
La contraofensiva estratégica (IX)
Diciembre de 1958
Parte 9
LUNES 01
El primer día del mes de diciembre redacté el parte
militar sobre la Batalla de Guisa, publicado en esa misma fecha por
la emisora Radio Rebelde. La información pormenorizaba las bajas
enemigas y los pertrechos ocupados; destacaba, además, la bravura
del capitán Braulio Curuneaux, caído en combate casi al final de los
enfrentamientos.
Radio Rebelde
Última hora: La Batalla de Guisa. Tomado el pueblo
por las fuerzas rebeldes. Más de doscientas bajas ocasionadas al
enemigo. Un tanque, dos morteros, una bazooca, siete ametralladoras
trípode, 94 armas largas y cincuenta y cinco mil balas ocupadas.
Repetimos... Hemos recibido de la Comandancia
General el siguiente parte:
Ayer, a las 9 de la noche, después de diez días de
combate nuestras fuerzas penetraron en Guisa. La batalla tuvo lugar
a la vista de Bayamo, donde está situado el puesto de mando y el
grueso de las fuerzas de la dictadura. Se combatió contra nueve
refuerzos enemigos que vinieron sucesivamente, apoyados en tanques
pesados, artillería y aviación.
La acción de Guisa se inició exactamente el 20 de
noviembre a las 8 y 30 de la mañana, al interceptar nuestras fuerzas
una patrulla enemiga que diariamente hacía el recorrido de Guisa a
Bayamo, poniéndole fuera de combate a los pocos minutos. Ese mismo
día a las 10 y 30 de la mañana llegó al lugar de la acción el primer
refuerzo enemigo contra el que se combatió hasta las seis de la
tarde en que fue rechazado. A las 4 P.M. un tanque T-17 de 30
toneladas quedó destruido por una poderosa mina. Fue tal el impacto
de la explosión que el tanque se elevó varios metros y cayó más
adelante con las ruedas hacia arriba y la torre clavada en el
pavimento de la carretera.
Horas antes un camión repleto de soldados había sido
también destruido por efecto de otra potente mina. A las seis de la
tarde el refuerzo se retiró.
Al día siguiente el enemigo avanzó apoyado con
tanques Sherman y logró penetrar en Guisa, dejando un refuerzo en la
guarnición. El 22 nuestras tropas, repuestas del cansancio de dos
días de continuas luchas tomaron de nuevo posiciones en la carretera
de Bayamo-Guisa. El 23 una tropa enemiga intentó avanzar por el
camino del Corojo siendo rechazada. El 25 [realmente fue el día 26],
un batallón de infantería precedido por dos tanques T-17 avanzaba de
nuevo por la carretera de Bayamo a Guisa en un convoy de 14
camiones. A dos kilómetros de este punto las tropas rebeldes
hicieron fuego contra el convoy a ambos lados de la carretera
cortándole además la retirada, mientras una mina paralizaba el
tanque de vanguardia. Se inició entonces uno de los más violentos
combates que se han librado en la Sierra Maestra. Había quedado
sitiada no sólo la guarnición de Guisa sino el batallón completo que
vino de refuerzo. Estos contaban en el interior del cerco con dos
tanques T-17. A las 6 de la tarde el enemigo había tenido que
abandonar todos los camiones, agrupándose estrechamente alrededor de
los dos tanques. A las 10 de la noche, mientras una batería rebelde
de morteros [del] 81 atacaba a la fuerza enemiga, reclutas
revolucionarios armados de pico y pala abrieron una zanja en la
carretera junto al tanque destruido el día 20, de modo que entre los
restos de este y la zanja quedaba obstaculizada la salida de los dos
tanques T-17 que estaban en el interior del cerco. A las dos de la
mañana una compañía rebelde avanzó desplegada contra el enemigo
batiéndolo fuertemente contra los tanques, donde quedaron sin agua y
sin comida.
Al amanecer del 27 dos batallones de refuerzo de
Bayamo, precedidos por tanques Sherman llegaron al lugar de la
acción. Se combatió contra ellos durante todo el día 27. A las seis
de la tarde los blindados y la Infantería enemigas iniciaron
retirada general. Los Sherman pudieron salir gracias a sus ruedas de
estera. Tras ellos arrastraron uno de los tanques T-17, pero el otro
no pudo ser retirado. Sobre el campo lleno de cadáveres enemigos
quedaron numerosas armas; treinta y cinco mil balas, catorce
camiones, 200 mochilas y un tanque T-17 en perfectas condiciones,
con abundante parque de cañón calibre 37 milímetros. Pero la acción
no había concluido; una columna rebelde avanzando rápidamente de
flanco interceptó al enemigo en retirada en las proximidades del
entronque en la carretera Central, atacándole y haciéndole numerosas
bajas y ocupándole más armas y más parque.
Rápidamente el tanque fue ocupado y puesto en
condiciones de entrar en acción. El 28 por la noche dos pelotones
rebeldes precedidos por el tanque avanzaron resueltamente hacia
Guisa. A las dos y veinte de la madrugada del día 29, el T-17
tripulado por rebeldes se situó exactamente a las puertas del
cuartel de Guisa y en medio de los numerosos edificios donde estaba
atrincherado el enemigo [comenzando comenzó] a
disparar sus armas. Cuando había disparado ya cincuenta cañonazos,
dos impactos directos de bazooka disparados por el enemigo
paralizaron los motores del mismo. Los tripulantes del tanque
averiado continuaron disparando contra el cuartel el resto de las
balas del cañón hasta agotar la última. Entonces bajándose del
tanque iniciaron la retirada.
