Treinta horas de azote en la Isla Texto y foto: Diego Rodríguez Molina
También lluvias intensas provocaron inundaciones en calles y barrios de esta capital, por lo que hasta anoche se elevaba a 24 533 el número de evacuados de zonas bajas. Olas tan altas como un edificio de dos plantas arremetían contra el litoral Sur, cuyos habitantes permanecían evacuados, al igual que los trabajadores de los cayos, incluyendo Cayo Largo del Sur, mientras el mar penetraba hasta las partes más bajas de la costa. Sin haber concluido el azote, se advertía entre los principales daños, árboles arrancados de raíz, algunos de ellos obstruyendo el tránsito en las vías, plantaciones citrícolas con frutas caídas en plena etapa de maduración, platanales afectados e instalaciones agrícolas, y cables desprendidos de las redes. También se observaban cubiertas ligeras levantadas parcialmente en viviendas y establecimientos, obstrucción de caminos, sobre todo en la parte Sur, así como ramas y fragmentos de tejas esparcidos en un entorno saturado por las precipitaciones, que llegaron a acumular, hasta la medianoche, 156 milímetros en La Fe, y seguía lloviendo torrencialmente en medio de una noche en que aún las condiciones del tiempo no permitirían el restablecimiento del servicio eléctrico, ni de la transportación aérea, terrestre ni marítima. De acuerdo con impresiones preliminares, las afectaciones materiales se reducirían a las inevitables ante el azote de estos fenómenos atmosféricos, ello como resultado de las acciones preventivas adoptadas, como el reforzamiento de la protección de casas e instalaciones en general, el mayor número de evacuados, el aligeramiento del peso de las torres de comunicaciones, sin interrumpir los servicios, desmontaje de vallas, anuncios lumínicos y señales del tránsito, incremento de la información, así como la concentración de los recursos necesarios para acometer en el más breve plazo la recuperación. Los pineros, haciendo gala de más resistencia y organización que el peligroso Iván, se prepararon desde días antes para las peores circunstancias, y dieron también extraordinarias muestras de solidaridad, con disciplina y cohesión, en cumplimiento de las orientaciones de la Defensa Civil. Apenas las condiciones del tiempo lo permitan se emprenderá la recuperación. 14-9-2004 |