PUERTO
PRÍNCIPE, Haití.— Con canciones de bienvenida, aplausos y
exclamaciones de gracia fue recibido en el campamento
venezolano Simón Bolívar, Esteban Lazo, vicepresidente
cubano, quien recorrió las carpas que reúnen a un total de
267 niños donde se les imparten clases y se les entretienen
con juegos.
El miembro del Buró Político conoció que en
el campamento, ubicado en Leoganne, a alrededor de 20
kilómetros de Puerto Príncipe, están alojados más de mil
haitianos que perdieron sus hogares durante el sismo del
pasado 12 de enero. Supo que allí conviven 161 familias en
52 casas de campaña, donadas por el gobierno de Venezuela,
que distribuye, además, alimentos, agua, medicinas y presta
servicios médicos.
Los asesores de la Misión Educativa le
explicaron que un censo reveló que en el campamento vivían
75 iletrados y un buen número de niños habían perdido sus
escuelas. A partir de entonces, se decidió comenzar a
alfabetizar con el método cubano Yo, sí puedo, y a
realizar actividades educativas y juegos con los pequeños.
Para ello llegaron desde Cuba libros de colorear y de
cuentos.
En cada una de las carpas, Lazo preguntó a
los niños cómo estaban, cuánto habían aprendido, si les
gustaban las clases y si conocían a hombres como Simón
Bolívar, José Martí, Fidel, Chávez y Raúl. Cariñosamente les
explicó lo importante que era estudiar, para que pudieran
hacerse profesionales y entonces poder ayudar a su país. "Lo
que pasó nos duele a todos, no podemos evitarlo, pero sí
podemos recuperar a Haití y hacer un país más hermoso para
todos los niños de hoy y los del futuro".
No había visto nunca en la vida, les dijo
Lazo, que ante un hecho terrible como este se movilizaran
tantas personas en el mundo para ayudar. Algunos, como Cuba
y Venezuela, ya estábamos aquí, pero se sumaron otros
países. ¿Qué hay en nuestras mentes, en nuestros corazones?
Que después de este terrible terremoto, entre todos, hagamos
un mejor Haití, comentó.
Frente a los niños, Pedro Canino, embajador
de Venezuela, dijo que estaban comprometidos todos los días
con este país. Para probarlo, una vez más, informó que muy
pronto llegarían al campamento tres nuevas carpas para la
alfabetización.
A los analfabetos adultos, Esteban Lazo
preguntó cómo se llamaba el método por el cual estaban
aprendiendo a leer y escribir, y todos corearon ¡Wi mwen
kapab! "Entonces si yo sí puedo, vamos a poder todos. Creo
que esta es una de las obras más humanas que se pueden
realizar. José Martí dijo que toda persona tiene derecho a
que se le eduque y en recompensa debe ayudar en la educación
de los demás. Por eso estamos desarrollando en Haití, junto
con los países del ALBA, un gran programa de alfabetización.
Lo hacemos con mucho cariño y esperamos que ustedes
respondan al esfuerzo, adquiriendo los conocimientos que los
harán más útiles".
Lazo conversó también con los líderes del
campamento, quienes dijeron al dirigente cubano que estaban
muy agradecidos con Venezuela por haberles ayudado a
cubrirse del sol y de la lluvia. A ellos explicó Lazo que la
cooperación no quedaba solo ahí, que desde el primer momento
llegó una gran cantidad de alimentos, equipos, combustible,
y que Venezuela le había condonado la deuda a Haití. También
les dijo que la ayuda más grande es en la salud del pueblo
haitiano, para lo cual se prevé fortalecer el sistema de
Salud Pública.
A todos ellos, niños, iletrados, líderes,
maestros y residentes del campamento venezolano Simón
Bolívar, levantado el 25 de enero pasado, dejó Lazo un
fuerte abrazo de Fidel y de Raúl.