Se produjo un acto de inigualable heroísmo. El
teniente Hipólito Prieto [en verdad fue Leopoldo Cintra Frías] que
manejaba la ametralladora del tanque la sustrajo del mismo y bajo un
fuego cruzado, y a pesar de estar herido, se arrastró bajo las balas
llevando consigo la pesada arma sin abandonarla un instante.
Ese mismo día, al amanecer cuatro batallones
enemigos avanzaron por tres puntos diferentes:
El camino de Bayamo al Corojo, la carretera de
Bayamo a Guisa y el camino de Santa Rita a Guisa. Todas las fuerzas
enemigas de Bayamo, Manzanillo, Yara, Estrada Palma, Baire y otros
puntos fueron movilizadas. La columna que avanzaba por el camino de
El Corojo fue rechazada después de dos horas de fuego.
Los batallones que avanzaban por la carretera de
Bayamo a Guisa fueron contenidos durante todo el día, acampando
durante la noche a dos kilómetros de Guisa. Los que venían por el
camino de Corralillo fueron igualmente rechazados, dando entonces un
rodeo por el noreste del pueblo. El treinta se libraron las últimas
acciones; los batallones que habían tomado posiciones a dos
kilómetros del pueblo, intentaron reiteradamente avanzar durante
todo el día sin conseguir forzar el paso.
A las cuatro de la tarde, mientras nuestras unidades
combatían contra los refuerzos, la guarnición de Guisa abandonó el
pueblo en precipitada retirada dejando atrás todo el parque y
numerosas armas.
A las nueve de la noche nuestra vanguardia penetró
en el pueblo. Ese mismo día sesenta y un años atrás, fuerzas del
ejército libertador al mando del General Calixto García Íñiguez
habían tomado el pueblo de Guisa.
En el momento en que se redacta este parte de guerra
se ha contado ya el siguiente equipo ocupado al enemigo:
Un tanque de Guerra T-17, tomado, perdido y vuelto a
recapturar, 94 armas entre fusiles ametralladoras, Garand,
Springfield, y ametralladoras San Cristóbal; dos morteros 60, un
mortero 81, una bazooca, siete ametralladoras trípode calibre 30,
cincuenta y cinco mil balas, ciento treinta granadas de Garand,
setenta obuses de mortero 60 y veinticinco de 81, veinte cohetes de
bazooca, 200 mochilas completas, ciento sesenta uniformes, catorce
camiones de transporte, víveres, medicinas, etc... Se sigue
registrando el campo de batalla [en con] la
seguridad de encontrar más armas.
Se le ocasionó al enemigo más de 200 bajas entre
muertos y heridos en los diez días de combate. Hoy la Cruz Roja ha
procedido a enterrar numerosos cadáveres de soldados de la dictadura
que fueron abandonados en el campo de batalla y que no habían podido
ser sepultados mientras duró la misma. Ocho compañeros cayeron
heroicamente en el curso de la acción y siete más fueron heridos. La
batalla se libró principalmente contra las tropas acantonadas en
Bayamo.
Fue una lucha de hombres contra aviones, tanques y
artillería. El más destacado oficial rebelde fue el capitán Braulio
Coronú [Curuneaux] veterano de numerosas acciones que cayó
gloriosamente defendiendo su posición en la carretera de Guisa, por
donde no pudieron pasar los tanques enemigos.
Las unidades rebeldes al mando de sus capitanes y
demás oficiales combatieron con una moral extraordinaria. Se
destacaron especialmente los capitanes Reynaldo [Reinaldo] Mora,
Rafael Verdecia, Ignacio Pérez y Calixto García; los Tenientes
Orlando Rodríguez Puerta [Puertas], Alcibíades Bermúdez, Gonzalo
Camejo que dirigió la tripulación del Tanque y que dirigió la
batería de morteros 81, Dionisio Montero que manejó la batería del
60, el teniente Raimundo Montes de Oca, instructor de la Compañía de
ametralladoras, el ingeniero Miguel Ángel Calvo, jefe de la Sección
de Minas y Explosivos, y los tenientes Armelio Mojena y Niní Serrano
[René Serrano]. Una escuadra del pelotón de mujeres Mariana Grajales
combatió valerosamente también durante los diez días que duró la
acción soportando el bombardeo de los aviones y el ataque de la
artillería enemiga.
Guisa, a 12 kilómetros del Puesto de Mando de Bayamo
es ya Territorio Libre.
Fidel Castro
Comandante Jefe
Sierra Maestra,
Dic. 1, 58
El Sr. Abelardo Tasé [comerciante de Guisa] está
autorizado para transitar libremente por el territorio libre.
Fidel Castro
[Al jefe de operaciones de Bayamo]
Sierra Maestra,
Dic. 1, 58
2 y 45 p.m.
Coronel [García] Casares:
Le escribo estas líneas para interesarme por un
hombre nuestro [se refiere al teniente Orlando Pupo] que casi con
toda seguridad fue hecho prisionero por las fuerzas suyas. El hecho
ocurrió así: después que se retiraron las unidades del Ejército, yo
mandé una vanguardia a explorar en dirección al Horno. Más atrás me
puse en marcha por la misma carretera donde iba la vanguardia
nuestra. Por una casualidad dicha vanguardia había tomado otro
camino y llegó a la carretera detrás de nosotros. Como lo suponía
delante mandé un hombre a alcanzarla para indicarle que se detuviera
antes de llegar al Horno. El mensajero salió con la creencia de que
la misma iba delante y por tanto estaría completamente desapercibido
del peligro; viajaba, además, a caballo, con el ruido consiguiente
de las pisadas del mismo. Descubierto el error se hizo lo posible
por advertirlo de la situación, pero ya había llegado a la zona de
peligro. Se le esperó varias horas y no regresó. Hoy no ha
aparecido. También se escuchó por la noche un disparo. Tengo la
seguridad de que fue hecho prisionero; le confieso que, incluso, el
temor de que posteriormente lo hubiesen muerto. Me preocupa el
disparo que se escuchó. Y yo sé que cuando es una posta la que hace
fuego no se limita nunca a un solo disparo en estos casos.
