Cuba:   CATEGORÍA 5  En la lucha contra los huracanes 

Subir montañas con escaleras

Texto y foto: ORTELIO GONZÁLEZ MARTÍNEZ

TOPES DE COLLANTES.— La ascensión a Topes de Collantes siempre es motivo de preocupación para el hombre de los llanos. "¡Topes!", repiten una y otra vez quienes intentan doblegar a la montaña.

Pablo Saavedra, en primer plano, escalera al hombro.

Y hasta allá fuimos en busca de una persona que, esta vez, con vocación de alpinista, anda más cerca de las nubes que del mar: Pablo Saavedra Cabrera, liniero A de la Organización Básica Eléctrica (OBE) de Ciego de Ávila.

Es uno de los linieros que prestan ayuda solidaria en la provincia de Sancti Spíritus. Aquí estamos con nuestros mejores hombres, me dijo Pablo Manuel Samper Borroto, director de la OBE, quien llegó a la zona atacada por Dennis casi con los últimos vientos.

El motor de la Mitsubishi ruge y la temperatura se eleva. Entre curvas cerradas, bajadas abruptas y picos que sorprenden, contemplamos el ensañamiento del huracán: postes a los pies de las personas, árboles quejosos como si descansaran sobre la ladera, saltos de agua más alegres que de costumbre y... ¡al fin!, el hombre buscado.

Después de un "¡cómo anda mi gente!," a manera de recibimiento, Pablo habla fuerte y sin cansancio, aun cuando lleva varios días "con el acelerador al tope —como él mismo dice—. Aquí arriba los vientos dañaron muchísimo los tendidos eléctricos y, también, los telefónicos. Gran cantidad de árboles cayeron sobre los tendidos, y ya usted sabe, precisa." La conversación con Pablo y Orlando Alarcón Díaz, quien es su compañero, transcurre en medio de detalles técnicos y de anécdotas. Mientras continuamos, a pie, loma arriba.

"Con el carro podemos llegar solo a algunas partes. Como ves, después tenemos que echarnos la escalera y los utensilios de labor al hombro y buscar las posibles averías.

"Desde que llegamos nos acompaña Onel Rodríguez Medina, un liniero nativo de Topes, quien, por cierto, aprendió el oficio en nuestra provincia. Su ayuda es valiosa porque conoce bien el lugar. Acá arriba hay 37 bancos de transformadores y todos deben ser revisados.

"En lo que respecta a nosotros, que estamos en la zona del pueblo, ahorita terminaremos, y en cuanto llegue la corriente eléctrica saldaremos la deuda con quienes viven aquí."

Lo dice un hombre de dura estirpe, Vanguardia Nacional, con 19 años de experiencia en su oficio, internacionalista en Granada cuando el huracán Iván azotó a esa isla.

Sin embargo, lo que más le preocupa —y lo dice con sencillez— "es que acá arriba llueve cada cinco minutos y eso afecta. Mira, esa nube va a caer aquí".

Como si fueran palabras proféticas, no se equivoca. A la hora prevista por él, la nube obligó a hacer un alto en el trabajo. "Te lo dije, pero esa es pasajera. Ahorita seguimos. No te olvides que a estas montañas subimos con escaleras y no es por gusto".

   

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