PUERTO PRÍNCIPE, Haití.— El país está en fase de
emergencia, pero este trance tenemos que verlo como una
oportunidad para reconstruir el Estado haitiano, un buen
momento para rehacer físicamente el país. Así lo consideró
el arquitecto Leslie Voltaire, asesor del presidente René
Preval para el diseño urbanístico.
Buena
parte de los escombros puede reciclarse, consideró Voltaire.
Este hombre, ilusionado con un mejor futuro para su
Patria, opina que debiera conectarse lo que ahora empieza a
hacerse con las necesidades del país. Debemos invertir, por
ejemplo, en planes de reforestación, sustituir el carbón de
leña por gas, subvencionarlo en un primer momento, para que
la gente aprenda a utilizarlo y no tale los árboles para
cocinar. Tenemos, además, que redistribuir la población de
la capital, hoy muy congestionada.
Necesitamos un país más verde, donde usemos energías
renovables. Por otro lado, algunos científicos creen que el
sismo provocó fallas de las cuales puede brotar gas o
petróleo, ojalá se confirme para que el rediseño del país
sea más rápido, precisó Voltaire.
"Nos corresponde enfrentar los huracanes, los terremotos
y las inundaciones. Los arquitectos e ingenieros haitianos
estamos pensando cómo reconstruir este país, que también
tendrá en su contra los efectos del cambio climático".
Al referirse a las desastrosas secuelas del terremoto
sobre las construcciones haitianas, el arquitecto destacó
que se derrumbaron símbolos del Estado como el Palacio
Nacional, el de Justicia, el edificio de la Policía, y todas
las grandes escuelas, mercados e iglesias, entre ellas la
catedral de Puerto Príncipe.
"La ciudad está ubicada sobre una falla geológica. Con
este sismo suman tres los sufridos por Haití, uno en 1 771,
otro en 1 842, y el del 12 de enero del 2 010 que, según
investigaciones, debió ocurrir hace 50 años. Ante ese
peligro debiéramos ser más conscientes a la hora de
construir. Existen medidas que han de cumplirse, pero como
la mayoría de este país es pobre, no puede acceder a la
tecnología antisísmica, en extremo cara.
Hoy los haitianos construyen con bloques de concreto
artesanales. El Estado no supervisa esas edificaciones. Solo
un 5% de las construcciones las realizan manos
profesionales, todo lo demás es hecho por personas sin
conocimientos. Hasta casas de tres niveles se han levantado
por maestros de obra que nunca pasaron una escuela, comenta
Voltaire.
"Esta es una buena oportunidad para enseñar al pueblo
cómo construir. Estábamos aprendiendo a edificar contra
huracanes, pero nos olvidamos de que aquí abajo la tierra
tiembla. Nosotros, los dominicanos, y hasta los cubanos,
tenemos que seguir un mismo código que nos permita reducir
las vulnerabilidades".
¿QUÉ PASARÁ CON TANTO ESCOMBRO?
Según Voltaire existe una estrategia para eliminar las
inmensas montañas de escombros dejadas por el sismo. Explica
que muchos de ellos pueden recuperarse. También consultan
con autoridades medioambientales la posibilidad de ganar
terrenos sobre el litoral, y hacer más parques y áreas para
deportes, pues la juventud no tiene espacios para divertirse
en esta ciudad tan densa.
Prevén hacer un inventario de todas las casas de Puerto
Príncipe, para determinar cuáles están completamente
dañadas, cuáles necesitan reforzarse y cuáles están en buen
estado. "Señalaremos con una cruz roja las que serán
demolidas, con una naranja las que se fortalecerán y con una
verde las habitables", explicó Voltaire.
Es la oportunidad para construir mercados, centros
comunitarios, y pensar, además, en la próxima estación
ciclónica; debemos drenar toda la ciudad para que el agua
llegue hasta el mar.
EN PLANES
El arquitecto Leslie Voltaire, asesor de René Preval para
el diseño urbanístico, dijo a Granma que se estima
que un millón 110 mil personas perdieron sus viviendas, y
que el presidente haitiano pidió a la comunidad
internacional ayuda para acopiar 200 000 tiendas de campaña
donde albergar a los desplazados.
Explicó que el plan de ayuda está diseñado a varios
niveles. El primero define el auxilio a aquellas personas
que dieron abrigo en sus casas a familias necesitadas, en
pocos días esa solidaridad puede agotarse y no queremos que
más personas vayan a las calles. Luego, hay que apoyar a
quienes acampan cerca de sus casas y temen regresar a ellas
por miedo a las réplicas.
Se han contabilizado 600 campamentos espontáneos en las
ciudades de Puerto Príncipe, Jacmel, Leoganne y Petite Goave.
A las personas reunidas allí también tenemos que darles
tiendas, comida y agua. El gobierno ocupó, además, dos
terrenos para montar campamentos planificados, uno a 15
kilómetros al norte de la capital, y otro en Tabarre, a
cinco del aeropuerto. Estos sitios tendrán escuelas, centros
de salud, pozos de agua, servicios sanitarios, tiendas y un
sistema de drenaje para que no se mojen las tiendas con las
lluvias. Esos campamentos deben estar listos dentro de dos
meses.
La brigada de Venezuela está montando otro campamento en
Leoganne, sobre todo para los heridos, los niños y las
mujeres embarazadas.
DAR LA MANO, PERO BIEN DADA
"La recuperación de Haití dependerá de los recursos
financieros de que dispongamos. Ahora es el momento de la
emoción, los gobiernos han visto cómo los pueblos han
reaccionado frente al desastre de Haití. Debemos mantener en
alerta a los pueblos del mundo para que sigan teniendo esa
solidaridad".
Así opina este hombre, amante de su pueblo y de la
ciencia que estudió, para quien la ayuda de Cuba ha sido
fantástica, sobre todo en medio de esta desgracia, y sin
tanta propaganda. "Son los héroes, de los que no se habla,
pero son los verdaderos héroes, acompañados por estudiantes
y médicos haitianos".
Para el asesor del Presidente Preval, los cubanos podrán
ayudar mucho: "también necesitamos de la experiencia cubana
en Arquitectura, Ingeniería Civil, Mecánica, Construcción,
para que nos ayuden a rehacer este país, que también es
suyo".