He sido explícito en la narración del incidente para
que pueda usted contar con los elementos de juicio suficientes.
Tengo esperanza de poder contar con su caballerosidad, para evitar
que ese joven sea asesinado inútilmente, si es que no fue muerto
anoche. Por ese compañero sentimos todos especial afecto y nos
preocupa su suerte. Yo le propongo a usted que lo devuelva a
nuestras líneas, como he hecho yo con cientos de militares,
incluyendo numerosos oficiales. El honor militar ganará con ese
gesto elemental de reciprocidad. "Lo cortés no quita lo valiente".
Muchos hechos dolorosos han ocurrido en esta guerra
por culpa de algunos militares sin escrúpulo ni honor, y créame que
el Ejército necesita de hombres y gestos que compensen esas manchas.
Por tener de usted un elevado concepto es que me decido a hablarle
de este caso, en la seguridad de que usted hará lo que esté al
alcance de sus facultades. Si algún inconveniente formal se
presenta, puede hacerlo en forma de canje, por uno o varios de los
soldados que hicimos prisioneros durante la acción de
Guisa.
Atentamente,
Fidel Castro R.
P. D. Con la Cruz Roja le devuelvo tres prisioneros
heridos, que fueron atendidos por nuestros médicos.
MARTES 02
Cuando se cumplían exactamente dos años de lucha
guerrillera respondí por escrito el cuestionario de varios
periodistas. Esa madrugada dispuse que Ignacio Pérez y Calixto
García salieran hacia Charco Redondo para apoyar el convoy de
alimentos y pertrechos militares que llevaba Arturo Aguilera,
responsable de los suministros. Además, le agradecí al coronel
Casares su gestión.
Sierra Maestra
Dic. 2, 58
2 p.m.
Coronel Casares:
He recibido una gran alegría al saber que el
compañero que cayó en poder de sus fuerzas está vivo y no ha sido
maltratado [se refiere a Orlando Pupo]. En los dos años, que hoy
exactamente, se cumplen de lucha, pocas veces he experimentado mayor
simpatía ante el gesto de algún militar cubano. Le doy las gracias
por haberme informado al respecto y no puedo menos que reconocerle
su caballerosidad con la sinceridad de un adversario honrado. Yo sé
que usted no es el único militar cubano que sabe respetar las leyes
de la guerra, y eso es una compensación frente a los que no han
sabido tener el mismo concepto de la honra. Siempre le tendré en
cuenta esa actitud por si algún día se me ofrece la oportunidad de
demostrarle mi reconocimiento. Por lo pronto le envío con la Cruz
Roja dos soldados heridos. El tercero ya está completamente bien.
Aunque esta entrega es en cumplimiento de una norma que hemos
seguido hasta hoy sin establecer condición alguna.
Atentamente,
Fidel Castro Ruz [firma]
Sierra Maestra
Dic. 2, 58 / 7 y 10 p.m.
[Delio Gómez] Ochoa:
Te envío a Luis [Pérez] para tu tropa. Él te
explicará todo. Como desea prestar sus servicios junto a ti, lo
mando para allá, que en su actual estado de ánimo es el mejor punto.
Se portó bien y creo allá puede hacer bastante.
Abrazos,
Fidel Castro Ruz [firma]
Sierra Maestra
Dic. 2, 58
9 p.m.
Dr. [Julio] Martínez Páez:
Tengo entendido que usted viene en camino hacia acá.
Supongo le habrán enviado varios mensajes. Desde la clínica de Guisa
le hago esta notica que llevará el mensajero que va con el parte de
guerra, para expresarle el interés que tenemos en este compañero que
requiere sus servicios, que aparte de ser siempre grande en todos
los casos, en este se reúnen una serie de circunstancias de tipo
sentimental, pues lo dimos por muerto y lo encontramos vivo en esta
clínica.
Todo por aquí ha salido muy bien. Tengo deseos de
que usted llegue. No le digo más porque sé todo el interés que se
tomará por llegar pronto. Un abrazo.
Fidel Castro Ruz [firma]
Guisa, Dic. 2/58
Sr. Francisco Aedo:
Ruégole me facilite dos bidones de gasolina para una
urgente necesidad.
Le acompaño orden para que pueda transportar durante
otros diez días la que le haga falta para su negocio. Gracias.
Fidel Castro Ruz [firma]
Guisa, Dic. 2/58
Se autoriza al Sr. Francisco Aedo para transportar
combustible para las trillas de arroz, y trasladarlo a los molinos.
Fidel Castro Ruz [firma]
JUEVES 04
S. Maestra
Dic. 4, 58 / 6 a.m.
Puerta [Orlando Rodríguez Puertas]:
Traslada tu compañía al punto que Calixto te
indicará hoy al anochecer. Con ella deben venir dos escuadras de
ametralladoras.
Fidel Castro Ruz [firma]
SÁBADO 06
Minas de Charco Redondo,
Dic. 6 del 58.
Territorio Libre de Cuba
Resumen del Discurso pronunciado por el Comandante
en Jefe
Dr. Fidel Castro Ruz.
