenían derecho a una educación integral,
que en su desarrollo cuenta hoy con los más novedosos programas
educativos, con no más de 20 alumnos por aulas, de los que no
disfrutan ningún otro niño en el mundo como es la computación, la
reconstrucción de escuelas, donde cada día eran más respetados y
queridos, donde tenían derecho a pertenecer a la Organización de
pioneros "José Martí", que nos prepara para ser cada
día más cubanos, más martianos, que nos enseña a amar y conocer
nuestra naturaleza, estos han sido arrastrados por sus padres a
notables peligros y no pocos han perdido la vida en medio de las
olas del mar.
¿Puede haber mayor
terrorismo que motivar a un acto como ése? Claro que no. Usted,
señor presidente, y su gobierno que se dicen abanderados de la
lucha contra el terrorismo lo saben muy bien y, sin embargo, siguen
alentando leyes como éstas. Pero me asombra más, cuando usted no
permite la entrada de emigrantes haitianos que arriban a las costas
de su país, pues dice que así evita que otros mueran en el mar
buscando el amparo estadounidense. Y, entonces, yo me pregunto
¿Acaso no es el mismo mar en el que mueren los cubanos? ; ¿Por
qué entonces incita a los cubanos a que lo hagan? o ¿Es que usted
solo quiere que los niños cubanos mueran? ¿es que los votos de los
cubanos en Miami le hacen más falta que el de los haitianos? ¿Qué
es lo que los hace diferentes en su política?
· ¿Será
que en Cuba hay una Revolución digna y victoriosa.?
· ¿Será
que aquí se respetan los derechos humanos y muy especialmente los
de los niños?
· ¿Será
que en Cuba se preparan personas inteligentes, capaces de pensar y
valorar lo injusto de su política?
· ¿Será
que en Cuba ni los más pequeños le tenemos miedo a su imperio?
· ¿Será
que Cuba es una esperanza para todos los países pobres del mundo?
Respóndase usted mismo,
señor presidente.
Si usted quiere permitir
la entrada de cubanos a su país, ¿ por qué, entonces, ocurren
casos como el de una de las personas que voló en la avioneta, a la
cual se le había negado la visa en dos ocasiones y ahora que viaja
ilegal usted si la recibe en su país?
Sepa, señor presidente
del gobierno de los Estados Unidos, que los pioneros cubanos no
queremos leyes como ésta que mata a nuestros compañeritos.
Nosotros queremos que se respeten los tratados migratorios para que
no mueran más cubanos. Nosotros exigimos que se respeten los
acuerdos de Naciones Unidas, donde hace apenas unas horas 173
países votaron a favor de que el bloqueo contra nuestro país cese.
Los pioneros, como parte
de este pueblo patriótico exigimos, también, que cese ya, de una
vez y por todas, la irracional política hacia los cubanos que los
pone en peligro de perder sus vidas impulsados por los mezquinos
intereses de personas que en el "norte revuelto y brutal que
nos desprecia", sueñan con doblegarnos o ver rendidas nuestras
esperanzas.
Cubanas y cubanos:
Por la libertad que hoy
defendemos y por el amor a la vida que construimos:
Pioneros por el
Comunismo ¡Seremos como el Che!
María Isabel Torres
Alonso, Directora Escuela de Artes Plásticas de San Antonio de los
Baños
¡En combate estamos,
Cubanos!
¡La Patria nos
contempla orgullosa!
En combate por la gloria
vivida; esta de asirnos a la vida, con nuestras propias manos. En
combate por el legado de los que forjaron y forjan la Nación
Cubana; su independencia, su libertad: ¡Su estatura!
Cubanas y Cubanos:
Cuando nuestros son los
sueños que se empinan en algazara, inundando cada pedacito de
silencio en las mañanas de escuelas, pañoletas e himno, para
crecer aprendiendo.
Cuando imbuidos, todos
vamos, en pos de este futuro sostenible.
Cuando mi pueblo
estoico, se adueña de sus nuevas metas, por una mejor calidad de
vida, con la austeridad que nos identifica y afianza.
Cuando la solidaridad,
la confianza y el compromiso de vencer, es consigna indeleble en
Pinar y la Isla toda después y siempre antes de los huracanes.
Cuando Cuba marcha
erguida, optimista, inspiradora entre los mustios rostros que
muestran los pueblos y te revienta entonces, la miseria de estos, la
explotación, la desculturalización, la no identidad.
Cuando 173 votos
condenan, por undécima vez, al imperio empecinado en su
bloquearnos.
Cuando crecidos vamos,
se revuelve el imperio en su macabra puesta de obrarnos terroristas.
Entonces ayer, nuestros
laboratorios de salud y para la salud, producen armas biológicas y
armas químicas ofensivas.
Hoy nuestros
diplomáticos son espías.
Hoy Cuba, pone en
peligro la cruzada antiterrorismo diseñada e indicada por el
"Señor Emperador", y tropas norteamericanas arrasan con
Afganistán y amamantan a Sharon en la orgía sangrienta que
extermina al pueblo palestino.
Ayer, hoy y durante 43
años, la misma obcecada política del imperio contra nuestro país.
El doble rasero de un gobierno que adeuda su presidencia a la
ultraderecha y la mafia cubanoamericana.
La Ley de Ajuste Cubano
y los cantos de sirenas, promovidos con irracional propaganda, han
incitado durante 4 décadas, a miles de cubanos, al precio de sus
vidas a la emigración ilegal.
La Ley de Ajuste Cubano
refleja la doble moral de la política antiterrorista ordenada desde
Washington; se recibe con los brazos abiertos a personas
inescrupulosas, que violentan la legalidad cubana con actos de
piratería aérea.
La Ley de Ajuste Cubano
incita a la violencia y la muerte; trata de subvertir el orden como
política de terrorismo de Estado, aplicada por Norteamérica contra
mi país.
Favorece a la Mafia
Cubano-Americana, cuyas millonarias sumas y escaños congresionales
deben al tema Cuba.
¡Acuso al gobierno de
Estados Unidos de promover la muerte de compatriotas y la
separación de familias cubanas!
¡Acuso al gobierno de
Estados Unidos de incitar y promover actos de piratería aérea!
¡Exijo en nombre del
pueblo cubano el cese de la política hostil de Washington hacia
nuestro país!
Al Imperio y sus
lamebotas; aquí está el pueblo cubano demandando el cese de la Ley
Asesina de Ajuste Cubano.
Clamando a viva voz, por
la carga al machete para matar bribones.
Exigiendo al corneta
mambí que a las ordenes del Generalísimo toque a degüello, y el
pecho de Maceo se abre para las nuevas balas por la Patria.
Exigimos a viva voz, la
carga al machete para matar bribones, y Martí vuelve a Tampa desde
Dos Ríos, y de Tampa a Uruguay, Paraguay, Colombia, Venezuela y
abrazando a Bolívar, con su verbo encendido clama por nuestra, la
América toda de los americanos.
A la carga contra los
que cabildean para neoliberarnos, globalizarnos,
librecomercializarnos, en nombre de nuestros, no consultados,
pueblos.
Los de leyes de ajuste,
los del bloqueo, los que lo recrudecen, los miopes y anquilosados.
A la carga contra los
que reprimen la verdad y pretenden, entre barras, perpetuar su luz
que ilumina y mata.
A la carga cubanos que a
Cuba no se le puede tocar ni un tantico así.
Porque al Imperialismo
ni un tantico así.
¡Vamos bien Camilo!
¡Hasta la victoria
siempre!
¡Patria o Muerte
Cubanos!
¡Venceremos!
Dr. Alberto Naranjo
Bohera, Director del Hogar Materno de La Habana Vieja
Comandante en Jefe;
Querido pueblo de Cuba;
Compatriotas:
La historia de nuestra
patria, pletórica de páginas heroicas escritas por nuestro pueblo
en estos 44 años de enfrentamiento valeroso al más poderoso
imperio, que nos odia y desprecia, es un monumento a la verdad, y a
la dignidad que siempre han caracterizado al pueblo y gobierno
cubano ante tanta mentira, patraña, inmoralidad y desvergüenza de
la mafia miamense y sus padrinos en Washington.
El gobierno
norteamericano que tanto ha engañado al mundo, nunca a nosotros,
con su doble moral y desprecio por los pueblos, hoy con un discurso
hipócrita libra una lucha contra el terrorismo que dañe o se
interponga en sus intereses petrolíferos. No contra el terror que
los asesinos como Orlando Bosch, Posada Carriles, Basulto, Otto
Reich y otros de su misma calaña han practicado contra nuestro
noble pueblo desde el primer día del enero victorioso e iluminado
de 1959.
Cuba, nuestra preciosa y
querida isla, que ha resistido gracias a su pueblo y a la genialidad
de quién ha dedicado su vida a luchar por la felicidad de su país,
ha mantenido una política limpia y honesta en el cumplimiento de
los acuerdos migratorios con los Estados Unidos. Jamás se ha
violado nada de lo acordado, jamás se ha perseguido o maltratado a
nadie, jamás no se le permitió reincorporarse o trabajar a
alguien. Esa es la verdad y esa verdad nos hace fuertes e
invencibles.
La mentira, patrimonio
siniestro del actual gobierno de los Estados Unidos, es el único
recurso que le queda al Sr. Bush para tratar de justificar la Ley
Asesina de Ajuste Cubano, un engendro que carece de todo fundamento
ético y humano. Es realmente vergonzoso y muy preocupante para el
pueblo norteamericano que su presidente, impuesto por los
batistianos de la Florida, sea un mayúsculo irresponsable y
mentiroso que permite violar el famoso "Escudo
antiterrorista" destinado a proteger a su pueblo, solo por su
deuda electoral con los mafiosos que hacen palidecer a Ariel Sharon.
Que nadie se engañe, el
día que renunciemos a nuestra libertad, a nuestra dignidad, a
nuestra independencia y a nuestro honor de revolucionarios
inclaudicables, los emigrantes ilegales cubanos serán tan
despreciados, maltratados, golpeados, humillados y devueltos como lo
son hoy los haitianos, mexicanos y los demás ciudadanos de los
países pobres de nuestro hemisferio. Entonces no habrá de Ley de
Ajuste Cubano.
El gobierno imperial que
se revuelca con la gusanera mafiosa nada tiene de humano en su trato
a los pueblos. Los que durante 44 años han tratado de rendir por
hambre, enfermedad y dolor a un pueblo entero y lo hacen también en
otras partes del mundo, no tienen otro calificativos que salvajes
asesinos. Si existiera un átomo de justicia en este mundo, ellos
deberían ser juzgados por delitos de lesa-humanidad como los más
connotados terroristas que haya conocido la historia.
Los pueblos más
temprano que tarde, se levantarán como Cuba, ante tanto oprobio e
injusticia sobre la tierra. El imperio se estremecerá y se hará
insostenible. La verdad seguirá siendo nuestra bandera de combate.
La política genocida
contra Cuba, basada en mezquinos intereses políticos e imperiales
es la máxima expresión de la esencia inhumana y vil del
imperialismo, de la mente enfermiza, llena de odio y desprecio por
el ser humano de quienes lo gobiernan.
