Uso útil para cada árbol caído Walkiria Figueroa Enríquez Los trabajadores forestales en la provincia de La Habana apodan al huracán Charley "El desmochador"debido a los fuertes daños que ocasionó en los árboles. Sobre estas afectaciones, Rubén Hernández Alfonso, director de la Empresa Forestal Integral de Mayabeque, explicó a Granma que en el territorio fueron dañadas más de 900 hectáreas de bosques artificiales (creados por el hombre) y 2 765 de bosques naturales, fundamentalmente en el Sur de la provincia.
Además, el perjuicio alcanza a más de 7 108 metros cúbicos de madera en bolo (madera para aserrar) y 180 047 de leña (para combustible o carbón vegetal) que no podrán ser rescatadas por estar situadas en zonas inaccesibles para camiones, alzadoras y otros equipos utilizados en la recuperación. La Empresa, señala su director, actualmente labora en la recogida de aquellos árboles que obstruyen algunas vías o se encuentran derribados en patios de escuelas, círculos infantiles, hospitales y viviendas, entre otros. También en la recuperación de forma paulatina de más de 115 000 metros cúbicos de madera en bolos o leña. Hernández Alfonso apuntó que en esos trabajos participan 91 hombres, que además se ocupan de la reconstrucción de las instalaciones de la Empresa que resultaron dañadas, a la vez que prestan su colaboración en el tabaco y en unidades avícolas. Abel Mirabal, subdirector comercial de la entidad, agregó que los locales más afectados son las 6 viviendas del vivero La Paz, en Güira de Melena, los techos y la cerca perimetral del aserrío de Caimito y una carpintería que se derrumbó en San Antonio de los Baños. El especialista aseguró que la Empresa está en condiciones de reponer cada árbol caído y sus trabajadores enfrentan la recuperación con la convicción de convertir el revés en victoria. En el destruido bosque de Cayo de la Rosa una brigada de obreros forestales rescata árboles de madera preciosa como la caoba y la majagua, y semidura como el eucalipto, que la furia del viento arrancó de raíz. Calculan que al finalizar la tarea hayan extraído no menos de 60 metros cúbicos.
Los vecinos aseguran que a finales de la década del sesenta comenzó la siembra de esos árboles. Luisa Caridad Rodríguez, oriunda del lugar, no recuerda las posturas que plantó, pero sí el cuidado y el mantenimiento que todos en la comunidad le dispensaban al bosque. Rosa Alfonso dice que es muy triste verlo así y aun cuando todas las casas perjudicadas queden listas, Cayo la Rosa no volverá a ser igual. Girardo González está convencido de que fue el bosque, hoy en el piso, el que impidió que su vivienda fuera derribada: "Siempre le estaré agradecido". Todos quieren verlo nuevamente plantado y están dispuestos a restituirlo. Ese también es el ánimo de los trabajadores forestales que luego de eliminar los daños comenzarán a sembrar en cada parque, calle o poblado por donde Charley causó estragos.
25-8-2004 |