Señoras y señores, damas y niños, todos en general,
nos encontramos reunidos hoy con el gran privilegio de gozar de
libertad, no porque la libertad en sí represente un privilegio, sino
que por el estado de tiranía que ejerce el gobierno despótico, en
los distintos lugares de la isla, hace posible que dicho respiro,
que dicho estado de libertad, represente un privilegio con relación
a los demás pueblos de la nación, que desde hace ya largos años
vienen sufriendo la carencia de trabajos, donde la juventud es
perseguida, donde las asambleas no pueden desarrollarse si no es con
los fusiles y las ametralladoras de los militares en los portales y
a las puertas de la localidad.
Primero que nada me preocupa que la presencia de
nuestro ejército rebelde, dando libertad a este pueblo, pueda traer
como consecuencia, represalias contra la población civil de parte de
los militares asesinos. Porque contra nosotros, nada pueden el
ejército, los aviones, las bombas, porque éstos son superiores en
número y armas, pero inferiores en moral; ha quedado demostrado que
a pesar de todo eso el ejército es el que está a la defensiva, ya
que el ejército rebelde no le da descanso, ni se lo daremos, ahora
somos nosotros los que los perseguimos y los buscamos, ahora son
ellos los que huyen. Pero me preocupa, repito, que los vecinos de
Charco Redondo tengan toda la seguridad posible, por lo cual les
pido, construyan sus refugios individuales y colectivos en la
Escuela, el Hospital y ya se han dado instrucciones a los miembros
de la policía militar rebelde para que los ayuden en la construcción
de todos los medios de seguridad, para que no se dé el caso de que
algún vecino de estos de Charco Redondo, que nos han dado su
aliento, su estímulo y ayuda, pueda resultar herido o muerto por los
bombardeos, les ruego a los vecinos, no dejen de tomar las medidas
de seguridad porque de no resultar así, no volveré a Minas de Charco
Redondo, porque cada vez que muere un hombre, mujer o niño, se
pierde un patriota más, porque aquí hasta los niños son
revolucionarios.
Tenemos que seguir luchando contra esta terrible
tiranía, que oprime al pueblo cubano para poder ver nuestros sueños
realizados.
Como Uds. verán aquí ya lo tenemos logrado, no
porque el ejército se haya retirado, sino porque hemos sabido
conquistar el pueblo. Todos nuestros ideales se están realizando, y
como ejemplo les pongo que hace 6 ó 7 años, no recuerdo el tiempo,
condolido por las quejas y sufrimientos que estaban precisamente
latentes en los trabajadores de las Minas de Charco Redondo, hice
una visita a ésta observando el personal, los túneles, etc.
Esta visita sucedía antes del Movimiento
Revolucionario 26 de Julio, pasó inadvertida para el pueblo, puesto
que no me di a conocer, pero en mi mente quedó grabado el recuerdo
de este recorrido; una vez presentado el problema de la opresión que
ejercía el gobierno, inmediatamente pensé en los obreros de las
Minas de Charco Redondo, porque ésta era la clase más sacrificada y
la más revolucionaria, aunque veía como un sueño la ayuda que
pudiera prestarles, siempre pensé que cuando fuera a realizar el
primer ataque al Cuartel Moncada, a los primeros que les daría armas
sería a los obreros de ésta, porque aquí fue donde surgió la idea de
que ellos se podrían rebelar contra la dictadura.
Como lo pensé, así sucedió. Porque ellos fueron los
primeros que colaboraron con la causa y los que más se han
sacrificado, porque aquí todo el mundo es revolucionario, sólo nos
encontramos con la colaboración espontánea del pueblo, por eso
nosotros seguiremos nuestra marcha, los rebeldes se irán, Charco
Redondo quedará atrás, pero atrás de nuestro recorrido, del avance
revolucionario, pero no se perderá en el recuerdo de nuestras
mentes.
Dejaremos encargados del Orden Público, Judicial,
Social, Económico y Educacional.
Prestaremos ayuda al pueblo durante determinado
tiempo, hemos dispuesto $15,000 hasta ahora para los gastos, si se
cumple el plazo y los recursos económicos escasean, entonces
dispondremos de otro presupuesto para seguir ayudando al pueblo, una
vez más les digo que no se preocupen por la comida, tendrán lo que
necesiten, lo que quiero es que el pueblo no se encuentre ocioso,
que invierta el tiempo en obras útiles a la sociedad.
No se preocupen por los empeños que tienen, porque
aquí hay para sacar mineral de todas las montañas, esto es un tesoro
que hay que explotar.
Hay para vivir todos, para indemnizar a los obreros
inválidos, aquí han estado personas que estaban en contacto con el
sanguinario gobierno de la tiranía, llegaban a las Minas con $12.00
y salían con un millón, mientras los obreros quedaban inválidos a
causa de su pillería.
Esto no pertenece a Cajigas, no es una Compañía,
porque si él se ha hecho millonario a costa de los infelices obreros
de esta Mina y se ha enriquecido con ayuda del poder comprando a
Isla de Pinos, Cajigas tendrá que ser juzgado.
Aquí ya no habrá dirigentes sindicales que duren
años a pesar de su mal comportamiento, éstos los pone y los quita el
pueblo el mismo día, sin tener en cuenta sindicatos de clase alguna,
el pueblo es el que manda.
También quiero decirles que todas aquellas personas
que han cooperado con la Dictadura, denunciando rebeldes, tienen que
ser castigadas y unas cuantas docenas de cabezas rodarán por el
suelo.
