Iván en Pinar del Río
Pudo más la previsión
RONALD
SUÁREZ RIVAS
FOTOS: AHMED VELÁZQUEZ y SANTIAGO CALERO
Una
vista impresionante, que delataba la furia implacable de los vientos y el mar,
mostraba ayer en la tarde La Bajada, municipio de Sandino, cuando los primeros
habitantes llegaban desde los refugios donde habían sido evacuados, para
comprobar los daños que dejó a su paso el huracán que azotara la región
hasta unas horas antes.
Los vientos de Iván fueron
particularmente severos con el poblado, donde casi todas las viviendas
presentaban daños de consideración y el pavimento de la carretera yacía
destrozado y disperso, cubierto de arena y corales.
"Este
ha sido el ciclón más fuerte que he visto en mi vida", aseguraba
Reinaldo Montero, quizás la persona que más cerca estuvo del vórtice de Iván,
pues aunque evacuó a sus familiares, permaneció custodiando la finca
dedicada a la cría porcina, a unos 64 kilómetros del Cabo de San Antonio. Y
Lorenzo Moreno, quien ha vivido 74 años en Guanahacabibes le daba la razón.
"Como este huracán, en la edad que tengo, no había visto otro. El monte
está destrozado".
Salvo en los poblados costeros, en
el resto de la provincia las pérdidas parecían mucho menores que lo previsto
y no obstante lo deteriorado del clima, en la mayoría de los lugares se
comenzaba a retirar las protecciones de las viviendas e inmuebles, como
preludio de la fase recuperativa.
Los
daños a la infraestructura tabacalera eran, a simple vista, inferiores a los
ocurridos en el 2002 tras el paso de los huracanes Isidore y Lili. Desde la
carretera que une a Pinar del Río con Sandino, apenas se veía una casa de
curación completamente destruida, aunque varias mostraban heridas en sus
techos.
"Esta es una buena
noticia", comentaba el ministro de la Agricultura, Alfredo Jordán,
mientras visitaba la granja Benito Juárez, de Guane, que abastece de huevos a
los cuatro municipios más occidentales y tributa además para la capital
provincial y Ciudad de La Habana. Allí también el panorama era alentador y
aunque no se había establecido el monto de las pérdidas, se sabía que las
afectaciones están muy por debajo de las del 2002.
En
todos los municipios que estuvieron bajo los efectos de Iván se trabajaba en
la cuantificación de los daños. Se coincidía en que la cantidad de
viviendas dañadas será considerablemente inferior a la cantidad reportada
hace dos años.
Reinaldo Mora, primer secretario
del Partido en el municipio de Sandino, dijo que se sintieron allí vientos
muy fuertes y prolongados desde mediados de la tarde del lunes hasta casi el
amanecer del martes.
Elogió
la disciplina de la población y la previsión con que se actuó en cada
Consejo Popular para evacuar a los pobladores y poner a buen recaudo sus
bienes, así como el mobiliario y los medios audiovisuales de las escuelas y
el equipamiento de todos los centros económicos y de servicios que no
contaban con edificaciones seguras.
Particularizó en la labor de los
medios de información y en la importancia de que se cumplieran con mucho
rigor las indicaciones establecidas para cada fase previa al huracán. Todo
ello contribuyó a que no hubiera que lamentar ninguna pérdida humana y a
minimizar las materiales, aseveró.
Sí
son de consideración las pérdidas en la agricultura: campos de cultivo
inundados, platanales destrozados, las plantaciones de cítricos con las
frutas en el piso. Todo eso ofrecía ayer una imagen desoladora, al igual que
la rica vegetación de la región más occidental.
Aunque las afectaciones al paso de
Iván han sido mínimas, gracias a que el meteoro cambió su curso inicial y
no tocó tierra cubana con su vórtice, los recientes daños se suman a las 20
000 viviendas —de más de 75 000 que derribaron los huracanes del 2002—,
cuya solución aún no ha sido posible.
15-9-2004