10 de
junio de 2010
La carga de Manolito
Los Pastores por la Paz siguen enlazados a Cuba
Leticia Martínez
Hernández
Foto: Juvenal Balán
enviados especiales
PUERTO PRÍNCIPE, Haití.— Manolito, como
todos le llaman, es un hombre de pequeña estatura. A su poca
esbeltez, se suman además una delgadez de muchacho
espabilado, una ligereza de resorte como la que contó Martí
de Meñique. Pero Manolito, como el menor de los tres
hermanos del cuento francés, no entiende de estaturas, de
portes, de fuerzas físicas. Desde hace más de un mes salió
de los Estados Unidos con una enorme carga cuyo destino es
esta sufrida capital. Trae sobre sus hombros la
responsabilidad de poner en manos de la Brigada Médica
Cubana un envío de los Pastores por la Paz, esa cofradía de
amor que vuelve a enlazarse con Cuba como tantas veces, pero
ahora en la tierra de Louverture.
Manolito,
representante de los Pastores por la Paz, junto a los
cubanos descargando el contenedor.
Bastó que las ruedas del camión dejaran de
rodar al llegar a su destino para que Manolo de los Santos,
el ayudante del reverendo Lucius Walker, y una hilera de
cubanos comenzaran a descargar la donación del pueblo
norteamericano, ese que a decir de Manolito "sintió
vergüenza de la ayuda de su gobierno, cuando llenaron este
país de soldados. Esperábamos una respuesta más humana. En
vez de mandar marines a una guerra que no existía, debieron
enviar médicos, constructores, equipos para levantar a este
país. Es una lástima. Pero queremos mostrar que en Estados
Unidos hay gente con deseos de ayudar al pueblo haitiano,
que cree realmente en la solidaridad, que cree realmente en
la ayuda de Cuba".
Dijo De los Santos a Granma que la
carga tiene un valor de 250 000 dólares, y que en ella
lograron acopiar tiendas de campaña, camas de hospitales,
medicamentos, equipos quirúrgicos, sillas de ruedas,
muletas, sueros... "Para el movimiento de los Pastores por
la Paz fue fácil llenar el contenedor, porque la gente en
Norteamérica se ha sentido dolida por lo que pasó en Haití.
El problema más grande es que cuando donan, no saben adónde
va su dinero. Pero nosotros le dejamos saber que la carga va
a ir a los más de 30 hospitales cubanos que trabajan en
Haití. Yo vi en el hospital de campaña de Croix des Bouquet
cómo cada día iban cientos de personas, y nunca se les cobró
un centavo. Ese es el seguro más grande que tenemos
nosotros, al darle esta carga a la Brigada, porque sabemos
que irá realmente al pueblo haitiano. No hay confusiones".
Luego de 15 días varados en la frontera
dominicana, entre papeleos, regulaciones, restricciones...
finalmente la donación llegó a su destino. Pareciera que
para los Pastores por la Paz ninguna empresa resulta fácil.
Archiconocidas son las odiseas de este grupo religioso para
ayudar en cualquier parte del mundo. Entonces, pregunto a
Manolito, imaginando una segura respuesta:
¿Cómo vencen todos los obstáculos?
"Con persistencia. Creemos firmemente que
nuestra ayuda es necesaria. Es una pequeña muestra, pero es
urgente darla."
¿Los Pastores no se cansan?
"No. No podemos cansarnos. Si ustedes no se
cansan, cómo vamos a cansarnos nosotros."
Y como para demostrar esas ansias de dar
siempre la mano, este enviado de los Pastores por la Paz
anuncia que vendrán pronto a este país más médicos
norteamericanos graduados de la Escuela Latinoamericana de
Medicina, siguiendo los pasos de aquellas siete doctoras que
compartieron la vida en campaña con los galenos cubanos:
"Ellas regresaron contando de cuántas vidas habían salvado
al lado de los cubanos, del tremendo trabajo de la Brigada
Médica. Ahora son más los que quieren venir, incluso médicos
no entrenados en Cuba. Estaremos aquí para rato". |