A los que se les perdonará, será a aquellos
confidentes, infelices campesinos, los cuales atemorizados por las
represalias que ejercían sobre ellos los del ejército, decían donde
nos encontrábamos, pero eso causa gracia, porque cuando ellos iban,
ya nosotros habíamos huido y entonces los batíamos a todos.
Oriente constituye la provincia más revolucionaria,
esto no se debe a regionalismo, sino porque antaño, Oriente fue cuna
de héroes y ahora es una de las provincias más revolucionarias y la
que más ha cooperado con la causa.
En Cuba suceden hechos tan odiosos y criminales,
como los de las distintas acciones de la Coronela,* enterada de que
los presos han sido torturados y muertos, martiriza a las madres de
esos infelices dándoles esperanzas de que se encuentran aún con vida
y que pronto le darán la libertad, cobrándoles un alto precio por
ésto.
Con ella no se puede tener piedad de ninguna clase,
ya que engañar a una madre diciéndole que sus hijos viven, cuando en
realidad se encuentran muertos es la ofensa más grande y el acto más
sanguinario que se puede realizar.
Debemos tener fe y sabemos que el Ejército Rebelde,
unido con el pueblo, irá lugar tras lugar conquistando territorios
libres de Cuba, hasta llegar al pleno triunfo del poder.
Recuerden que las Minas de Charco Redondo no quedará
en el olvido, en este lugar no habrá casas con techos de guano y
piso de tierra, habrá casas mejores, campos deportivos, etc., para
que los niños puedan disfrutar de amplias comodidades.
Por eso les digo que volveremos a pasearnos por éste
lugar cuando todo esté libre e independiente.
Este es un pueblo pequeño en habitantes, pero grande
en la conciencia y en la dignidad patria.
Tengan mucha fe en el triunfo de la Revolución, que
pronto seremos libres e independientes.
* Marta Reyes Miranda, tristemente célebre por
traficar con la libertad la vida de los revolucionarios y
campesinos, aprovechando sus relaciones con los jefes militares de
Bayamo, lo que le valió el apodo de Coronela.
DOMINGO 07
[Arturo] Aguilera:
Facilítale el jeep a Lázaro para que me lleve a
donde debo ir. Me siento embarcado. Debieron despertarme.
Fidel Castro Ruz [firma]
Sierra Maestra
Dic. 7, 58
Baire, Sierra Maestra, 12-7-58-
[Al jefe de la Compañía G-4 del Ejército de la tiranía]
Sr. Capitán José Sánchez
Capitán:
Distinguido Militar:
Le acompaño adjunto la orden de evacuación a la
población civil de Baire, que acabo de dirigir a los vecinos de esa
localidad por motivos que en la misma se consignan.
Yo estimo que no tienen los militares derecho a
atrincherarse en medio de las casas de familia, poniendo en riesgo
las vidas de personas inocentes e indefensas. La prueba de que están
ustedes conscientes del peligro de ataque, son las medidas de
defensa que constantemente toman.
Luego, demuestra no albergar sentimientos de
humanidad para con sus propios compatriotas expuestos a caer en
medio del fuego.
No lo culpo a usted, pero es una odiosa costumbre
que junto con otros muchos errores ha implantado un régimen tiránico
y criminal, al que ningún militar de honor debiera a estas horas
estar defendiendo.
No he querido atacarlo por sorpresa con las armas de
que dispongo que incluyen bazookas y mortero 81, por consideración a
las numerosas familias instaladas alrededor de sus defensas, y
también por consideración a usted al que no quiero hacer objeto de
un ataque sorpresivo sin advertirle mis propósitos.
Comprenderá el riesgo que están corriendo esos
vecinos infelices que no tienen la culpa de la tragedia que la
ambición y la maldad de un grupo de asesinos y ladrones sin
escrúpulos ha hecho recaer sobre la patria.
A estas horas usted no puede ignorar toda la
ignominia, la falsedad, el engaño y la corrupción que encierra la
Dictadura, cuya caída es ya inevitable y no justifica la sangre de
los soldados que están cayendo.
Si usted pudo informarse de lo que ocurrió en la
carretera de Bayamo a Guisa, y tiene derecho a saberlo pues su
compañía intervino desde esta dirección al final de los combates de
Guisa, imagino habrá de repugnarle la forma en que se oculta la
verdad a los soldados.
Usted estuvo a las órdenes de uno de los más
pundonorosos y honrados comandantes del Ejército [José Quevedo], que
sé lo aprecia y quiere a usted mucho. Quien fuera su jefe y cayera
prisionero después de diez días de resistencia inútil abandonado a
su suerte y difamado después por jefes desalmados y sin escrúpulos
que están llevando a la ruina a los institutos armados, es hoy
abanderado espontáneo y legítimo de esta justa causa, que se honra
en contar con sus servicios, aunque no bélicos, porque no desea
luchar contra sus amigos que están en el error, pero sí morales.
¡Cuántas vidas de amigos de usted y de él se habrían
ahorrado si esa verdad la hubiese conocido antes! Usted, sin
embargo, tiene ya suficientes elementos de juicio para conocerla.
Las cosas ocurridas se la demuestran de manera inequívoca. Por lo
tanto es muy grande su responsabilidad en estas circunstancias.
El Comandante Quevedo ignora que me dispongo a
actuar sobre Baire y otros pueblos. Me es imposible hacer contacto
con él para comunicárselo, ya que está en estos momentos algo lejos
hacia el este y la espera podría ser perjudicial porque como usted
podrá comprender perfectamente, los movimientos de tropas tardan
poco en ser conocidos y la Dictadura dispondría de tiempo para
movilizar sus refuerzos, siendo por ello norma nuestra actuar con la
mayor rapidez.
