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18 de julio de 2005
Solidaridad de alto
voltaje
ARMANDO SÁEZ CHÁVEZ
ABRÉUS, Cienfuegos.—Esta
no es la primera vez que Raúl Ponce tiene que renunciar a las
comodidades de su hogar, allá en Altahabana, para trabajar en
condiciones de campaña en otras provincias del país. En sus 28 años
de vida de liniero de la Organización Básica Eléctrica (OBE) en la
capital del país, ha tenido que prestar su ayuda solidaria para
restablecer circuitos que han sido dañados tras el paso de potentes
huracanes por Pinar del Río, Matanzas y La Habana.
Aquí se laborará desde el amanecer hasta el anochecer, según la decisión de todos.
Ahora le tocó el turno al
territorio cienfueguero, y en especial a la localidad de Horquita, en
el municipio de Cienfuegos, uno de los lugares más golpeados por
Dennis. La brigada de Raúl y otras dos comenzaron desde ayer la
sustitución de postes partidos o derribados y la restauración de la
línea de 13 000 voltios encargada de la distribución de energía al
pueblo, para luego dedicarse a restablecer la llamada de
subtransmisión, de 33 000 voltios, que enlaza la subestación
eléctrica de Yaguaramas con la de Horquita.
Por supuesto que la
envergadura de la tarea es grande de acuerdo con el destrozo que
provocaron los vientos en los tendidos. "Sin embargo, pensamos que
laborando como lo haremos, desde el amanecer hasta el anochecer, en
unos quince días tendrán electricidad este asentamiento y otras
comunidades cercanas, incluidos los sistemas de bombeo de la Empresa
de Cultivos Varios", explicó Juan Soria, responsable de una de las
brigadas, quien esta vez se hizo acompañar por el esposo de su hija:
Víctor Chacón, un joven que recibe aquí, en condiciones adversas,
el bautizo de fuego como liniero.
La llegada de los "eléctricos"
capitalinos fue un verdadero acontecimiento en el lugar. Por una parte
traían la esperanza para los pobladores de disponer de nuevo de los
beneficios de la electricidad, y por la otra, apenas unas horas de
estancia y ya los visitantes se sentían como en familia entre los
lugareños. Luego, no era de extrañar el jarro de café que la
horquiteña Luisa Guerra le obsequió al grupo más cercano, porque al
decir de ella, era lo menos que podía hacer por quienes habían
venido desde tan lejos a restañar esas heridas dejadas por el ciclón
y a convertir la oscuridad en luz.
Otras tres brigadas de
linieros del mismo contingente de Ciudad de La Habana se encuentran
trabajando en la zona industrial de Cienfuegos. Aquí las prioridades,
por el momento, están en reparar las líneas dañadas que suministran
energía al frigorífico, la Empresa de Cereales (harina de trigo) y
otros importantes objetivos económicos aledaños a la Bahía, según
la información ofrecida por Ponce.
Un nuevo grupo de linieros
recién llegado se dedica a reparar los bajantes, desde las acometidas
de los postes hasta el cliente, incluidos otros trabajos menores. Con
esta fuerza ya suman 81 las brigadas y se espera llegar a 120 en los
próximos días. Tanto estas como las que están aquí, vienen dotadas
del equipamiento técnico necesario, entiéndanse carros cesto,
barrenadoras y carros grúa, entre otros.
Según las autoridades del
Partido y del Gobierno en Abréus, a estos trabajadores se les crearon
las condiciones indispensables para que se sientan bien atendidos.
Mientras tanto, en el
municipio de Aguada de Pasajeros, otro de los territorios severamente
azotado por Dennis, brigadas de linieros de Las Tunas son
protagonistas de un esfuerzo similar. Por supuesto, y los del patio,
quienes antes, durante e inmediatamente después del paso del huracán
han estado, como decimos los cubanos, al pie del cañón en todos los
frentes perjudicados.
De responder a la pregunta
de este reportero sobre el tiempo que van a permanecer en esta
provincia, se encarga Ernesto Díaz, el responsable del grupo que vino
desde el municipio de Plaza de la Revolución:
"En
estos casos sabemos cuándo salimos de nuestras casas, pero no cuándo
volveremos a ellas. De eso está consciente la familia de los
eléctricos."
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