Nuestro país, tantas
veces agredido y víctima del terrorismo, que estos cínicos
personajes dicen ahora combatir, no ha hecho otra cosa que luchar
por la felicidad de su pueblo, su salud, su cultura y brindar mucha
luz y esperanza a los pueblos del mundo en este triste y oscuro
momento que vive la humanidad.
¡Que país del mundo
ama tanto a sus niños y se desvela por ellos!
Cuba, que es un
paradigma de la solidaridad ante los pueblos del mundo, no dejará
jamás de llevar salud y alegría a los pobres de la tierra y luchar
contra las enfermedades y el dolor. La votación en la ONU contra el
bloqueo es la expresión de agradecimiento y reconocimiento de los
pueblos a su ejemplo imperecedero. Con los pobres de la tierra, por
un mundo más justo, queremos nuestra suerte echar y con esa fe
infinita en la victoria, venceremos.
No renunciaremos jamás
a nuestra libertad, nuestra independencia y nuestra soberanía. Las
ideas y los principios que el socialismo ha impregnado en nuestros
corazones de hombres libres, será el tesoro más preciado que
custodiaremos los millones de cubanos dignos dispuestos al más
supremo sacrificio por nuestra patria y Fidel.
Cuba, seguirá siendo
libre para siempre y su verdad se levantará a lo más alto del
altar donde brillan los héroes de la patria, para caer con todas
sus fuerzas sobre las groseras mentiras de los farsantes mafiosos de
Washington.
¡Gloria eterna a los
valores y principios que han hecho de Cuba un monumento a la verdad
y la justicia!.
¡Viva Cuba libre!
¡Viva Fidel!
Iroel Sánchez Espinosa,
Presidente del Instituto Cubano del Libro
Comandante;
Compañeras y
compañeros;
Cubanos todos:
Nada de lo que ocurre en
Estados Unidos debería sorprendernos, los conocemos bien, desde la
profética visión de Martí, confirmada con creces por décadas de
injerencismo y dependencia, hasta el altísimo precio que hemos
tenido que pagar en víctimas de sabotajes, ataques piratas y
agresiones biológicas después de 1959.
Pero de pronto, los
autores de tales hazañas han pasado a encabezar una guerra mundial
contra el terrorismo, con la colaboración criminal y entusiasta de
su antiguo aliado Osama Bin Laden, la gran paradoja del país donde
muchos terroristas andan sueltos en virtud de una política de
estado que no solo los tolera, sino que los premia.
Premia a los terroristas
con la libertad cómplice que gozan en Miami los Orlando Bosch, los
Basulto y sus amigos de la Fundación.
Premia a los terroristas
al encarcelar a los cinco cubanos que nos protegían de los grupos
extremistas que no han cesado de urdir acciones contra Cuba.
Premia a los terroristas
con la impunidad para la piratería aérea.
Para el presidente Bush
los aeropiratas son perseguidos que huyen del comunismo; en cambio,
quienes huyen del capitalismo dependiente y sin salida deben ser
rechazados e incluso asesinados. Aquellos que aspiran a vivir el
sueño americano, encandilados por los cientos de miles de horas de
imágenes idealizadas que la propaganda comercial del capitalismo
desarrollado exporta al mundo, son devueltos sin contemplaciones a
la pesadilla tercermundista.
El campeón del
antiterrorismo ya lo dejó bien claro: con Cuba es otra la
política, y por eso en Miami viven felices y aplaudidos los
criminales de Barbados, los secuestradores de barcos y aviones.
Allí se recibe como héroes a los piratas de ocasión; mientras,
para las víctimas del consumismo y las drogas, de las escuelas
hacinadas y la violencia callejera, queda la brutalidad policial y
la cárcel. Para la mayoría negra, hispana y pobre que llena los
presidios no hay Ley de Ajuste, sino el ajuste racista y clasista de
la ley, que nutre la mayor población penal del mundo.
Y para la disidencia, el
silencio, que es el destino que reserva el imperio a la inteligencia
y el pensamiento. Su prensa publicó cuatro meses después y en una
página pagada de un solo periódico el llamamiento de sus más
lúcidos intelectuales contra la guerra, nadie ha hablado luego de
su manifiesto, ninguna cadena de televisión lo comenta, y no hay un
corresponsal extranjero en Norteamérica que investigue por qué ha
ocurrido eso en el país de la libertad de prensa.
Ninguna embajada
occidental los corteja. No los financian los fondos de la Agencia
Internacional para el Desarrollo o la Fundación Nacional para la
Democracia: los rostros contemporáneos y amables de la CIA. Ellos
solo obedecen a sus conciencias, no a diplomáticos de una potencia
que paga por poner sus ideas en las bocas mercenarias de sus
títeres locales.
Los funcionarios
norteamericanos saben bien cómo se hace, lo hicieron en Europa del
Este y lo intentan transplantar sin éxito a esta isla del Caribe.
Su paradigma diplomático es Otto Reich —terrorista implicado en
el reciente golpe de estado en Venezuela y en la guerra sucia contra
Nicaragua— quien acaba de expulsar a cuatro diplomáticos cubanos
como regalo de campaña electoral en la Florida.
Con su demagógico
discurso, Bush y su Reich hablan de libertad para Cuba:
- Libertad para
comprar votos.
- Libertad para
amparar terroristas.
- Libertad para
corromper tribunales.
A ellos les respondemos
desde el 68 y el 95, desde Girón y la Crisis de Octubre:
¡Viva Cuba libre!
- Libre de
procónsules yanquis.
- Libre de
elecciones corruptas.
- Libre de
traficantes de personas.
- Libre de
impunidad para los terroristas.
¡Patria o muerte!
¡Venceremos!
Grettel Rafuls Trujillo,
Pionera de 9no grado. ESBU "Rubén Martínez Villena",
Ciudad de La Habana
Pueblo mío:
Resulta imposible
olvidar cómo desde este mismo escenario de combate, hace ya un
año, el 27 de noviembre del 2001, nos adueñamos los niños y
adolescentes cubanos de la atención de la audiencia internacional,
para con toda la fuerza de nuestros corazones y voces, hacernos eco
del dolor que aquejaba a un grupo de familias cubanas por la
pérdida de trece niños, muertos, a causa de la irresponsabilidad
de los adultos que los impulsaron a salir ilegalmente del país, y
la arbitrariedad de una política genocida por parte del gobierno
imperial contra Cuba, con su máxima expresión en la imposición de
la asesina Ley de Ajuste Cubano.
Por indignación eran
los reclamos, y de justicia, con la hendidura en el pecho de
sabernos arrebatados, tesoros de valor inestimable.
Como adolescente cubana
de estos tiempos, con sueños, aspiraciones, preocupaciones y los
mismos deseos de vivir a plenitud de cualquier otro de nuestra edad
en el mundo, pero con una visión más certera de la humanidad
actual, producto de la educación que me ha garantizado la
Revolución y los conceptos y principios éticos que una sociedad
socialista inculca, defiendo las reflexiones y criterios de la masa
pioneril de mi generación.
¿Acaso necesitamos los
pioneros cubanos, beneficiarios de un despertar inusitado de la
creación en materia educacional, cultural y artística, ser
destinatarios de las aparentes obras de caridad del gobierno de los
Estados Unidos, a excepción del resto de los latinoamericanos?
La respuesta es
tangible, se traduce en la abismal diferencia existente entre las
posibilidades de florecimiento de las capacidades de un cubano al
nacer, y las de un niño de cualquier otro lugar del planeta.
Estamos hablando de una
Cuba nueva, pero no de la que proponía con su genial virtualismo el
señor Bush; sino de una Cuba reiterada en su vocación socialista,
pero que es consciente de la necesidad de instrumentar proyectos
renovadores que revitalicen, legitimen e impregnen en el ser humano
sed de conocimientos; que intenta por todos los medios posibles
organizar su economía de modo tal que no exista un huracán con la
potencia capaz de arrasar, con las sonrisas, las esperanzas, y
satisfacciones de ningún príncipe enano, al contar con una escuela
equipada con medios tecnológicos que facilitan y enriquecen el
proceso docente educativo. A esta patria maravillosa tienen que
renunciar todos los infantes que perecen en la búsqueda del
paraíso prometido.
Es esta amarga sentencia
la que entristece a los que sí disfrutamos de la magia del país
que en conjunto nuestro pueblo refunda.
¿Por qué cortar las
alas a quienes arden en deseos de hacer, por la inocencia y alegría
propias de la edad?
Pero es la cultura, la
única arma que por mucho que se modernice la industria bélica no
quedará obsoleta. Es ese el mensaje de instrucción que se trasmite
a los jóvenes que se encontraban desvinculados del estudio y el
trabajo, llegando además, a la creación de un empleo inimaginable
hace unos años: el de estudiar.
La Revolución de las
secundarias básicas nuestras, las nuevas estrategias que traza el
país para propiciar una recreación sana a la juventud, el enorme
reto de municipalizar la universidad, la reparación de todas las
escuelas capitalinas que se extenderá hacia todo el país, la
realidad de televisores, videos y computadoras con que hoy contamos
en nuestros colectivos pioneriles, son un indicador indiscutible de
lo mucho que en Cuba se trabaja para elevar el nivel cultural del
pueblo, que es elevar también su calidad de vida.
Si valoramos lo que
gozamos, si estamos conscientes de cómo hay que defender nuestras
conquistas, es porque tenemos elementos de juicio suficientes, para
concluir la posición privilegiada en que nos encontramos,
precisamente por haber nacido en Cuba.
Es desgarrador
presenciar que la mayor parte de la niñez y la adolescencia del
mundo, tenga como formas de recreación, fomentadas por el sistema
capitalista: el alcoholismo, la pornografía, el consumismo que
enajena sus mentes y la adicción a la droga. Los pioneros cubanos
también somos adictos, pero al amor, la lectura, la amistad, la
alegría, el placer de ser felices.
Exhorto a los mafiosos y
vendepatrias radicados en Miami, a que renueven sus conceptos de
terrorismo y libertad, porque, o no coinciden con los nuestros o no
les conviene que coincidan.
A los criminales nacidos
aquí casualmente, quienes renuncian deshonrosamente a las
tradiciones de lucha de nuestro pueblo, adoptando la actitud
nauseabunda de la Fundación Nacional Cubano Americana, a los mismos
que nos acusan de violar los derechos humanos, para los que no
existe otra ley que la del dinero, el Apóstol responde:
"¡Traidor es el que recibe homenajes para sí frente al que en
su persona lleva encarnada la patria!"
¡Pioneros por el
Comunismo!
¡Seremos como el Che!
Elizabeth Mirabal
Llorens, Estudiante de 11no grado. IPVC "Vladimir Ilich
Lenin"
Pueblo cubano:
La batalla que libramos
todos se enriquece a cada segundo. La seguridad de que somos
invencibles se asevera sencillamente, porque Cuba se siente
embajadora de la verdad irrefutable. La voz y la diestra de la
Patria no ceja, no deja reposar la espada, porque sumergirla en el
lodo de la capitulación, definitivamente sería peor que rendirse,
sería la vergüenza absoluta de todo un pueblo que se irguió hace
ya mucho, ante la ignorancia y la injusticia, un pueblo que se
atreve a decir que no debe cubrir el mundo la sombra del águila.