Sin embargo, sé que él considerará que he sido
caballeroso con usted al no efectuar acción alguna contra sus
fuerzas sin aviso previo.
Lo que sí ignoro es cómo acogerá usted estas líneas.
Ojalá lo ilumine su inteligencia, y su dignidad de hombre de bien le
haga tomar una decisión valiente y patriótica, pensando sobre todo
en lo triste que es sacrificar la vida de sus soldados sin honra ni
gloria, porque el pueblo no le reconocerá ni hoy ni mañana ningún
mérito y la tiranía ni siquiera se lo agradecerá. Ahorrará también
la vida de los soldados que caerán cuando los envíen en socorro
suyo, no porque les preocupen usted y sus hombres, sino para evitar
que esas armas caigan en nuestro poder. Los hombres que mueran, a
ellos no les importa, siempre que les quede el recurso de reclutar a
cuanto delincuente y vicioso pulule por la República para ingresarlo
en el Ejército por treinta pesos, que son como las treinta monedas
que le pagaron a Judas.
Pero además de sus soldados, deben pesar el ánimo de
esos vecinos, sus casas y sus modestos bienes que quedarán expuestos
a una batalla que sería estúpida, cuando hay una posibilidad de que
usted y nosotros nos abracemos en la misma causa que es la justa,
que es como usted sabe muy bien, la de todo el pueblo de Cuba, que
es al que deben lealtad los verdaderos soldados, los que no son
mercenarios dispuestos a disparar contra su propia patria, sino
hombres de verdadero honor.
Yo lo quiero conocer a usted, no como prisionero o
vencido, que lo será ahora o en otra ocasión, en Baire o en otro
pueblo, porque el destino de la tiranía es la derrota, en cuyo caso
no será usted para nosotros tan digno de aprecio, porque a estas
horas ningún militar cubano tiene excusa para desconocer la verdad,
que ven incluso claramente los niños de cuatro y cinco años.
Le deseo abrazar a usted como compañero de lucha,
como soldado valeroso que se une a una causa justa, como hombre
humano que no sacrifica inútilmente y sin razón las vidas de sus
hombres y la de los moradores de una población pacífica, que no
tiene ninguna culpa de esta guerra.
Bien estaría que lo hiciera en defensa de la patria
o por un motivo justo, pero repugnan los sacrificios de vidas que se
hacen defendiendo una causa deshonrosa y criminal.
Hay que ser valiente para comprender con el
prejuicio y abrazar lo que es justo [sic].
Le hablan los jefes de un honor que no tienen, de un
compañerismo que no practican, de un deber que no cumplen, y han
convertido las más hermosas frases y conceptos de la profesión de
las armas en odiosos resortes que encadenan a muchos hombres a la
muerte oscura o a una postración estúpida, mientras los que invocan
esos conceptos a los hombres que están muriendo, acumulan millones
tras millones sin escrúpulo alguno y viven alejados de los horrores
de la guerra.
Hay que ser insensato para no rebelarse. ¿Por qué
sacrificarse ni sacrificar a nadie a tanta desvergüenza? ¿Qué
beneficios recibirán por ello los soldados y oficiales que arriesgan
sus vidas, las que deben dedicar a algo más noble?
Sé que algunos de sus soldados no entenderán esto.
Pero impóngase. Para eso es jefe. Lo que usted haga es lo que ellos
harán, después se lo agradecerán eternamente.
Yo, como me preocupo hondamente por estos hombres
que están sacrificándose a mi lado por un ideal, y sé lo que valen
las vidas de cada uno de ellos, le agradeceré también cada gota de
sangre que me ahorre, de un combate que si se libra va a ser
sangriento. Cuba se lo agradecerá y se lo premiará. Solo por tan
noble propósito me molesto en escribir tantas hojas y molesto la
atención de usted.
Le hablo con toda honradez y espero que comprenda la
nobleza y caballerosidad que encierran estas líneas y el porvenir
grande y honroso que a usted y sus hombres les ofrezco antes de
disparar un solo tiro.
Fraternalmente,
Fidel Castro R.
P. D. Su respuesta espero recibirla antes de las 11
de la noche del día de hoy, bien rechazando de plano la invitación
que le hago, bien expresándome si desea más tiempo para
considerarla, bien aceptándola.
LUNES 08
S. Maestra / Dic. 8, 58
[Juan] Machado:
Dale a Benjamín [Pardo] un par de botas y dos pares
de minas si tienes. Saludos.
Fidel Castro [firma]
S. Maestra
Dic. 8, 58
Compañera Alicia [Pacheco]:
Le envío un mensaje para el Capitán Sánchez que
usted debe hacer llegar hoy mismo con carácter urgente por mediación
de un amigo de éste o por cualquier persona que se lo pueda llevar.
También le envío varias copias de un mensaje
dirigido al pueblo de Baire que usted debe hacer circular
urgentemente.
Sobre la comunicación al Capitán Sánchez, usted debe
gestionar la entrega de la misma con la mayor discreción.
Atentamente,
Fidel Castro Ruz [firma]
Al igual que en Guisa, en Baire alerté a la
población civil para que evacuara el pueblo y denuncié la cobardía
del enemigo al atrincherarse en medio de casas de familia.
Zona de Operaciones de la Columna 1
Dic. 8 de 1958
A Todos los vecinos de Baire.
Compatriotas:
Las fuerzas de la tiranía en Baire van a ser
atacadas por nuestras tropas.
