PUERTO
PRÍNCIPE, Haití.— Dicen que el único lugar majestuoso de la
capital haitiana era su Palacio Nacional. La edificación,
soberbia y deslumbrantemente blanca, era también otra de las
paradojas de esta tierra, sumida en la más triste pobreza,
pero que sabía lucir un palacete al estilo del regio Petit
Palais de Versalles.
Registra la historia que el Palacio Nacional tardó cinco
años en construirse, pero bastó un minuto para casi
destruirlo. El terremoto del 12 de enero pasado sacudió sin
piedad a este símbolo de la nación haitiana. Hasta sus
escombros pudo llegar Granma, y dialogar con Fritz
Longchamp, ministro de la Presidencia, quien en el momento
de nuestro arribo trabajaba junto a su equipo en una
improvisada oficina a la sombra de un árbol.
A solo unas horas de la tragedia y cuando aún no se
conocía con certeza la magnitud de los daños, ya todos
imaginaban que si las sacudidas habían conmocionado así al
Palacio, qué no esperar para construcciones más débiles.
Hoy, cuando allí estuvimos, hasta los helicópteros que
sobrevolaban el sitio hacían retumbar las resentidas
paredes.
Explica Longchamp que las tres cúpulas del edificio
quedaron destruidas, la de la izquierda y el centro cayeron
hacia abajo, y la de la derecha hacia el frente. La oficina
del presidente René Preval, la sala del Consejo de
Ministros, la oficina de la primera dama y la sala de
conferencias quedaron sepultadas cuando el techo se
derrumbó. El pabellón central de columnas también fue
demolido. Durante el colapso murieron al menos cuatro
personas en el edificio central del Palacio, y otras nueve
en el Cuartel de la Guardia del Presidente, hoy casi en
ruinas.
Cálculos preliminares ubican la destrucción en un 30%. La
propuesta, dijo, es reparar en lugar de demoler, pues no
existen problemas estructurales. Queremos reconstruir las
cúpulas, pero esta vez hacerlas más resistentes a los
sismos.
Para ello convocaron a especialistas haitianos del
Instituto Nacional de Patrimonio, quienes junto a ingenieros
y arquitectos japoneses y norteamericanos levantarán el
Palacio. En estos momentos realizan una evaluación de sus
estructuras y de los valores patrimoniales que permanecen
todavía entre los escombros.
El ministro de la Presidencia, aún dolido por la
tragedia, subraya que el Palacio está muy vinculado a la
identidad nacional de Haití, al igual que su bandera y su
escudo.
APUNTES DE UN PALACIO
El Palacio Nacional fue reconstruido en 1918, y diseñado
por Georges Baussan, famoso arquitecto haitiano que realizó
sus estudios en la Ecole d’Architecture de París. Seis años
antes, el 8 de agosto de 1912, una bomba destruía el primer
edificio nacional durante un atentado al presidente
Cincinnatus Leconte.
Como otros inmuebles públicos de Haití, el Palacio de
Baussan fue erigido bajo los preceptos de la arquitectura
del Renacimiento francés. Antes de las sacudidas del
terremoto, lucía tres niveles y en el pabellón de entrada
tenía un frontón pórtico con cuatro columnas jónicas.
INSISTENCIA DE TERREMOTOS
En el año 1842, un sismo arruinaba los dos principales
símbolos culturales y arquitectónicos de Haití: una parte de
la fortaleza de La Citadelle y casi la totalidad del Palacio
de Sans Souci, ambos ubicados en Cabo Haitiano, al norte del
país caribeño... 168 años después, el peor terremoto
registrado en el Caribe, dañaba otros dos emblemas: la
catedral de Haití y su Palacio Nacional.