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22 de marzo de 2010

Después del terremoto en Haití

Crónica de un domingo diferente

LETICIA MARTÍNEZ HERNÁNDEZ
Fotos: JUVENAL BALÁN,
Enviados especiales

PUERTO PRÍNCIPE, Haití.— Quién le iba a decir a Bara Aliou, de Mali, que sería goleador aquí y que, por demás, recibiría delirantes aclamaciones; quién le iba a decir al siquiatra Francisco Toledo que dirigiría un coro cuando, según él mismo dice, es crónicamente desafinado; quién le iba a decir al mismísimo profesor Mentepollo que ayer a la una de la tarde, y con un sol que rajaba más que piedras, estaría desternillando de la risa a nuestros médicos.

Así de diferente resultó este domingo en Puerto Príncipe cuando cientos de cubanos "asaltaron" el hospital de campaña de Carrefour para pasar un rato en familia, con amigos, como en casa, como en la Cuba bella que hace algún tiempo dejaron para venir a ayudar a este adolorido país. Fue momento ayer, después de una semana sanando a toda hora, de liberar el estrés que provocan el roce diario con el pesar de miles de personas lastimadas, la lejanía del hogar y la vida en campaña.

Foto: Juvenal BalánLos colaboradores rumbearon con la Brigada Martha Machado.

Y es que este domingo era para jugar al fútbol, para cantar sin ser cantantes y sin saberse las letras de las canciones, para rumbear con la Brigada Martha Machado, para reír con chistes cubanísimos, para imitarse unos a otros... Ahí estaba el ortopédico William Álvarez, quien dirige el hospital de campaña de Croix des Bouquets, pero que ayer comandaba a su equipo de fútbol en un juego contra el hospital de Leoganne, y mientras daba instrucciones a los muchachos, velaba porque sus huesos terminaran a salvo de las patadas. Más tarde, también salió a escena Francisco, el siquiatra de Holguín, con los pequeños haitianos que atiende y a quienes enseñó la letra de la Guantanamera, la única canción que se sabe, según confesó a este diario. "Hasta tengo que ponerme detrás cuando empiecen a cantar, pues una de las niñas no sabe bien los versos de José Martí y tengo que soplárselos". Pareciera entonces que a la hora de divertirse, de pasarla bien, no importan las inhibiciones, los miedos a hacer el ridículo, tampoco los dones que la naturaleza les negó.

Foto: Juvenal BalánMentepollo desternilló de la risa a más de uno.

Pero esta fiesta de domingo no fue por amor al arte. Según explicó a Granma la doctora Tania Pérez Xiqués, a quien toca planificar la diversión y poner orden cuando los ánimos en el juego suben, estos encuentros surgen de la intención de hacer más llevadera la vida de nuestros médicos. De esos que, como todo ser humano, necesitan distraerse, más aquí donde pasan la mayor parte del tiempo en consultas, en salas de operaciones, en casas de campaña...

Foto: Juvenal BalánNo faltaron payasadas.

"En medio de la emergencia que vive este país, tenemos que ir mejorando las condiciones de vida y de recreación de los colaboradores. Además de estos encuentros se están instalando televisores en los campamentos, también computadoras para que puedan comunicarse por correo electrónico con los suyos. Estamos distribuyendo implementos deportivos para que luego del trabajo puedan practicar deportes. Y en las noches, si el cansancio lo permite, ellos mismos celebran peñas culturales, literarias."

Foto: Juvenal BalánLos trabajadores de la salud se convirtieron en futbolistas.

Y mientras, en la gradas las porristas sacuden pompones hechos con periódicos viejos para animar a los futbolistas, y otros gritan "iza, iza comienza la paliza", un team de médicos en la sala de terapia intensiva del hospital de campaña que acogía la fiesta de domingo, saca de la muerte a una paciente que recién llegaba con un derrame cerebral. Para que otros pudieran divertirse, estaba garantizada la retaguardia. Entonces les tocará a ellos la semana próxima contar la crónica de un domingo diferente.

 

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