El enemigo, como ha hecho en todos los pueblos, se
ha instalado y atrincherado cobardemente en medio de las casas de
familias, exponiéndolas a todos los peligros.
Siendo una necesidad de la revolución combatir las
fuerzas de la tiranía donde quiera que se encuentren y desalojarlos
de sus posiciones, no podemos evitar el ataque pues de lo contrario
permanecerán indefinidamente en el interior de las poblaciones. Pero
deseando preservar del peligro de los combates a la población civil
advertimos a la misma y solicitamos [de a] todos
los vecinos que evacuen el pueblo.
Las instalaciones enemigas van a ser atacadas con
armas pesadas y resulta imposible evitar que algunos disparos caigan
por los alrededores de las mismas haciendo blanco sobre las casas
colindantes. La responsabilidad de los daños que se ocasionen caerá
enteramente sobre los que han convertido en centro militar una
localidad indefensa sin consideración alguna para sus moradores.
Ellos tienen trincheras y parapetos para defenderse pero nada de eso
tienen los vecinos. Por tanto evacuar al pueblo es un deber de cada
padre de familia. Si las fuerzas de la tiranía tratan de impedirlo
hay que demandar con toda energía el derecho a salir del pueblo.
Nosotros sacrificamos el factor sorpresa con tal de
preservar las vidas de los civiles, aunque cueste más caro a
nuestros soldados la toma del pueblo.
Cada cual debe llevar consigo lo más indispensable
para su subsistencia durante varios días.
Cumplido este deber del Ejército Rebelde para con
los vecinos de ese pueblo esperamos cooperen con nosotros en el
esfuerzo por evitar que mueran personas inocentes, evacuando al
pueblo de BAIRE antes de las 12 de la noche del día de hoy.
Fidel Castro Ruz [firma]
Comandante Jefe
Rogamos se saquen copias de esta proclama [y] se
distribuyan urgentemente entre los vecinos.
MARTES 09
Sierra Maestra,
Diciembre 9/58
Tte. Puerta [Orlando Rodríguez Puertas]:
Tú puedes cambiar de posición cada vez que lo
estimes necesario para la seguridad de tus hombres y garantizar el
factor sorpresa contra el enemigo. Lo importante es que puedas
interceptar al enemigo en ese tramo, venga de una dirección o de
otra. Haces bien en estar siempre alerta.
Cuando los combates de Guisa, a la tropa de Lázaro
[Soltura] prácticamente la sorprendieron. Los combatientes tienen
que estar siempre alertas.
Hoy me confirmaron la llegada de un avión con armas.
Espero que lleguen de un momento a otro aquí y podré aumentar tu
compañía, así como espero que te ganarás pronto el ascenso a
Capitán.
Saludos a todos y mucha suerte.
Fidel Castro Ruz [firma]
MIÉRCOLES 10
Acuse de recibo a una nota de Mercedes de Varona,
Tula, miembro de la dirección del Movimiento 26 de Julio en
Bayamo]
S. Maestra
Dic. 10, 58
11 y 35 p.m.
Tula:
El portador te explicará hora y circunstancias en
que recibo tu nota, la que respondo de inmediato con el ruego de que
me perdones la forma en que lo hago, debido al agotamiento físico y
a la dichosa avioneta que no me deja escribir.
Abrazos,
Fidel Castro
Baire,
Dic. 10, 58
2 p.m.
Reynaldo [Reinaldo Mora, capitán del Ejército
Rebelde]:
Los guardias abandonaron Baire. En la carretera
hacia Jiguaní cayeron en una emboscada, pero era de noche y
escaparon casi todos. Pienso, sin embargo, que de Jiguaní no puedan
pasar a Bayamo, porque les hemos tomado todos los caminos.
Tú debes permanecer en tu posición sin moverte,
esperando al enemigo, venga de donde venga. Esta misma noche pienso
situar una tropa entre Maffo y Contramaestre para acorralar a los de
Maffo. También está tomada la carretera entre Contramaestre y Palma
Soriano. Todo va saliendo bien.
Abrazos,
Fidel Castro [firma]
Avísale a Fonseca [Rubén Fonseca Guevara] para que
cuide los demás caminos por donde puedan tratar de escapar los
guardias de Maffo.
Radio Rebelde
¡Última hora! Baire en poder de los rebeldes. Cayó
ayer a las 8 y 30 de la noche.
Hemos recibido de la Comandancia General el
siguiente parte:
Tropas rebeldes de la columna Uno, tomaron ayer el
pueblo de Baire a las 8 y 30 de la noche. El enemigo se bate en
retirada.
Una importante acción militar se está desarrollando
a lo largo de la carretera central, en una extensión de 35
kilómetros.
Numerosas guarniciones enemigas han quedado cercadas
sin otra alternativa que la rendición o el aniquilamiento.
Por razones de orden militar nos abstenemos de
ofrecer más detalles sobre el estado actual de las operaciones.
Prosigue el avance victorioso e incontenible de
nuestras fuerzas.
Fidel Castro
Comandante Jefe
JUEVES 11
Sierra Maestra,
A las fuerzas Rebeldes:
Por orden de la Comandancia General se dispone el
traslado del soldado Guerrero, que pertenece al ejército enemigo y
se encuentra herido en Jiguaní. Solicitando a esta Comandancia, los
familiares de dicho soldado, que se le permita traerlo al territorio
Rebelde, al pueblo de Baire.
Fidel Castro [firma]
Comandante Jefe
VIERNES 12
S. Maestra,
Dic. 12, 58
[Arturo] Aguilera:
Facilítale a Paco dos camiones para trasladar tropas
que vienen en camino.