La historia señala y
enjuicia, recopila y une su raíz con lo presente para continuar
avizorando el futuro y descubre que aún las aves de rapiña no han
abandonado el punto de mira muy particular hacia su principal presa.
El punzón hiriente está latente y jamás ha dejado de ser
venenoso. Es cuestión de terminología. Lo que antes fue política
de "fruta madura" ahora se traduce como Ley de Ajuste
Cubano.
A los hechos que han
conmovido a todos, y que constituyen las fehacientes pruebas de que
el mezquino propósito no cambia, se suma una nueva violación, no
solo de las leyes de nuestro país o de los convenios
internacionales, sino una de las más criminales y graves que pueda
perfilar y alimentar un gobierno que tiene la osadía de proclamarse
máximo defensor de los derechos humanos y a su vez, principal
oponente de un azote que desfigura la piel del mundo: el terrorismo.
La piratería que
ridiculiza a Jacques de Sores. El secuestro de una aeronave de
nuestro país con un destino final: Miami, engrosa la larga lista de
actos. Afortunadamente, en esta ocasión, no pereció nadie, pero
estos cubanos podrían ser otros cuerpos abonando el Estrecho de la
Florida y no miento.
Múltiples ejemplos
conoce nuestro pueblo. Este desvío forzoso contradice cualquier
otra afirmación, y el propio Gobierno estadounidense se desmiente
al acoger en su seno a quienes impulsados por el popular resorte de
una ley asesina, ponen en peligro sus propias vidas, atraídos por
el mismo deslumbramiento y prosperidad que aquella nación colosal y
suntuosa venía mostrando desde la Conferencia Internacional
Americana, en 1889, a los delegados de la tierra de Juárez, Sucre,
Hidalgo, Morelos, Bolívar y que el Maestro previera, negándose a
la tibieza y el olvido del Quetzal y la amada ruina inca. La mafia
cubano-americana, respaldada en estas disposiciones inconcebibles
para la humanidad que los contempla, sonríe complacida. Su único
interés: el ego por lograr un degradante saldo político, ha
quedado satisfecho y enmascarado con el disfraz diabólico y sutil
de la muerte. Los que deportan, a otros inmigrantes basados en su
protección, se vendan los ojos y se cruzan de manos, ante la de su
propio pueblo.
Existen numerosos vuelos
diarios, en los que muchas viajan pasajeros norteamericanos, que se
trasladan hacia Cuba, y perfectamente hubieran sido víctimas de un
accidente terrible y lamentable. Cuba ha sancionado a los que años
atrás, desde Estados Unidos desviaban aviones hacia nuestro país.
¿Acaso el gobierno de
los Estados Unidos no se siente sacudido por esta actitud
constructiva y justa de nuestro gobierno?
¿En qué paraje lejano
se le perdió al Gobierno de los Estados Unidos la dignidad de
hombres baluartes de su pueblo como Lincoln, el leñador de ojos
piadosos y Martin Luther King?
¿Cómo pueden pararse
en prestigiosos espacios internacionales a abogar contra el
terrorismo, cuando han sido, son y serán el nido de su ingenio?
Se impone la prédica
del más genial de nuestros políticos cuando afirmaba que negarnos
a resolver un problema de cuya resolución nos pueden venir males,
no es más que dejar cosecha de males a las futuras generaciones y
que debemos vivir en nuestros tiempos, batallar en ellos, decir lo
cierto bravamente y desarmar el bienestar impuro.
El verbo enardecido, la
palabra que aporta y aclara, que explica y fortalece, ese lenguaje
cincelado a fuerza de conocimiento, cultura, conciencia que conoce
nuestro pueblo, ese pueblo forjado en la manigua, en la Sierra y en
el llano, es al que hoy acudimos para demandar y denunciar la
mentira, con el mismo lenguaje de que nos hicimos dueños, cuando la
verdadera fiera del odio asomó sus fauces en Barbados.
Estos, que troncharon la
existencia de un puñado de prometedores racimos, impunes continúan
y hasta se les escoge un día para reconocerlos. Los únicos días
de significados especiales posibles son estos, en los que
rememoramos las tragedias de tantos cubanos víctimas del
terrorismo, el mismo terrorismo, el común terrorismo que nos
amenaza a todos.
Estas son las posiciones
del estudiantado cubano que es el pilar de la Libertad y su
ejército más firme porque confía en que las estrellas no
desaparecen aunque estén eclipsadas por el Sol, del trabajador, del
niño, del obrero, del campesino, del intelectual, del científico.
Es una misma bandera y un mismo frente de combate. Nuestro clamor se
reitera unificador, demoledor, infinito contra la Ley de Ajuste
Cubano, contra el bloqueo, por la libertad de nuestros cinco Héroes
prisioneros del Imperio, por la solidaridad de los pueblos, por
cumplir lo jurado en Baraguá, por la masificación de la cultura.
Cuba está de pie. Ha
conquistado su libertad y no puede volver a ceñirse un grillete.
Los cubanos fraguados en las llamas del decoro, todos hemos escogido
la misma estrella. La martiana que ilumina y mata, la insurrecta de
la boina del Che, la solitaria de nuestra bandera, la estrella que
corona a Cuba. Y ella, nos irradia, nos indica un camino, sólo
este, el que conduce:
¡Hasta la victoria
siempre!
Claudia Felipe Torres,
Presidenta Nacional de la FEEM
Querido Comandante;
Compatriotas:
"La tribuna de la
verdad se mantendrá siempre, decía nuestro José Martí, cuando
las demás tribunas caigan. La verdad tiene un lenguaje sencillo,
ella tiene una fuerza secreta que convence, subyuga y
conquista"
A elevar a la verdad,
única e indiscutible, al sitio que corresponde nos convoca la
Patria. Ser los tercos portadores de la verdad desde hace décadas
no ha sido sencillo por altruista que es la tarea de esgrimirla.
Nos convoca la evidente
crisis de la verdad provocada
por el norte que nos desprecia. ¡Tan vejada, tan sucia, tan
manoseada, tan escondida nos la tienen! Todos los espacios son
válidos para su característico oficio del engaño. Las grandes
transnacionales de la desinformación, la paradigmática prensa
libre norteña, tiene sin dudas la libertad de mentir.
Los portadores de la
verdad son desterrados como corresponde a la tradición imperial, cuatro
de ellos, dignos hijos de esta tierra, fueron recientemente
forzados a abandonar los dominios del monarca de los billetes verdes
en nombre de la tan añeja como recurrente política de El Estado
soy yo.
Sin embargo, la verdad,
enlodada, retorcida, encarcelada, desterrada, sortea los escollos
bañada de luz.
Nos convoca la verdad en
este espacio donde convergen mar y cielo privilegiados en su
esplendor tropical. Pero no nos convoca el festejo de su belleza. ¡Cuántas
veces se nos han vestido de luto!
¡Cuántas vidas
perdidas en el estrecho de la Florida en nombre de la mancillada
verdad! El cielo también se
nos ha presentado sin sus galas celestes para traernos el miedo en
bombas asesinas y piratas dignos de los desmanes de sus antepasados.
Bien sabe el pueblo norteamericano que el cielo puede vestirse de
muerte.
Pero la excepción
cubana es recurso del oficio del embuste. La irracionalidad y doble
moral asumidas por el gobierno norteamericano en los últimos días
requiere la adecuación de un diccionario lingüístico y jurídico
que bien podría nombrarse de La Real Academia del Cinismo.
Resulta que en el caso
de Cuba, el desvío de
aeronaves es digno de aplauso y el crimen un acto honorable, los
mafiosos patriotas y los científicos artífices de la muerte, los
asesinos, honrados ciudadanos y los líderes genuinos, tiranos. La
seguridad del pueblo, un criterio adecuado a mezquinos intereses
y el comercio humano, patente de corzo. En fin, la verdad
innecesaria y la mentira indispensable.
El resto no incluido en
su diccionario de excepciones, los efectos colaterales del
neoliberalismo brutal, traducidos en miles de inmigrantes, son
cazados como ratas. Ellos no son un instrumento
propagandístico eficaz, los que se estrellan contra las hordas
oficiales fronterizas son los fugitivos del sistema idealizado e
impuesto por Estados Unidos.
Otra excepción,
los defensores de la verdad, los que luchan contra el único
terrorismo posible, los héroes, en su diccionario son criminales. Cinco
de ellos tras las rejas evocan lo más puro y limpio de la
esencia humana ajenos al hedor de la cloaca vengativa y rencorosa de
Miami. Antonio universaliza nuestra verdad en sus versos:
Sepan los tan felices de
su última ignominia,
Que en mi osadía el
terror no funciona
Que en mi honor la
injusticia no trabaja
Que en mi virtud la
avaricia no mella
Que en mi verdad la
dignidad cohabita
Que en mi amor la
alegría siempre llega.
La verdad anhelada por
milenios, objeto de especulación y teorías, negada y asimilada, es
tan simple como la sonrisa de un niño y la fe infinita de un
pueblo. No hay cabida al cansancio en la defensa de la
verdad, ella conoce la gratitud y se da a todos y a todos convence
sin artificios ni ornamentos. No hay trinchera pequeña en
defensa de la verdad, a salvarla acude el verbo sincero, las manos
prestas de la tierra, del fusil y la pluma. Los obstáculos son
vanos y efímeros, por más de cuarenta años se han sucedido en
la camino a la libertad plena.
Tal como aseveraba el
Maestro "Nace el guao en el campo del hombre laborioso y silba
la serpiente desde sus agujeros escondidos, pero el Sol sigue
alumbrando los ámbitos del cielo y la verdad continúa incólume su
marcha por la tierra".
Escuchen los señores de
la mafia, los piratas, los comerciantes de la vida, los cínicos
gobernantes, sí somos una excepción, somos la honrosa
excepción de su constelación de oprobio y nuestra verdad se
multiplica en los pueblos negados a integrar su dotación de
naciones sumisas. Sus artimañas políticas habrán de
ajustarse a la gallardía de este pueblo de gigantes.
Nuestro cielo seguirá siendo
asilo luminoso de ensueños y nubes altas para alcanzar con nuestras
sobradas alas, y a los escépticos alertamos: este pueblo solo
sabrá morir forjando imposibles y desafiando utopías; podrán en
el camino a la victoria ofrecernos el lecho cálido del indolente;
podrán, como expresara el poeta, sembrarlo de sillas que invitan al
descanso.
La verdad una vez
despierta, no vuelve a dormirse, y nuestra verdad despertó y no
conoce sendero ajeno a la victoria.
¡Viva la Revolución!
¡Libertad para nuestros
Héroes!
¡Viva nuestro siempre
invicto Comandante en Jefe!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Miguel Manuel Fraga
González, Vicepresidente de la FEU. Facultad de Derecho,
Universidad de La Habana
Vengo hoy a esta tribuna
con el inmenso orgullo de ser cubano que es ser parte de este
heroico pueblo admirado y respetado en todo el mundo.
