La avicultura resistió

RONAL SUÁREZ

Cuando Iván, con su enorme poder destructivo, paseaba su ojo muy cerca del Cabo de San Antonio, pensé en los daños que lógicamente ocasionaría en la parte más occidental de la provincia. Vino a mi mente la granja avícola Benito Juárez, destrozada hace dos años por el huracán Isidore.

Foto: SANTIAGO CALEROA pesar de que es necesario el sacrificio de ponedoras afectadas por el viento y el agua, mantienen el compromiso de que la provincia aporte 162 millones de huevos este año. 

No se trata de una unidad de ponedoras cualquiera. Con 132 000 gallinas y un alto nivel de eficiencia que la distingue entre las mejores del país, tiene la responsabilidad de suministrar el huevo que se distribuye en Guane, Sandino, Mantua y San Juan y Martínez, además de contribuir a las necesidades nacionales.

Por ello fue grata la sorpresa al constatar que todas las naves se encontraban en pie, aunque algunas mostraban daños severos que obligaron al colectivo de trabajadores a reubicar una parte de las aves.

Froilán Serrano, su administrador, respiraba aliviado después de una larga noche en que, asegura, se sintieron vientos mucho más fuertes que los registrados durante el azote de fenómenos atmosféricos anteriores.

El aseguramiento de los techos de las naves fue decisivo.

Como explicación a que no hubiera que lamentar mayores perjuicios, me muestra una de las 12 naves reconstruidas después de que la furia de la naturaleza las hiciera añicos en el año 2002. Su techos, asegurados con largas varas, son la mejor muestra de las precauciones tomadas.

Aunque unas 2 000 ponedoras tendrían que ser sacrificadas debido al castigo que recibieron del agua y el viento, Serrano afirma que están en condiciones de cumplir el plan de producción de 32 millones de unidades, pues tenían 1,5 millones sobre lo previsto hasta la fecha cuando se presentaron los actuales contratiempos.

Según Víctor Fidel Hernández, director de la Empresa Provincial Avícola, la rama salió en mejores condiciones de las que se esperaban de los efectos de Iván. De 486 naves dedicadas a los distintos propósitos, solo hubo pérdidas consideradas ligeras en la Benito Juárez.

"Mantenemos nuestro compromiso de 162 millones de huevos y un rendimiento de 286 unidades por ponedora. Ahora más que antes tenemos que ser eficientes", expresó.

Informó que la rama se preparó bien, con pienso suficiente para alimentar a las aves durante nueve días. "En menos de dos semanas estaremos en condiciones de reparar lo dañado, y la producción no se detiene. Hoy estamos extrayendo huevos de todas las granjas de ponedoras y la distribución continúa normalmente".

16-9-2004