18 de febrero de 2010
Haití: el infierno
de este mundo (XX)
LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ
Fotos: JUVENAL BALÁN
(Enviados Especiales)
Estos muchachos, definitivamente, se
empeñaron en trastocar el infierno de este mundo. Creo que
nunca olvidaré aquella tétrica imagen de la sede de la
Brigada Médica Cubana en Haití, cuando decenas de haitianos
con espeluznantes heridas yacían en el piso, y varios
cadáveres hacían más lúgubres mis primeras impresiones en
esta tierra. Pero el "asalto feliz" que protagonizan desde
hace algunos días los muchachos egresados de la Escuela
Latinoamericana de Medicina nos hace olvidar, por unos
instantes, tal tragedia.
El
campamento se va transformando.
Estos jóvenes desde que llegaron casi no han
parado, por el tiempo que dedican a la asistencia médica y a
crear las condiciones de vida y de trabajo en el campamento.
Federico, de Uruguay, desde que llegó anda
trepado en los árboles intentando poner el techo de lona
azul que resguardará las casas de campaña de las lluvias;
Luther, el hondureño, sigue empeñado en buscar por todo
Puerto Príncipe un poco de cal con que pintar las aceras y
los troncos de los árboles; Ricardo, de Colombia, ayuda a
picar algunos palos para hacer bancos donde descansar luego
del arduo trabajo; Marcela y Alejandra, también de Colombia,
cuelgan carteles de no fumar, de tratar con respeto, de no
arrojar basura... también pusieron nombres a las áreas y
hasta "fundaron" nuevas avenidas.
Las
casas de campaña se han resguardado bien de la lluvia.
El local de enfermería ahora se llama
Toussaint Louverture, el comedor es el restaurante Las
Delicias y los espacios entre las casas de campaña son las
avenidas Salvador Allende, Ernesto Guevara y Henry Reeve.
Pronto situarán números y banderas de cada país en las casas
de campaña. Dicen que para localizar a alguno de ellos solo
bastará con decir que vive en tal avenida y número.
Las latas del pescado que dan en las comidas
son los ceniceros, y lo que antes era un piso de tierra,
ahora es de gravilla. Y para que nadie tuviera duda de que
llegaron para quedarse y trastocar la tragedia colocaron a
la entrada del campamento, la bandera de la Brigada Médica
Internacional Henry Reeve de la ELAM junto a una imagen del
Comandante Fidel. De allí salen cada día a sanar.
Con la alegría contagiosa de estos muchachos
todos hacen sus días más felices en la sede de la Brigada,
parece muy lejano aquel 12 de enero cuando fue terror lo que
se vivió. |
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