Cree el Imperio del
Norte, vanidoso y prepotente, que el mundo entero le pertenece,
ellos imponen y el resto del planeta tiene que acatar o sufrir las
consecuencias. La paz reina donde ellos dicen, la justicia es la que
ellos aplican, la democracia la que ellos certifican y controlan, el
terrorismo es solo aquel que a ellos daña. Tal parece que la
política exterior del gobierno de los Estados Unidos de América
sólo reconoce tres categorías de países:
Los aliados, que son
los Gobiernos de los países que los acompañan en sus propósitos
y ambiciones.
Los lacayos, que son
los Gobiernos de los países, que tienen que cumplir los mandatos
del Norte por más absurdos que estos sean.
Los enemigos, que son
aquellos países que no se pliegan ante los designios del amo
Todopoderoso.
Cuba ha sido ubicada
desde Eisenhower hasta W. Bush en esta última categoría. Por no
cumplir sus órdenes, por querer ser verdaderamente libres e
independientes, por eso hemos sido tratados como enemigos, aunque
nunca hemos sido ni jamás seremos enemigos del pueblo
norteamericano. A través de una política agresiva y hostil, 10
administraciones norteamericanas han intentado doblegar al pueblo y
destruir la Revolución, ninguno ha comprendido jamás, que la
Revolución es el pueblo en sí que día a día con su sacrificio y
esfuerzo transforma la sociedad construyendo un futuro mejor.
Nuestro pueblo ha sabido
pagar el alto precio de su libertad: ¡Incluso con su sangre!, y hoy
frente a las amenazas de guerra que se ciernen sobre el mundo sigue
luchando.
Desde el 11 de
septiembre del pasado año, el Sr. W. Bush se ufana de liderear una
guerra santa contra el terrorismo, y digo santa, pues el propio
caballerito W. afirmó que en esa guerra Dios no era neutral.
Resulta ser que ahora el poder de los Estados Unidos de América no
solo manipula la Tierra sino también el Cielo, sería oportuno
preguntar a Bush padre si Alá o Buda fueron consultados y le
preguntaría al padre y no al hijo, por temor a que este último, no
sepa de qué deidades hablo.
Sr. W.,sabemos que
agradece al trágico 11 de septiembre una popularidad que jamás
obtuvo en las urnas, pues usted es un Presidente de facto, o sea, de
hecho, o sea, impuesto.
No sea ignorante Sr. W.:
¿Quiere culpables del terrorismo? Ahí están algunas de las
administraciones que lo antecedieron a usted, ahí está su propio
padre, dando permiso para que terroristas confesos, asesinos y
cobardes como Orlando Bosch paseen libres por las calles de Miami:
Este pueblo enérgico y viril: ¡Jamás olvidará el crimen de
Barbados! Del que junto a Posada Carriles es autor intelectual el
Sr. Bosch.
Quiere más terroristas,
ahí está la mafia anticubana de Miami en sus cobardes, asesinos y
traicioneros comandos de Alfa 66, F 4 y Omega 7. ¿Por qué no los
arresta y los envía a los tribunales?
Deje a un lado sus
mentiras y haga verdadera justicia, no permita que reine la
impunidad sobre crímenes y delitos de los que ha sido victima mi
pueblo y el suyo y aquí incluyo el reciente secuestro de una
aeronave cubana. Para su responsable hoy aquí reclamamos solamente
una cosa: justicia.
Sr. W, una vez le dije
que se cambiara la inicial de su segundo nombre sino era capaz de
ver el verdadero poder del pueblo cubano. (Dije entonces: "Si
no ve no puede ser W"). Hoy le digo más: ¿Quiere llevar con
orgullo esa inicial? La W., pues tenga valor y vergüenza, permita
que impere la verdad de la paz y no la violencia de la guerra.
Cubanos:
Porque la historia no
solo absuelve a los inocentes, sino que condena a los culpables,
algún día, serán condenados por ella.
En nuestra lucha:
¡Jamás olvidaremos a los caídos! Para ellos: ¡Gloria eterna!
Nuestra lucha es de
ideas y en ella somos invencibles pues contamos con el valor, la
vergüenza, la dignidad, y otras virtudes necesarias.
¡No tenemos miedo, pues
aquí, no se rinde nadie y la esperanza no se ha perdido!
¡Las campanas que
doblan hoy anunciando la guerra, serán acalladas por las voces de
los pueblos que claman por la paz!
Algún día, más
temprano que tarde, ese mundo mejor, con el que los hombres buenos
siguen soñando aún se hará realidad.
Hasta entonces, aquí
lucharemos como el Che nos enseñó:
¡Hasta la victoria
siempre!
¡Viva el heroico pueblo
de Cuba!
¡Viva Fidel!
Hassan Pérez Casabona,
Presidente de la FEU
Queridos compatriotas;
Hombres y mujeres de una
patria libre, independiente, soberana, que llegaron aquí como
expresión de una Revolución de los humildes, por los humildes y
para los humildes;
Pueblo de historia
fecunda, que venimos tejiendo desde hace más de 134 años, con
nuestra sangre, con nuestras energías, con nuestras heroicidades;
Pueblo de titanes;
Obreros dueños de sus
fábricas;
Estudiantes para los que
se concibe una revolución con nuevos programas educacionales y
sociales, de la escuela "Presidente Allende", de la
"Lenin", de los trabajadores sociales, de la escuela de
enfermería, de las universidades de hoy y del futuro; de los que
llevamos 80 años como movimiento estudiantil, junto a la patria
grande y libre, de los que hemos acompañado siempre a nuestro
invencible Comandante en Jefe;
Pueblo de campesinos, de
intelectuales, de científicos, de los que estamos dispuestos a
ofrecer nuestro corazón por Cuba y por el mundo; de los que hemos
hecho de esta tribuna un escenario de combate a escala planetaria,
inaugurándola con los jóvenes latinoamericanos o protestando
contra la Ley Asesina de Ajuste Cubano, como el 25 de septiembre del
2000; o viniendo aquí un Primero de Mayo o clamando porque el
pueblo boricua sea independiente y se vaya la marina yanki de
Vieques el 26 de mayo del 2001; o viniendo aquí a entregarles los
carnés de militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas a nuestros
pioneros; o graduarnos de la primaria, de la secundaria, del
preuniversitario, de las universidades, para recibir libros, que es
recibir fusiles de ideas y argumentos.
Hoy nuevamente
desbordamos plazas y avenidas, en multitudinaria concentración de
más de 150 000. No se divisa el último lugar donde hay un
compatriota, está colmada esta plaza de energía, de pasión y,
sobre todo, de argumentos, de ímpetu, de fervor revolucionario.
Tres temas vamos a
abordar haciendo trizas, como se ha escuchado en esta tribuna, cada
patraña.
Nos acusan de
producir armas biológicas: una calumnia, una infamia, un
ultraje contra nuestro pueblo, contra nuestros científicos que
producen vacunas para nuestros niños, para inmunizarlos, para
salvar vidas en América Latina, para llevar programas
integrales de salud, para que Cuba siga siendo la esperanza. Lo
que producimos es dignidad, lo que producimos es la idea de que
otra América es posible, eso es lo que se produce en nuestros
laboratorios, en nuestras escuelas; lo que producimos son
colaboradores deportivos, entrenadores que vienen aquí con
Italia, con Venezuela, con Brasil a nuestra Copa
Intercontinental de Béisbol; lo que producimos es la moral de
los pueblos en cada uno de los laboratorios e instituciones.
Esas falacias no se las cree nadie, se han desenmascarado en
múltiples oportunidades las acusaciones contra nuestro pueblo;
basta ya de estar jugando con una nación que ha dedicado lo que
no ha dedicado nadie a salvar la vida humana, a salvar la vida
de los seres humanos en cualquier latitud, sin poner
condiciones, sin poner ningún tipo de barreras, de escollos,
venciendo todos los obstáculos.
Han expulsado a
cuatro diplomáticos de nuestra Sección de Intereses en
Washington y de la Misión Permanente de Cuba en la ONU,
acusándolos de espionaje; diplomáticos que se dedicaban a
promover las relaciones con el noble pueblo norteamericano, un
pueblo también culto, pueblo que apoyó en la batalla por
Elián con más del 80% de la opinión pública en nuestro
favor; pueblo al que quieren engañar, al que manipulan, pero
que sabe que el bloqueo no puede durar toda la vida, porque es
un acto genocida, es un acto terrorista.
Esos cuatro
compañeros nuestros: Oscar, Machín, Francisco y Carlos son de
la estirpe de Imperatori, Quijote Moral; son de la estirpe de
nuestros verdaderos diplomáticos, los que contribuyeron al
éxito rotundo en Naciones Unidas con los 173 votos a favor y
los que nos representan en la Comisión de Derechos Humanos. Lo
único que promueven es la paz, la solidaridad, la hermandad, la
fraternidad, la igualdad; lo único que hacen es expresar los
valores de una Revolución, de un pueblo que posee cultura,
conocimientos políticos, cultura general integral cada vez más
en ascenso, y eso ustedes lo conocen muy bien.
No podrán impedir
que nuestros mensajes sigan llegando al seno de la sociedad
norteamericana, no podrán apagar nuestras voces. Jóvenes como
ellos, ciudadanos decentes, honestos, agricultores,
intelectuales, catedráticos, comunidades religiosas, cada vez
más aprecian el avance indetenible de esta Revolución, de este
pueblo, de sus programas; se quedan gratamente impresionados
cuando ven lo que un país pobre, un país tercermundista, puede
hacer por los seres humanos.
Han puesto en
libertad al secuestrador de una aeronave y sus cómplices,
sentando un precedente nefasto, estimulando actos terroristas
contra nuestro país; estimulando, además, que se ponga en
práctica la piratería aérea que se inventó contra Cuba, y
que Cuba ha puesto todos sus recursos y toda su voluntad para
luchar contra esas prácticas terroristas.
Nuestro pueblo sí tiene
todos los conocimientos, sabe de la doble moral, de los dobles
estándares, del doble rasero de los pronunciamientos de la Casa
Blanca cuando se habla de combatir el terrorismo y va el Presidente
a Miami a darse besos y abrazos con los más connotados mafiosos y
terroristas del continente, cuya cena vale 25 000 dólares para
recaudar dinero para las elecciones de su hermano, como se ha dicho
aquí.
Nuestro pueblo sabe muy
bien que la Ley asesina de Ajuste Cubano es la causa de la pérdida
de muchas vidas para nuestra nación; nuestro pueblo sabe que el
terrorismo no se inventó contra Cuba el 11 de septiembre del 2001.
Hemos tenido que pagar 3 478 vidas y 2 099 de nuestros hermanos han
quedado incapacitados y estos actos recientes están sentando
precedentes, que hay que detener en una sociedad que tiene más de
250 millones de armas, en una sociedad que es la que posee más
aviones y hay que ponerle coto a ese tipo de práctica para que no
se le cause más problemas a la comunidad internacional.
Se habla de combatir el
terrorismo y cada día recibimos nuevas muestras de las acciones que
se desatan para subvertir el orden en nuestro país, para acabar con
una Revolución que es invencible, para acabar con un pueblo que es
de héroes, y nosotros cada día tendremos que estar más preparados
para que la comunidad internacional conozca que hay una política
hacia el mundo y una hacia Cuba.
