(29 de marzo de 2004)
Los pujos del
señor Bush
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ELSON
CONCEPCIÓN PÉREZ
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Había que ver o al
menos imaginarse al señor George W. Bush, presidente de los Estados
Unidos, el hombre de la guerra y la prepotencia, en cuatro patas,
revisando los latones de basura de la Oficina Oval de la Casa Blanca
para ver si allí encontraba las armas de destrucción masiva que
nunca halló en Iraq.
El pujo del emperador
ocurrió durante una cena con más de 1 500 personas de los medios
de difusión, corresponsales y otros representantes de la gran
prensa estadounidense, todo montado con pretensiones electorales.
En su discurso
almidonado y planchado, el mandatario se refirió a la infructuosa búsqueda
de las armas prohibidas de Iraq, y ante las preguntas de algunos
periodistas optó por proyectar sobre una pantalla un video donde se
le veía junto a sus colaboradores realizando la búsqueda debajo de
las mesas y en los cestos de basura.
Seguidamente, y
mostrando su sonrisa cínica de siempre, bromeó con el auditorio
—los comensales— al decir que esas armas tienen que estar en algún
lado, y que por eso las buscaba en su propia oficina.
Los despachos noticiosos
sobre este nuevo desatino del Presidente no dicen para nada si la
cena pudo ser ingerida o si algunos de los hombres y mujeres de la
prensa allí presentes tuvieron que abandonar el local con destino a
los baños.
Pero él insistió, y
seguidamente mostró diapositivas en las que se le ve jugando a las
cartas en el avión presidencial, y al respecto volvió a bromear al
decir que utilizaba una baraja que le ayudaría a aprender los
nombres de los líderes extranjeros a los que espera encontrar en el
futuro.
La broma era en
referencia a la llamada "baraja de las cartas iraquíes"
diseñadas por el Pentágono norteamericano para asignar una jerarquía
de búsqueda a los colaboradores de Saddam Hussein.
La oportunidad, sin
embargo, fue propicia para que Bush repitiera su imagen real, ante
los reporteros y los televidentes norteamericanos, que muchas veces
le han criticado por sus deslices, equivocaciones, falta de
conocimientos sobre un tema en particular... y por sus chistes poco
risibles y faltos de ingenio.
Los demócratas y su
aspirante a la presidencia, John Kerry, declararon no mostrarse
divertidos por tales chistes de mal gusto y criticaron a Bush por su
"actitud pasmosamente desdeñosa" sobre un tema tan serio
como es el de la supuesta existencia de armas de extermino masivo en
Iraq, mentira con la que engañó a su pueblo y al mundo para lanzar
el ataque y la ocupación de la nación árabe.
El aspirante demócrata,
en un comunicado, dijo que si Bush piensa que su triquiñuela para
ir a la guerra es tema de bromas, entonces está más alejado de la
realidad de lo que pensamos.
Otros ex soldados,
veteranos de la Guerra del Golfo, dijeron sentirse
"insultados" por el mandatario, como seguro lo estarán
muchos otros estadounidenses enviados a Iraq...
Si algo falta a este ridículo
espectáculo electorero del presidente Bush, es la
"firmeza" con que el mandatario aseveró que "Estados
Unidos va bien... la economía crece... y la lucha contra el
terrorismo" le ha dado más seguridad a sus conciudadanos y al
mundo.
Un Presidente que aspira
a reelegirse y para ello es capaz hasta de mofarse de un tema que
mucha sangre ha costado, tanto a la población iraquí, que ha
perdido a miles de sus hijos, como a la propia familia
norteamericana que ha visto morir a cientos de sus soldados, casi
todos jóvenes, latinos, afronorteamericanos e hispanos en
general...
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