Un huésped nunca invitado SILVIA BARTHELEMY Alquízar es zona de tierra "colorá", como dicen sus habitantes. De gente de campo, revolucionaria, sencilla, humilde, servicial, y que ama el cultivo de la tierra. Gustan en su tiempo libre de jugar dominó, escuchar música, practicar deportes e ir los fines de semana a la playa Guanímar, orgullo de la zona.
La playa (así es conocida Guanímar) ha ganado renombre por estos días, pues guardará para su historia el hecho de haber sido el punto escogido por Charley para tocar tierra. Nada grato, por cierto. El huracán que alcanzó en Alquízar vientos máximos sostenidos de 170 kilómetros por hora y rachas de hasta 250, fue bautizado en ese territorio como "el monstruo" que afectó a 5 000 viviendas y a todos los centros educacionales, derribó 223 postes telefónicos, dañó 11,6 caballerías de plátano, y aún mantiene sin luz a la población. Ante tamaño desastre sus pobladores, con la ayuda de fuerzas de otras provincias, han trabajado, y todavía continúan haciéndolo, para borrar de sus calles, casas y tierras de cultivo el mal recuerdo de Charley. El servicio de agua al casco urbano fue restablecido desde el pasado sábado con la utilización de dos grupos electrógenos en las fuentes que normalmente abastecen a la población, mientras los residentes en los 19 asentamientos rurales la reciben mediante carros pipa. Otras plantas de igual tipo fueron ubicadas en el policlínico para atender casos de urgencia, tiendas de víveres y productos esenciales, ETECSA, y se utilizan además en ocho puntos donde se han ubicado televisores para que el pueblo se mantenga informado y pueda ver también las Olimpiadas. Junto a los alquizareños 35 linieros de Sancti Spíritus laboran en el restablecimiento del fluido eléctrico y 25 villaclareños en la recogida de desechos sólidos (hasta ayer se habían acopiado 11 000 metros cúbicos y aún faltan por recoger 45 000). Se espera, además, la llegada de una brigada de matanceros que apoyará la recolección de los productos agrícolas que pueden ser aprovechados y distribuidos a la población, así como ayudará a la preparación de la tierra para la siembra de productos de ciclo corto (boniato, calabaza, maíz, hortalizas) para cumplir con el compromiso de abastecer de estos a la provincia de La Habana y a los mercados del EJT en la capital. El MUERTO REVIVE Varias leyendas se escuchan en Alquízar. Entre ellas la del poblado al que aún siguen llamándole El muerto, pues lo relacionan con el extraño y repentino fallecimiento allí del que fuera su propietario antes del triunfo de la Revolución. Pues bien, en El muerto, varias casas fueron dañadas por Charley. Una de las más afectadas fue la de la familia de Carlos Pujol, la cual perdió totalmente el techo. Él, su esposa y los tres hijos no quisieran ni recordar la madrugada del viernes 13 de agosto en que el viento hizo volar como papel las tejas de su vivienda. Carlos, de 43 años, trabaja como custodio en la escuela del pueblo y agradece a la Revolución la respuesta rápida y la atención que recibe. Al otro día del desastre, cuenta, visitó mi casa bien temprano el delegado del Poder Popular para saber cómo estaba la familia, pues en el barrio se había corrido la noticia de que mi techó voló. Ya me entregaron las tejas para reponer las pérdidas, y aquí me ves terminando de colocar las de la cocina. También he recibido la ayuda de parientes y vecinos que se han "batido" conmigo. Yo siempre estuve seguro de que Fidel no me iba a dejar solo ni desamparado. Ahora solo le pido a la naturaleza que ni un "huracancito" más como ese. En el Reparto, afirma Ángel Londres, el delegado, los vecinos han colaborado en la recogida de las ramas de árboles caídos, también en la ayuda a los damnificados, y esperamos, dice, volver muy pronto a la normalidad. Como la de Carlos, 147 familias en todo Alquízar han recibido 1 995 tejas de asbestocemento de las 2 500 llegadas hasta ayer al territorio. Se necesitan más materiales como canalones, bloques, madera, pues los daños fueron serios, pero los alquizareños afectados esperan, confiados en que la Revolución no los abandonará. Por mucho tiempo la gente de Alquízar recordará a Charley como un huésped nunca invitado, pues a pesar de que son hospitalarios, serviciales, amistosos, aseguran que a ese huracán nadie lo convidó.
20-8-2004 |