Hemos visto las
imágenes de los haitianos; sabemos lo que pasa con los braceros
mexicanos, los que mueren cada año intentando llegar a las
fronteras de ese país. Mueren cada año más que los que murieron
en 40 años intentando cruzar el muro de Berlín.
Nuestro pueblo tiene
argumentos. Se habla del ALCA que no es otra cosa que un mecanismo
de dominación imperial, y no se habla de la integración regional;
se habla de libre flujo de capitales, de mercancía, de bienes y
servicios, y no se habla de libre flujo de personas.
Esta concentración
multitudinaria vuelve a desenmascarar la política norteamericana, a
acabar con sus patrañas, a decir que la Ley asesina de Ajuste
Cubano debe cesar, que el bloqueo debe cesar, que las causas que
originaron la batalla por Elián no han desaparecido, por eso está
el Juramento de Baraguá, juramento que haremos cumplir en nuestras
fábricas, en nuestras escuelas, bajo la conducción de nuestro
invencible Comandante en Jefe.
¡Cuba se agiganta! Su
moral crece de Doha a Dar es-Salam, de Damasco a Windhoek, de
Bridgetown a Kuala Lumpur, de Monterrey a Atenas, de Bávaro a
Malabo, donde vienen primeros ministros graduados en universidades
cubanas, de Madrid a Guadalajara, de Los Angeles a Bolivia. El mundo
entero apoya la causa de la humildad, de la decencia, de la
soberanía, de la independencia, del decoro de nuestro pueblo.
¡Abajo la Ley asesina
de Ajuste Cubano! (Exclamaciones de: "¡Abajo!")
¡Vivan los Comandantes
de la Revolución! (Exclamaciones de: "¡Vivan!")
¡Vivan nuestros cinco
héroes: Gerardo, Fernando, Antonio, Ramón y René! (Exclamaciones
de: "¡Vivan!")
¡Viva Raúl!
(Exclamaciones de: "¡Viva!")
¡Viva nuestro
invencible Comandante en Jefe! (Exclamaciones de:
"¡Viva!")
¡Viva nuestro
invencible Comandante en Jefe! (Exclamaciones de:
"¡Viva!")
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Ernesto Chico Véliz,
Investigador del Centro de Ingeniería Molecular
Compatriotas:
El servicio de
inmigración de los Estados Unidos, ha dejado libres una vez más a
quienes se apoderaron de un avión cubano, … como han hecho ya en
otras muchas ocasiones con secuestradores y asesinos.
Pero estos señores del
INS duermen tranquilos cuando convierten en residentes legales a
cualquier delincuente que llegue desde Cuba en una nave secuestrada,
... los ampara una ley, ... una ley que discrimina claramente a los
millones de inmigrantes ilegales mexicanos, ... los más de 300 000
salvadoreños,... los 160 000 de Guatemala, y hasta los más de 100
000 canadienses que viven escondidos hoy dentro de ese país, sin
derecho ni esperanzas a obtener la ciudadanía.
Sobre esto dice el
Presidente de los Estados Unidos "todos los inmigrantes
ilegales son devueltos,… excepto los cubanos" … y para
justificar la evidente discriminación, dice… "porque los
cubanos han sido perseguidos"…
¿Quién le puede creer
esto Sr. Presidente?
Usted sabe bien que los
verdaderos perseguidos son las masas de inmigrantes ilegales
latinoamericanos, que cruzan el Río Bravo a riesgo de morir en el
desierto, perseguidos por sus guardias de la frontera, celebres por
su violencia racista, … o perseguidos por rancheros blancos, que
al parecer añoran las matanzas de indios que hicieron sus
antepasados en la conquista del Oeste.
No señor Presidente,…
la televisión mostró al mundo hace unos días que los verdaderos
perseguidos son los inmigrantes ilegales haitianos… que corrían
desesperados hacia las costas de Miami, …mientras sus guardias de
inmigración los cazaban como animales en un operativo digno de una
película de Hollywood.
Usted sabe bien, Sr.
Presidente, que son los millones de pobres de este mundo... los
verdaderos perseguidos, …perseguidos por el hambre, el SIDA, el
desempleo, … y que intentan cada día colarse ilegalmente a
disfrutar el vendido sueño americano, a riesgo de sus propias
vidas.
"El señor
presidente se ha confundido con lo de la persecución a los
cubanos", ha dicho un funcionario del Departamento de Estado
para justificar la declaración de su presidente que nadie cree.
Pero este pueblo sabe
que no es ingenua la confusión del Sr. W,… sino mentira maliciosa…
Mentira … que es lo que se oye una y otra vez desde los
micrófonos de la Casa Blanca cuando se habla sobre Cuba, ... pero
es que no puede ser de otra manera cuando ponen a un mafioso como
Otto Reich a dirigir la política exterior para este hemisferio...
un lunático que no cesa de gritar que en Cuba se fabrican armas
biológicas … al tiempo que se tapa los oídos para no escuchar la
opinión de los científicos norteamericanos … que han visitado
nuestros institutos y conocen la verdad sobre la ciencia en Cuba.
¿Pero por que?, señor
presidente… ¿por que existe una ley que discrimina a los más de
5 millones de inmigrantes ilegales que hay en su país, favoreciendo
a unos pocos privilegiados, aun cuando estos sean terroristas,
secuestradores de aviones o asesinos?
¿Por qué si existe
"causa probable de persecución" en Cuba, como miente su
funcionario, esta oficina a mis espaldas no les entrega la visa
legalmente a estos supuestos perseguidos,… y evita así la muerte
en el mar de niños y personas inocentes?
Explíqueme Sr.
Presidente, como un avión que salió de Cuba, puede atravesar 500
millones de dólares … convertidos en satélites, radares, bases
antiaéreas, y todo tipo de artefactos pagados por el contribuyente
norteamericano para la seguridad aérea de los Estados Unidos, ... y
aterrizar impune en su territorio arriesgando la vida de ciudadanos
norteamericanos?
La verdad usted la
conoce Sr. Bush,… solo que usted no puede decirla ante los
micrófonos de la Casa Blanca. … ¡Pero nosotros sí podemos
decirla! La verdad es que hay una mafia que necesita esa Ley, esa
mafia de MIAMI que estafó las elecciones presidenciales en la
Florida …para que usted llegara a la Casa Blanca, …y digámoslo
alto y claro, ... usted tiene deudas con esa mafia…
La verdad Sr.
Presidente, es que las avionetas robadas en Cuba atraviesan
irresponsablemente el espacio aéreo de Estados Unidos, … porque
Usted le vendió la seguridad del pueblo norteamericano a esa misma
mafia … en esta ocasión a cambio de la reelección de su hermano
como gobernador de la Florida.
… esa verdad tampoco
le conviene a usted decirla en la Casa Blanca… No es confusión lo
suyo Sr. Presidente, …usted sencillamente no quiere decir la
verdad... y este pueblo lo sabe...
Un consejo Señor
Presidente, pídale ayuda a su Servicio de Inmigración, a todos sus
guardias de frontera, ... y a este nido de agentes que esta en ese
edificio a mis espaladas... asegúrese por todas las vías …que a
esa mafia de origen cubano no se le vaya a vencer la visa que le
dieron...
En eso si no se confunda
Sr. Presidente... esa mafia que convierte en dólares la muerte de
cubanos en el mar, … para acá no vuelve.
Y más de 100 000
cubanos nos reunimos hoy aquí... para gritarlo...
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Gonzalo González Ochoa,
Capitán de Corbeta. FAR
Compatriotas:
Aquí estamos para
denunciar una vez más la política irresponsable del gobierno de
los Estados Unidos, que propicia que algunos ciudadanos cubanos se
involucren en hechos aventureros, delictivos y de piratería con el
único propósito de abandonar esta hermosa Isla y refugiarse en el
supuesto país de las oportunidades.
El secuestro de una nave
aérea solo puede ser realizado por personas sin escrúpulos;
violadores de las más elementales normas de seguridad del tráfico
aéreo, que ponen en peligro la vida de personas incluyendo la de un
inocente menor de edad, arrastrado a tan peligrosa aventura.
Afortunadamente en el
secuestro del 11 de noviembre no se lamentó la perdida de vidas
humanas, pero no por eso vamos a dejar de repudiar este vandálico
hecho, porque a lo largo de estos años muchas familias hoy, lloran
y sufren la perdida de un ser querido aventurado en una salida
ilegal, como la muerte de dos jóvenes estudiantes cuya inocencia,
ingenuidad y consejos malsanos los llevaron a creer que el tren de
aterrizaje de un avión era la vía más segura para salir del país
o por el dolor causado por manos asesinas que cegaron la vida de
hombres dignos que prefirieron la muerte antes de traicionar la
patria, traigo al recuerdo los nombres de combatientes como Gabriel
Lamoth Caballero, joven de solo 19 años asesinado durante el
secuestro de la lancha de transporte "Baraguá", de igual
manera los jóvenes Yuri, Orosman, Rafael y Rolando Pérez Quintosa
víctimas de los sucesos en la base náutica de "Tarara" y
del Teniente de Navío Roberto Aguilar Reyes cuyo asesino se pasea
por las calles de Miami.
La responsabilidad de
que delitos como estos se cometan recae en el gobierno de los
Estados Unidos, que mantiene en vigor y aplica sistemáticamente la
asesina Ley de Ajuste Cubano, la que con su tratamiento privilegiado
y excepcional estimula con fines propagandísticos la emigración y
el tráfico ilegal desde Cuba.
Lo peor de todo esto, es
que muchos de esos hombres y mujeres que emplean la salida ilegal,
han solicitado a esa Sección de Intereses la visa, y por lo general
no le es concedido el permiso para viajar, por no tener una alta
calificación profesional o por tener una larga lista de
antecedentes penales, o por no tener un móvil político para
emigrar o simplemente por la composición social y racial, pero si
por el contrario esos mismos ciudadanos sin importar la vía
utilizada, llegan a suelo estadounidense, automáticamente son
recibidos sin exigencias ni requisito alguno, violándose de hecho
todos los acuerdos migratorios internacionales.
En todas partes habrá
personas que siempre se arriesgarán a perder la vida por emigrar
ilegalmente, pero lo que no tiene justificación es que se le
estimule para hacerlo, porque eso constituye un horrendo crimen
Cubanos: que no piense
el gobierno de los EEUU que somos tan ingenuos como para creernos
que los supuestos privilegios que conceden a los emigrantes ilegales
que proceden de Cuba, es para lograr la reunificación familiar o
para mejorar económicamente, sabemos bien claro que de tras de todo
esto hay un enfrentamiento a la revolución cubana, que detrás de
todo esto, está el odio desmedido e irracional al sistema social
más justo y humano que es el socialismo.
Para nosotros está
claro, que el proceso revolucionario de esta isla es un obstáculo
para las pretensiones expansionistas y hegemónicas del norte
revuelto y brutal. Pero no cederemos ante nada, ni ante nadie,
porque lo que hasta hoy hemos logrado lo defenderemos con unidad,
dignidad, honor y valentía.