Fidel Castro [firma]
Mándame un poco de gasolina para moverme.
Recuerdo que el 8 de diciembre aterrizó en
Cienaguilla,al oeste del firme de la Maestra, un avión procedente de
tierra venezolana con un alijo de armas que enviaba a nuestro
Ejército Rebelde la Junta Patriótico Militar que había derrocado el
23 de enero de ese año al dictador Marcos Pérez Jiménez en
Venezuela.
En esa ocasión recibí un fusil FAL. Ya estaba
persuadido de la importancia, para las batallas finales de la
guerra, de emplear armas automáticas por su elevado volumen de
fuego.
Para expresar el agradecimiento infinito de Cuba a
Wolfang Larrazábal, protagonista del gesto solidario, le escribí una
carta.
Sierra Maestra Dic. 12, 58
[Contra Almirante Contralmirante]
Wolfand [Wolfang] Larrazábal
Admirado amigo:
¿Qué puedo decirle después de su noble y espontáneo
gesto?
Hay que llevar dos años luchando contra todos los
obstáculos, las armas confiscadas antes de llegar a Cuba, los frutos
de los sacrificios económicos de tantos compatriotas perdidos la
mayor parte por la persecución de los gobiernos, para comprender con
cuánta emoción y gratitud recibimos la ayuda que usted nos envía en
nombre de Venezuela.
Hemos visto convertido en realidad lo que durante
mucho tiempo fué como un sueño. Temo que usted no llegue a
imaginarse cuánto se lo agradecemos.
A la satisfacción que ha de producirle el beneficio
que de mano suya recibe este pueblo que tanto quiere al suyo y lo
admira a usted, puede añadir la seguridad de que muchos cubanos
buenos, combatientes de una causa justa, dispuestos a hacer por
Venezuela lo que hacen por Cuba, le deberán la vida, porque lo que
se recibe en armas se ahorra en sangre, y esto, yo que he visto caer
a tantos compañeros entrañables, siempre los mejores, se lo
agradeceré eternamente. Desde hoy le digo que cualquiera que sea la
posición que usted ocupe en su país, la más alta o la más modesta,
para nosotros será siempre el primero de los venezolanos.
Fraternalmente
Fidel Castro Ruz [firma]
[Al jefe del Batallón 10 y de la Compañía 102 del Ejército de la
tiranía]
Comandante [Leopoldo] Hdez. de Río:
En la casa del Dr. Eduardo [Zorribe
Sorribes, a 300 m BANFAIC], en compañía del Comandante Quevedo lo
espero a usted o a uno de sus oficiales para conferenciar. Por su
jerarquía y por el buen concepto que tengo de usted quiero atenderlo
personalmente. No le propongo una condición. Aún cuando militarmente
todas las ventajas nos favorecen, en reconocimiento a su valor y al
de sus hombres, le concedo a usted y a ellos la alternativa de
abrazar nuestra causa, que es la justa y la que por tanto todo
militar honorable debe defender. Triste es que usted malgaste su
valor y el de sus hombres y haga pagar en un precio alto de vidas
esa posición, para defender a los que los han abandonado, mientras
los instigan a combatir hasta la última bala, sabiendo que no pueden
socorrerlos. Jiguaní está cercado, Baire en nuestro poder, la tropa
de Aguacate cercada, Palma Soriano cercado, Santiago de Cuba
cercado. Las fuerzas del Puesto de Mando, junto al puente destruido
de Cautillo no intentan siquiera moverse. La retirada de Baire y el
intento de retirarse de Aguacate, demuestran el propósito de
abandonarlo a usted a su suerte.
Lo han dejado solo, en la posición más débil donde
nosotros podemos concentrar todo el peso del ataque. No les tocará
otra alternativa que rendirse por mucho que resistieran, entonces,
no podrán esperar sus hombres las mismas consideraciones de un
adversario al que le obliguen a sacrificar a muchos de sus hombres.
Estoy seguro de que usted y yo seremos amigos, como lo son todos los
militares honorables que he tratado. Ningún hombre en tales
circunstancias le [brindaré brindará] a usted la
oportunidad que yo le brindo generosamente. Si usted es hombre de
conciencia comprenderá perfectamente que no vamos... [incompleto]
DOMINGO 14
Carretera Central
12/14/58
Cmte. Hernández Ríos:
Mi proposición a usted obedecía a móviles humanos,
en bien de sus hombres y de los míos, puesto que no se justifica por
parte de ustedes, resistir una posición que está perdida. Nosotros
no somos extranjeros; somos cubanos, no mancha su frente deponer sus
armas ante compatriotas que han demostrado sobradamente la justicia
de la causa que defienden frente al régimen criminal y odioso, por
el cual usted está haciendo derramar la sangre de sus hombres.
El pueblo, que es al único a quien deben lealtad los
militares honorables, está todo con nosotros. Si ustedes como
militares del Ejército de la República fueran leales al pueblo, lo
estarían defendiendo. Es criminal que usted sacrifique a esos
hombres para defender a una camarilla repleta de millares robados,
que comercia con la sangre de sus soldados que usted como jefe y
hombre de más cultura y visión está en el deber de librar de la
derrota inevitable si persiste, y tal vez de la muerte en combate.
Lamento que no haya usted escuchado mis sinceras y
honradas razones.
¿No comprende que si nosotros permitimos salir a esa
tropa le estaríamos prestando un servicio a la tiranía, que usted
pide un imposible?
Con verdadera pena me veo en el deber de comunicarle
que a partir de las 12.30 de esta noche queda rota la tregua.
Fidel Castro R. |