Cuba:   CATEGORÍA 5  En la lucha contra los huracanes 

13 de julio de 2005

Puesto de mando en la Mesa Redonda

JOAQUÍN RIVERY TUR

Ha sido inusual, pero no sorprendente para los que han seguido la amplia utilización que hace el Comandante en Jefe de los recursos y potencialidades de la pequeña pantalla para penetrar en los hogares y llevar conocimientos, información y análisis a cada casa.

Desde que comenzaron los preparativos para enfrentar el huracán Dennis, Fidel prácticamente formó un puesto de mando sui generis en el estudio de la Mesa Redonda, donde acudió a diario y dio a la población la oportunidad de seguir paso a paso lo que sucedía en cada uno de los territorios "tocados" por los vientos destructivos del ciclón.

Todos los días, teníamos las explicaciones de Rubiera sobre la posición de Dennis, las posibilidades del rumbo hasta ciertos márgenes impredecible de un evento meteorológico cambiante y traicionero, cuyas variaciones obligaban, por supuesto, a cambios de planes de contingencia de los cubanos.

Ahí estuvo Fidel, siempre estimulando, dando informaciones, orientando, preguntando, a veces haciendo oportunas digresiones históricas sobre otro tema cercano o provocado por las declaraciones de los que hablaban. En la Mesa o por teléfono, concurrieron al desacostumbrado Puesto de Mando los primeros secretarios del Partido en provincias, municipios y hasta periodistas, reportando los daños, la situación o los recursos que casi instantáneamente les estaban llegando para hacer frente a los perjuicios, enlazados con el estudio por Randy Alonso, el moderador, cuando la oportunidad se presentaba.

Primero el tema fue el de las medidas que se tomaban y la trayectoria del meteoro, luego su paso, lo que iba dejando atrás y, finalmente, las medidas de recuperación puestas en práctica inmediatamente. Por los informes de los jefes de los Consejos de Defensa las dificultades tremendas pudieron ser imaginadas, igual que la determinación de reconstruir sin perder un segundo.

Hubo que aprender situaciones nuevas, como enfrentar lluvias de diluvio horas después del paso de Dennis y de la aparición momentánea del buen tiempo, en la zona de Barbudo, Güines, donde los habitantes no recuerdan inundación como la que los sorprendió.

Cuando el Comandante en Jefe informó que los daños ascendían a unos 1 400 millones de dólares en forma de valor, la televisión, los dirigentes y los periódicos dejaban ver parcialmente las imágenes concretas de casas, puentes, tendidos eléctricos, torres de transmisión y medio ambiente destruidos, pero no había ni gota de pesimismo en la voz del líder de la Revolución al rememorar episodios de la guerra contra la tiranía de Batista, ni en su rechazo —el de Cuba— a aceptar cualquier ayuda humanitaria de Estados Unidos ni la Unión Europea.

No nos hace falta. Lo recuperaremos todo y seguiremos adelante, porque el mismo Fidel dijo que la Revolución salió más sólida y fuerte del combate con la naturaleza. Ahora trabajemos duro, y una vez más venceremos. Ese es el mensaje que nos transmite el Jefe de la Revolución.

   

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