No queremos una ley de
ajuste para Cuba, como no la queremos para los demás países, lo
que exigimos es que se eliminen las diferencias entre el norte y el
sur, entre ricos y pobres, lo que exigimos es justicia para el
mundo.
Que sepa el señor
presidente de los Estados Unidos que Cuba no se cansara de
desenmascarar las reales pretensiones del gobierno de la Casa
Blanca. Ya el mundo va reaccionando, y el contundente rechazo
internacional al bloqueo a este país es muestra de ello.
Por más y más leyes
criminales que se apliquen contra nosotros, será más grande
nuestro amor a la patria y será más grande nuestro espíritu de
luchar y de vencer.
Para nosotros los
cubanos está claro el camino, seguiremos luchando contra las leyes
asesinas y contra el terrorismo y seguiremos luchando:
¡Hasta la victoria
siempre!
¡Abajo la Ley de Ajuste
Cubano!
Lázaro Barredo Medina,
periodista del periódico Trabajadores
Querido Fidel;
Compatriotas:
Me pregunto:
¿Cómo podrá la
Administración Bush seguir hablando de seguridad aérea ante la
opinión pública norteamericana con el peligrosísimo precedente
que acaba de asentar dándole impunidad a los secuestradores de una
nave aérea y ejecutores de un acto de piratería bajo el manto de
una ley asesina de Ajuste Cubano que lo único que promueve es el
desorden, la violencia, el riesgo de muerte y engendra un fenómeno
que en nada beneficia a la sociedad norteamericana porque Estados
Unidos jamás podrá restablecer la disciplina en sus propias costas
mientras esa ley exista?
¿Hasta cuándo podrán
mantener engañado al pueblo norteamericano cuando le hablan de una
supuesta guerra contra el terrorismo, mientras se ampara la
práctica del terrorismo contra Cuba, y peor aún, se anticipa como
algo natural que lo continuarán practicando en el futuro?
Con total impudicia la
Administración Bush compromete los legítimos intereses del pueblo
norteamericano para complacer a la mafia terrorista de Miami que
pretende seguir secuestrando las decisiones de política de la
administración sobre Cuba, esa misma mafia que chantajea, ofende y
amenaza a los políticos norteamericanos cuando se pronuncian por
cambiar la fracasada política contra Cuba, esa misma mafia que
quema impunemente las banderas norteamericanas en un acto de
deshonor, esa misma mafia que promueve la violencia desde el Sur de
la Florida y ha sido responsable de más de 250 acciones de
terrorismo dentro del propio territorio estadounidense.
Todo lo que viene
ocurriendo contra Cuba pone al descubierto la hipocresía de esta
administración en su pregonada guerra contra el terrorismo y puede
convertirse en una espiral agresiva muy peligrosa dentro de las
estrategias de intervención o guerra preventiva, o de
"destrucción constructiva" como han definido las acciones
contra más de 60 países.
La obsesión contra
Cuba, la injerencia contra Cuba, toda esta política por destruir a
la Revolución, no es nueva.
Pero el entramado con
los Bush es mucho más complejo. No solo por el agradecimiento de
Bush a la mafia de Miami por ser el Presidente de Estados Unidos.
Cuando W. ha dicho ante las cámaras de televisión dirigiéndose a
la mafia terrorista de Miami, y lo cito: "Nunca olvidaré la
deuda que yo tengo con ustedes", está expresando un compromiso
de fidelidad de toda la familia Bush.
Eso es lo que puede
explicar la doble moral que se aprecia en el actual gobierno y que
es notorio y público: los Bush han sido siempre los padrinos de la
mafia terrorista de Miami.
George Bush padre estuvo
vinculado casi desde el propio 1959 a las actividades que han
intentado derrocar a la Revolución y fue el organizador de uno de
los grupos de la brigada mercenaria de Playa Girón. Allí intimó
con los connotados terroristas Luis Posada Carriles y Jorge Mas
Canosa, cuyos expedientes de actividades son harto conocidos; allí
fraguó una intensa amistad con asesinos como Félix Rodríguez
Mendigutía, más conocido por "El Gato", quien se jacta
públicamente de tener abiertas las puertas de la mansión de los
Bush. Rodríguez Mendigutía es uno de los hombres vinculados al
escándalo Irán-Contras y sobre quien pesan reiteradas denuncias de
participación en intentos de atentados contra la vida del
compañero Fidel.
George Bush hijo ha
llevado a puestos claves de las relaciones con el hemisferio
occidental y otras importantes entidades del gobierno de Estados
Unidos que deciden políticas relacionadas con Cuba, a más de 25
personeros de la mafia de Miami, los cuales están usando esas
potestades gubernamentales para tratar de subvertir y desestabilizar
al gobierno cubano, como son los casos de Otto Reich, el cuestionado
y rechazado subsecretario de Estado; de Oscar Franco, ex asistente
de Ileana Ros-Lethinen, nombrado ahora en el cargo de Director para
América Latina en la Agencia Internacional para el Desarrollo y que
se ha empecinado en utilizar el dinero de los contribuyentes
norteamericanos para fabricar la contrarrevolución en Cuba; o del
coronel Emilio González, dentro del Consejo Nacional de Seguridad.
Con el beneplácito del Presidente W. este segmento de la mafia
establecido dentro del gobierno de Estados Unidos hará lo posible y
lo imposible por impedir el mejoramiento de las relaciones que
amplios sectores norteamericanos están demandando en estos
momentos.
Cuando en 1976 George
Bush padre era jefe de la Agencia Central de Inteligencia, un agente
de la CIA, el señor OrIando Bosch, fundó y dirigió a los Comandos
de las Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) y como fuera
revelado más adelante en documentos del FBI y de la propia CIA,
este CORU se involucró en decenas de ataques con bombas, entre
ellos la monstruosa voladura del avión de Cubana en Barbados, que
cobró la vida de 73 personas inocentes.
Cuando en el año 2001
los hermanos George y Jeb Bush andaban en Miami en sus trajines de
recaudación de dinero y buscaban absoluto respaldo para las
elecciones entre los peores terroristas de este hemisferio, un grupo
de sus donantes publicaron en el libelo de la mafia una supuesta
Declaración de Principios donde reafirman su derecho a seguir
practicando la violencia y el terrorismo contra Cuba, mediante
"todos los métodos de lucha".
En agosto de 1989 el
presidente George Bush padre acudió a Miami para respaldar la
postulación de la "loba feroz", como miembro del
Congreso. Fue una cosa interesante, porque la señora Ileana Ros
llegó a hacer de la liberación de Orlando Bosch uno de sus
ofrecimientos de la campaña electoral, en momentos en que el
Departamento de Justicia y el FBI catalogaban a Orlando Bosch como
"el terrorista número uno". Y asunto curioso, el director
de su campaña era nada más y nada menos que Jeb Bush.
Más interesante
todavía fue el discurso que pronunció el presidente Bush padre en
apoyo a la señora Ros-Lethinen, porque allí, ante los más
insignes representantes de la mafia anticubana, lo que hizo fue
increíblemente decir que rechazaba el terrorismo, asegurando que
sus responsables y encubridores serían perseguidos en cualquier
parte del mundo.
Reunido con terroristas
para condenar el terrorismo y por si fuera poco, unos meses
después, en evidencia de que en este acto se había fraguado el
asunto, se ha podido conocer que a instancias de Ileana Ros, de su
hijo Jeb Bush, de Mas Canosa, del senador Connie Mack, de monseñor
Agustín Román, entre otros, ese mismo presidente que prometió
perseguir a los terroristas y sus encubridores en cualquier parte
del mundo, liberó para que anduviera por las calles de Miami
fraguando abiertamente su actividad criminal, a Orlando Bosch, el
mismo que el FBI y el Departamento de Justicia llamaron el
"terrorista número uno".
¡Y qué casualidad!
Once años después, el presidente George Bush hijo expresaría una
y otra vez casi la copia fiel de lo que dijo el padre ante los
terroristas de Miami: "aquellos que acogen a un terrorista son
tan culpables como el terrorista mismo". Eso lo ha dicho muchas
veces y lo acaba de repetir hace unos días en New Jersey cuando
estaba inmerso en la campaña electoral.
Pero para que la
casualidad sea mayor todavía, resulta que también por una
decisión ejecutiva, W. Bush puso en libertad hace unos meses a
otros dos connotados terroristas de Miami, a José Dionisio Súarez
Esquivel, más conocido por "Cepillo" y a Virgilio Pablo
Paz Romero, quienes tienen el récord de haber realizado una acción
terrorista brutal en el mismo corazón de la capital de Estados
Unidos, acusados de terrorismo por la fiscalía norteamericana y
condenados por terrorismo por un tribunal norteamericano, tras
asesinar a Orlando Letelier, el ex canciller de Chile, y a Ronnie
Moffitt, ciudadana de Estados Unidos.
Como si todo eso no
bastara, es bueno recordar aquí otros dos pasajes de la
"fidelidad" de los Bush:
El presidente George
Bush padre acudió a Miami el 20 de mayo de 1992 y en un acto
electorero, reunido con la flor y nata de la mafia terrorista,
llegó hasta asegurar, y así está registrado en las filmaciones
televisivas de la época, que él "sería el primer presidente
de Estados Unidos en visitar tierra libre de Cuba".
El presidente George
Bush hijo, diez años después, el 20 de mayo del 2002, acudió
también a reunirse con la crápula terrorista de Miami para
prometer la dureza de su política contra nuestro país, a tal punto
que los principales dirigentes de la mafia en su euforia
reconocieron que "si el discurso del presidente Bush lo
hubiésemos escrito nosotros, sería igual".
El amparo a terroristas
en Miami, la impunidad a secuestradores y piratas aéreos, el
aliento a la emigración ilegal, la guerra radial y televisiva, la
calumnia, el engaño y la mentira como columna vertebral que teje
uno y otro pretexto, puede ser guerra electrónica, puede ser compra
de armas a China, puede ser fabricación de armas biológicas, puede
ser cualquier cosa, tendrá asidero en estas mentes calenturientas
que tratan por todos los medios de desnaturalizar nuestra imagen
ante la opinión del pueblo norteamericano y, como se ha visto, la
familia Bush es eje de esa perfidia.
La mafia de Miami y la
extrema derecha de Estados Unidos trabajan, además, desesperada e
intensamente por elaborar planes y medidas agresivas contra nuestra
Patria, por fabricar la contrarrevolución interna y para ello
aprueban sumas millonarias para la subversión y la
desestabilización de nuestro país.
Es lujuria lo que
sienten en medio de la impotencia por nuestra resistencia, por
nuestro ejemplo moral, porque cada vez más probamos ante el mundo
que es posible lograr gobernabilidad democrática verdadera y
desarrollo social justo y equitativo en un mundo cada vez más
signado por la incertidumbre, por el caos, por un galopante
descalabro que no vislumbra salidas, porque cada vez más probamos
ante el mundo que es posible tener imaginación política y salir
adelante aun cuando la apuesta del gobierno más poderoso del
planeta sea la de acabar con nuestra libertad y nuestra
independencia.
Eso es lo que no nos
perdonarán jamás ni los Bush, ni sus acólitos. No nos perdonarán
mostrar esta moral y dignidad.
No nos perdonarán
sostener más alto que nunca nuestra ética y nuestros principios.
No nos perdonarán el
orgullo de reunirnos más de 100 000 cubanos aquí y expresar:
¡Viva el socialismo!
¡Viva la Revolución!
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Rogelio Polanco,
Director del periódico Juventud Rebelde
Cubanos:
El fin justifica los
medios, es la máxima maquiavélica que el gobierno de Estados
Unidos enarbola contra Cuba. No importa cuán irracional, ilegal e
inmoral sea la conducta que asuman los gobernantes norteamericanos
si sirve de botín político en su obsesivo afán subversivo contra
la Revolución Cubana.
La grave arbitrariedad
que hoy denunciamos nos revela una colosal ironía: las autoridades
de Estados Unidos, cuya nación está sobrecogida aún por el
criminal secuestro de varios aviones comerciales convertidos en
mortíferos misiles, ahora, peligrosa e insólitamente, alientan a
otros, sin el menor escrúpulo, a que secuestren también aviones,
nada menos que para llevar a vías de hecho un repudiable show
propagandístico, que otra vez tiene a Miami y a la mafia terrorista
anticubana como principales beneficiarios.
La nación que realiza
gastos multimillonarios para militarizar cada vez más sus
fronteras, que cierra sus espacios aéreos ante el menor intruso,
que está lista para derribar en cuestión de minutos aeronaves en
vuelo ante el más mínimo incidente, esa misma nación abre sus
cielos y aeropuertos a vulgares secuestradores solo porque el avión
desviado alevosamente de su ruta habitual es cubano.
¿Cómo justificar esta
cínica excepción ante la opinión pública norteamericana,
condenada al pánico con las sistemáticas alarmas de supuestos
actos terroristas?
¿Cómo justificar esta
mayúscula incongruencia ante los millones de pasajeros de ese país
sometidos a largas esperas en los aeropuertos y a minuciosos
chequeos de seguridad en los que se rastrea hasta una piedra en un
zapato?
Para las autoridades
norteamericanas existen terroristas buenos y malos, como ahora
pretenden presentarnos a secuestradores buenos. Según su pérfido
proceder los aeropiratas de un avión cubano no roban, se fugan; no
desvían una aeronave, huyen; no son terroristas, sino desertores;
no atentan contra la seguridad nacional de Estados Unidos, son
disidentes.
Esa extraña e inmoral
manera de juzgar el bien y el mal y de aplicar la ley internacional
se ha revertido muchas veces a lo largo de la historia contra su
propio país. La complicidad norteamericana en el secuestro de
aviones fue uno de aquellos engendros diabólicos alentados contra
Cuba y que cual Frankenstein político se viró contra sus
siniestros creadores.
Los 51 aviones cubanos
secuestrados y casi sin excepción desviados hacia Estados Unidos
entre 1959 y el 2001, han provocado la muerte o heridas a no pocos
pilotos, custodios y otras personas, así como la destrucción o el
daño de varias aeronaves, muchas de las cuales nunca fueron
devueltas a nuestro país.
Esa impunidad fue la
causa fundamental que generó aquella plaga de secuestros de aviones
desviados desde Estados Unidos hacia Cuba y que entre 1968 y 1984
llegaron a la insólita cifra de 71 casos. La verdad histórica no
puede ser desmentida: solo el ejemplar y eficiente acuerdo propuesto
por nuestro país y las medidas adoptadas contra los sucuestradores,
permitieron erradicar aquella práctica cruel.
¿Qué pasaría en las
actuales circunstancias si resurgiera aquel criminal flagelo?
¿Dónde está la responsabilidad de las autoridades del país que
cuenta con la mayor flota comercial del mundo, con el más denso
tráfico aéreo y la mayor red de aeropuertos del planeta? ¿Cómo
preservar la seguridad del espacio aéreo y de los corredores
internacionales sobre Cuba si se estimula la piratería? ¿Cómo
responderá Estados Unidos ante la opinión pública mundial en caso
de producirse un incidente fatal? ¿Qué derecho tiene Estados
Unidos a convertir en letra muerta el Convenio para la represión
del apoderamiento ilícito de aeronaves suscrito en 1970, del cual
es Estado Parte y que tipifica claramente el secuestro de naves
aéreas como un delito de terrorismo?
El pueblo norteamericano
debe saber la cruda verdad: el gobierno de Estados Unidos será
responsable de que no haya seguridad aérea en el Estrecho de la
Florida si sigue alentando a los secuestradores de aviones, si deja
impunes los actos de piratería aérea, si no cumple los acuerdos
migratorios entre nuestras dos naciones que en 1994 establecieron el
compromiso de "tomar medidas efectivas para oponerse e impedir
el uso de la violencia por parte de toda persona que intente llegar
o que llegue a los Estados Unidos desde Cuba mediante el desvío
forzoso de aeronaves".
El gobierno de Estados
Unidos será responsable de que no haya seguridad aérea en el
Estrecho de la Florida si no observa las leyes internacionales y
mucho menos si no deroga la Ley de Ajuste Cubano, esa infame patente
de corso para secuestrar y matar.
Estados Unidos quiere
que no sea desnudada ante los ojos del mundo esta insostenible
contradicción que exonera y premia a los terroristas del espacio
aéreo en medio de su pretendida cruzada antiterrorista global. Por
eso estamos aquí, para denunciar a los cuatro vientos la injusticia
y la mentira.
La potencia hegemónica
que no se resigna a la independencia y la soberanía de su pequeño
vecino una vez más usa criminalmente aparatos aéreos para ejecutar
su obcecada y desprestigiada política hacia Cuba. Con aviones se
bombardearon en el pasado nuestras ciudades y aeropuertos, se
abastecieron las bandas armadas contrarrevolucionarias, se quemaron
nuestros cañaverales, se violó nuestro espacio aéreo, se realizó
espionaje electrónico, se ejecutaron acciones bioterroristas, se
asesinó a hijos inocentes de este pueblo.
No pudieron entonces,
como no podrán ahora derrotar nuestra voluntad inquebrantable de
vencer.
Arleen Rodríguez
Derivet, periodista
…POR SU PROPIO VENENO
Hay cosas que sólo
ocurren en Miami, como advierte el prestigioso abogado
norteamericano Leonard Weinglass. Más de 200 haitianos que llegaron
el último día de octubre a las orillas de Key Biscayne, en el sur
de la Florida y se lanzaron desesperados por la borda del barco
encallado, intentando pisar tierra, fueron apresados con hostilidad
por las autoridades migratorias de Miami-Dade.
Exhaustos por una larga
y tortuosa travesía en la que muchos bebieron de su propio orine
para sobrevivir al hambre y la sed, los emigrantes del país más
pobre del hemisferio occidental shockearon a la opinión pública
norteamericana que vio por los noticieros a hombres, mujeres,
incluso algunas embarazadas y niños de cualquier edad, lanzarse
desde cubierta, nadar y correr desesperadamente por una autopista
cercana, para terminar siendo apresados y reprimidos como los
esclavos cuando arribaban a América en la época colonial.
Los precarios viajeros
habían oído hablar de una ley que otorga asilo automático, según
el grado de humedad de los pies del emigrante. Pero cuando los
hierros apretaban sus muñecas y el maltrato los reducía
violentamente a la obediencia, deben haber entendido, si es que
alguien se molestó en explicárselos, que eso de "pies secos,
pies mojados", no es ninguna oportunidad para los que huyen del
hambre y creen todavía en el sueño americano. Es una trampa
humana, pero sólo diseñada para pescar cubanos.
"El hambre no es
razón para dar asilo a nadie", dijo un funcionario con la
tradicional dureza con que se ha tratado siempre el tema haitiano en
el país que presume de ser nación de emigrantes. La declaración,
muy coherente con la política de un Departamento de Estado, cuya
oficina de asuntos hemisféricos sólo repara en Haití para
bloquearle inversiones como "pedagógico" método de
obligarla a ser norteamericanamente democrática, levantó las iras
de la comunidad haitiana, jamás atendida con seriedad por los
dueños y señores de la política de la ciudad.
Pero por esos días, se
cazaban votos para el gobierno del estado y los tonos se hicieron
más respetuosos del drama haitiano en el oportunista debate de los
aspirantes. Tradicionalmente más sensato, el INS rectificó la
grosería diciendo que "todos los emigrantes ilegales deben ser
devueltos, inmediatamente, por razones humanitarias". Y por
primera vez las autoridades norteamericanas reconocieron
explícitamente lo que tantas veces Cuba ha denunciado: que aceptar
la emigración ilegal es estimular el criminal tráfico de personas
y las aventuras riesgosas en embarcaciones precarias, que cada año
convierten al Mar Caribe en anónimo cementerio de cientos de
emigrantes.
Sin embargo, el propio
Servicio de Inmigración y Naturalización, obligado por la más
absurda ley que se haya escrito jamás, no tardaría en contradecir
sus palabras con los hechos. Apenas un par de semanas después del
arribo y detención de los haitianos, un pequeño grupo de ilegales
provenientes de Cuba, era recibido en el propio condado de
Miami-Dade con show propagandístico y la promesa de asilo
inmediato, aunque para llegar cometieran delitos tan graves como el
robo y secuestro de una aeronave civil cubana e impidieran la
intercepción del vuelo al incorporar a mujeres y una niña en el
acto de piratería sancionado por todas las leyes internacionales.
Pero ya la verdad dicha
por el propio INS, había echado más luz sobre la esencia criminal
de esa Ley de Ajuste, que otorga a los cubanos el vergonzoso
privilegio de entrar a los Estados Unidos por la puerta trasera, la
de la ilegalidad, la del delito como condición, la que todos los
demás emigrantes tienen fuertemente cerrada y con doble candado
desde los atentados de septiembre en Nueva York y Washington.
La lógica más
elemental obliga a preguntar. Si por razones humanitarias, por
desestimular aventuras que pondrían en riesgo las vidas de otros
potenciales emigrantes, los haitianos, como los mexicanos, los
guatemaltecos o cualquier otro habitante del sur negro, indio,
pobre, desesperanzado, son devueltos, ¿en nombre de qué filosofía
los ilegales cubanos son aceptados y continuamente incitados a
arriesgarse? ¿Es que para las autoridades norteamericanas las vidas
cubanas no cuentan o para ellos no son seres humanos? ¿Qué son
entonces?
Está claro que los
potenciales emigrantes de este país son apreciados sólo como
instrumentos para la presión, como rehenes de una política
demencial que alienta la emigración ilegal y riesgosa con el
exclusivo propósito de sostener a un círculo de mafiosos que
durante más de cuatro décadas ha alimentado la ilusión perversa
de convertirse en títere de turno del imperio ante una eventual
desaparición de la Revolución Cubana. Una mafia que manipula sin
piedad los sentimientos filiales de todos los emigrados y usa para
fines políticos la incurable nostalgia de los que abandonaron su
patria por algo que no acaban de encontrar. Una mafia que está
siendo incuestionablemente derrotada por la Historia a puro golpe de
verdades y no se da cuenta de que por su propio veneno morirá
envenenada.
Cuba no tiene tan mala
memoria como para olvidar que antes de 1959, sus hijos que emigraban
ilegalmente recibían de Estados Unidos el mismo trato que hoy se
reserva al resto de los latinoamericanos: ser echados de vuelta, sin
derecho siquiera a intentar una nueva oportunidad legal durante diez
años.
Cuba eligió para sus
hijos un sistema de justicia social e igualdad que demanda un
colosal y mancomunado esfuerzo frente a todos los obstáculos que
interponen los enemigos de esta opción propia y diferente. Y aspira
a instruir a su pueblo en el reconocimiento de que en las virtudes
humanas, la cultura, el conocimiento de sí mismos y del mundo,
está la fuente de la felicidad duradera, porque no depende de lo se
tiene sino de lo que se es.
La inmensa mayoría del
pueblo comprende y comparte los sacrificios y las alegrías de armar
juntos el hermoso proyecto de una sociedad que premia el talento, la
bondad, la entrega, las más hermosas virtudes humanistas que el
egoísmo capitalista puso en riesgo de desaparecer.
Sabemos que algunos no
llegarán a comprenderlo hasta después de acumular todo tipo de
riquezas y sentir que aun así siguen siendo profundamente
infelices. Otros se partirán el espinazo trabajando, en el inútil
afán de integrarse a un sistema que los excluye como parte de las
mayorías y terminarán sus días preguntándose dónde están las
maravillas que les prometieron. Y todos tratarán de olvidar a los
que murieron en el camino sin llegar siquiera a vivir la
frustración de sus sueños.
A pesar de ellos, Cuba
no renuncia al arduo intento de alcanzar ese escalón pendiente
hacia la civilización humana, donde los seres se distingan por lo
que son en sí mismos y no por la cantidad de cosas que tienen y
trabajará sin descanso para que la verdad sea guía única en el
destino personal que sus ciudadanos elijan.
Pero eso no la priva si
no que la obliga a denunciar el sucio juego de muerte que Estados
Unidos practica con los cubanos en nombre una ley que ampara la
ilegalidad, qué absurdo.
Tan absurdo como
declarar una guerra universal contra el terrorismo y condenar de por
vida a cinco héroes cubanos cuyo único delito ha sido evitar
acciones terroristas de la mafia cubano-americana de Miami y en ese
propio Miami recibir con honores de perseguidos políticos a unos
vulgares secuestradores de aeronaves.
El estremecedor episodio
de los emigrantes haitianos que permanecen detenidos, incluidos diez
niños vigilados por guardias armados, aun no concluye y ya los
piratas cubanos andan libres por Miami. Pero la inflexibilidad de
las autoridades para con el reclamo de una comunidad haitiana que
casi alcanza el número de los cubanos, ha desatado un debate
inédito en la ciudad que el imperio le regaló a la mafia cubana en
espera de arrebatarnos la libertad conquistada.
Esta vez no se ha oído
chillar a Ileana Ros ni a los Díaz-Balart, las autoridades locales
lucen confundidas e imprecisas ante las demandas de explicación y
en el libelo de la mafia, los buscadores de Internet solo encuentran
referencias culturales cuando se les piden noticias sobre haitianos.
Los líderes de la creciente comunidad caribeña allí,
invisibilisados durante anos por el monopolio de la politiquería de
origen cubano, comienzan a hacerse sentir, ante la escandalosa doble
moral de la política migratoria estadounidense, que rechaza con
desprecio a los haitianos hambrientos y abraza calurosamente a los
secuestradores cubanos.
La verdad va cumpliendo
su misión higiénica y los mafiosos asisten desesperados al
principio del fin de sus instrumentos de engaño, mientras en sus
manos tiemblan los hilos del control absoluto de la ciudad, todavía
en su poder. Como advirtió Abraham Lincoln, "no se puede
engañar a todo el pueblo todo el tiempo".
La Ley de Ajuste Cubano
puede terminar sepultando para siempre políticamente a los mismos
que la han alimentado de cadáveres durante 36 años.
¡Hasta la victoria
siempre!
Muchas gracias.
Randy Alonso Falcón,
miembro del Comité Nacional de la UJC
Querido Comandante en
Jefe;
Aguerridos compatriotas
de la Capital y de toda Cuba:
En el mundo globalizado
y globalizante que vivimos, las fronteras se abren cada vez más al
comercio y a los flujos financieros, a la vez que se cierran
aceleradamente a la circulación humana que desde los países del
Sur, arruinados por un capitalismo salvaje, busca en el Norte
desarrollado la exitosa sociedad de consumo que se les vende a
través de la propaganda.
En tiempos en que
Estados Unidos convoca presuroso a las naciones de nuestra región a
un Acuerdo de Libre Comercio que barrerá con los límites
nacionales en el orden económico y político, refuerza
simultáneamente el patrullaje de sus fronteras terrestres y
navales, levanta un ominoso muro a lo largo del extenso límite
territorial con su vecino más cercano e impone la necesidad de
visado a ciudadanos de países que hasta hoy no lo necesitaban.
Numerosos
latinoamericanos y caribeños –habitantes de un subcontinente
donde hay 221 millones de pobres y el hambre mata a una
significativa cifra de niños todos los años- han arriesgado y
arriesgan sus vidas con la aspiración de entrar en territorio
norteamericano, para toparse con la cruda realidad del rechazo, la
persecución y la humillación por parte de las autoridades del
poderoso vecino.
Más de 400 mexicanos
mueren cada año en el cruce de la patrullada frontera
estadounidense y alrededor de un millón son detenidos en el
intento; miles de haitianos son regresados a su empobrecido país
tras poner en peligro sus vidas en el mar en frágiles y
sobrecargadas embarcaciones; decenas de miles de centroamericanos
viven con el temor de perder su residencia temporal en Estados
Unidos y tener que regresar a sus naciones, donde el neoliberalismo,
la sequía y los bajos precios del café hacen estragos.
Aquellos que logran
llegar a territorio norteamericano, ven muchas veces convertido su
"sueño americano" en precarios empleos y duras
condiciones de vida, en un país donde 33 millones de ciudadanos,
buena parte de ellos inmigrantes, vive bajo la línea de pobreza –según
estadísticas oficiales- y más de 40 millones carece de seguro
médico; un país donde las autoridades han intensificado la
represión contra los inmigrantes después del 11 de septiembre,
encarcelando sin causa probada a cientos de personas sólo por su
origen, y creando un ambiente de xenofobia que ha multiplicado las
agresiones contra árabes y musulmanes.
En medio de tan duro
actuar contra los inmigrantes, el gobierno de Estados Unidos
mantiene una bochornosa y cínica excepción: la existencia de la
Ley de Ajuste Cubano que incita y ampara la emigración ilegal desde
Cuba, con el evidente y mezquino propósito de utilizarla como arma
política contra la Revolución y nuestro pueblo.
La reciente acogida en
suelo norteamericano del secuestrador de una aeronave cubana y sus
cómplices en tan deleznable acto, es una nueva y desvergonzada
página de esta absurda política que es capaz de convertir a
vulgares ladrones y gente sin escrúpulos en exiliados políticos,
por obra y gracia de una Ley asesina que ha enlutado a más de una
familia cubana y la complicidad de un gobierno que busca retribuir a
la mafia terrorista de Miami el colosal fraude electoral con que
llevaron al señor W. Bush hasta la Casa Blanca.
Lo ocurrido es lógica
consecuencia de las inauditas y falaces declaraciones del Presidente
norteamericano en días recientes, pretendiendo justificar el
aliento a la emigración ilegal desde Cuba, en clara muestra de la
insensatez, la impudicia y la irracionalidad de la política de su
administración hacia nuestro país.
¿Con qué moral el
gobierno norteamericano puede hablar de cruzada mundial contra el
terrorismo y de defensa de la seguridad nacional, mientras incita al
secuestro de aviones y la piratería aérea, financia y patrocina a
las mafias que desde Miami planifican y ejecutan viles actos de
terrorismo contra Cuba y da abrigo a uno de los organizadores del
abominable Crimen de Barbados?
¿Cómo pueden
explicarles a los estadounidenses, a los familiares de las víctimas
de los horrendos hechos del 11 de septiembre, a los padres de los
soldados norteamericanos muertos en Afganistán que, mientras
proclaman una "guerra infinita contra el terrorismo", dan
refugio y amparo a modernos piratas, ejecutores de un hecho de
terrorismo como lo tipifican las legislaciones de EE.UU y Cuba y los
convenios internacionales sobre seguridad aérea?
Para colmo de la
desvergüenza, el Departamento de Estado norteamericano publica año
tras año una lista de países que no combaten el creciente tráfico
de personas en el mundo, en cuya versión del 2002 incluyó a 23
naciones, sin nombrar entre ellas a EE.UU, desde donde parten
innumerables lanchas rápidas hacia Cuba para trasladar seres
humanos hacia aquel territorio por sumas entre 8 000 y 10 000
dólares, sin que los conocidos autores de estas fechorías sean
molestados por las autoridades.
Mientras los ejecutores
de actos de terrorismo y secuestro son liberados sin miramientos y
criminales como Leonel Macías, asesino del Oficial Roberto Aguilar
Reyes, viven en la Florida sin ser molestados por las autoridades;
cinco valerosos jóvenes cubanos, luchadores contra el terrorismo,
son condenados por la infamia, la venganza y el odio a duras penas
de cárcel en aislados reclusorios de los Estados Unidos.
Los hipócritas e
inmorales hechos que hoy condenamos son resultado de la
desesperación y el odio enceguecido del adversario. Ante el
creciente aislamiento internacional de la política anticubana de la
administración Bush, el contundente rechazo mundial que acaba de
cosechar el genocida bloqueo contra nuestro pueblo y la evidente
oposición mayoritaria de la opinión pública norteamericana a su
irresponsable y mezquina política, el gobierno de Estados Unidos y
sus ahijados de la mafia anticubana se aferran a la Ley asesina de
Ajuste Cubano y a los actos terroristas como sus últimas bazas para
destruir a una Revolución que por más de cuatro décadas ha
demostrado su fortaleza ante las más inusitadas y criminales
agresiones y que ha forjado un pueblo con una sólida conciencia
política y una cada vez más elevada cultura.
Pero cada nueva
canallada del gobierno norteamericano contra nuestro pueblo, en su
trasnochado afán de hegemonía mundial, no hace sino renovar
nuestros ímpetus para el combate. Martí nos enseñó que "…los
pueblos se disponen a su hora, con la fuerza del instinto, a las
grandes batallas".
Nada nos detendrá ni
nos hará retroceder en nuestra lucha. Nuestra moral, nuestros
principios, nuestras ideas y la hermosa obra que hemos construido,
son armas formidables para destruir las felonías, las groseras
mentiras y las cínicas políticas de nuestros adversarios. Sigamos
en combate, prestos y altivos, porque sólo los que luchan podrán
alcanzar definitivamente la victoria.
¡Viva la Revolución!
¡Viva el Socialismo!
¡Vivan Fidel y Raúl!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos! |