(14 de mayo de 2003)
¿Guerra
preventiva o nuevo siglo americano?
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ELSON
CONCEPCIÓN PÉREZ
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Cuando
en septiembre del 2002 la ministra de Justicia alemana, Herta
Dauber-Gmelin, comparó los métodos que estaba utilizando el
presidente norteamericano, George W. Bush, con los usados por Hitler
en los años treinta, parecía que algunos políticos europeos
hubiesen decidido, de una vez y por todas, quitarse la venda de los
ojos y denunciar ante el mundo lo que le venía encima.
Una vuelta al fascismo
se había hecho presente en el puesto de mando del capitalismo
mundial con planes que, aunque se formularon por primera vez a
inicios de la década de los noventa, aparecían ahora con el nombre
de guerra preventiva.
Un escogido grupo de teóricos
conservadores elaboró la propuesta cuya base es la de garantizar la
superioridad militar y ejercer el dominio económico, político y
estratégico en el mundo.
Hace 11 años, en 1992,
el entonces secretario de Defensa, Richard Cheney, había definido
en documento oficial que "la primera misión política y
militar de Estados Unidos, luego de la Guerra Fría, consistía en
asegurar que ningún poder rival emergiera en Europa, Asia y la
desintegrada Unión Soviética".
Ya desde entonces, el
imperio dejaba claro que el mundo debía ser uno solo, y estar
gobernado por Estados Unidos.
La formulación del
macabro plan tuvo un momento cumbre el 3 de junio de 1997, cuando el
selecto grupo, donde estaban entre otros nada más y nada menos que
Jeb Bush (hermano de George W. Bush), Richard Cheney y Donald
Rumsfeld, lanzó el Proyecto para el nuevo siglo americano,
cuyo contenido no es otro que la justificación para el aumento de
los gastos de guerra, y desafiar lo que llamaron regímenes opuestos
a los intereses y valores norteamericanos.
Clarito como el agua: un
nuevo siglo americano donde no haya nada hostil o contrario a los
intereses y valores del gran imperio.
Se propuso con ello el
rol exclusivo de Estados Unidos para "preservar y extender un
orden internacional amigable para nuestra seguridad, nuestra
prosperidad y nuestros principios".
Recuerda fácilmente
esta filosofía la tesis de Hitler y los nazis que querían imponer
"una Alemania sobre todo", que ahora, con los nuevos
fascistas que ocupan la Casa Blanca, se convertiría en
"Estados Unidos sobre todo".
ALGO DE HISTORIA
NECESARIA
En la llamada guerra
preventiva, también Bush y sus halcones están utilizando el método
—más perfeccionado por supuesto— de los fascistas.
Me viene a la mente
aquella escena cuando Hitler y sus agentes de la Gestapo, usando la
más siniestra conjura, incendiaron el Reichstag (Parlamento), para
obtener con ello poderes extraordinarios para implantar su dictadura
demencial.
También Hitler dio
prioridad al uso de la propaganda en su plan con su propia filosofía
de la mentira ajustada a las tecnologías de la época, que había
que dar "una razón propagandística para comenzar la guerra,
porque al vencedor no se le pregunta después si él dijo o no la
verdad".
Y aunque hayan
transcurrido exactamente 70 años de aquellos hechos que luego
desembocaran en la Segunda Guerra Mundial, no hay nada más
parecido, sino igual, entre aquella filosofía y la de guerra
preventiva o Nuevo Siglo Americano que proclamara el Gobierno de
W. Bush y sus halcones.
No pocas dudas suscita
que la CIA y el FBI, a pesar de tener suficiente información, nada
hicieron para impedir los atentados terroristas del 11 de septiembre
del 2001.
¿Coincidencia? Seis días
después de los ataques a las Torres Gemelas, el presidente George
W. Bush firmó un documento en el cual concibió la guerra contra
Afganistán como parte de la cruzada antiterrorista.
También W. Bush ordenó
al Pentágono preparar la planificación de una invasión a Iraq.
Se ponía en práctica
de esa manera la doctrina de la guerra preventiva que una década
antes habían concebido ya algunos de quienes hoy son los más
cercanos colaboradores de Bush.
En esa circunstancia y
con la anuencia del Congreso, comenzaron los bombardeos contra una
de las naciones más pobres del mundo, Afganistán, mientras se
montaba en Estados Unidos todo un sistema represivo violatorio de
los más elementales derechos civiles, incluso de los propios
estadounidenses.
DE WEST POINT A
NUESTROS DÍAS
En esta loca carrera que
va convirtiendo al mundo en presa del imperio y su emperador, Bush
pronunció el discurso del 1ro. de junio del 2002, en la academia de
cadetes de West Point, donde definió el nuevo concepto en la
doctrina de seguridad nacional de Estados Unidos.
Habló esta vez de
"ataques preventivos", fuesen unilaterales o no, siempre
que se conciban contra grupos terroristas o países que amenazan o
que violan el derecho internacional (de acuerdo con lo que estimen
sobre ello el Gobierno y el Presidente de Estados Unidos).
En esa oportunidad, tal
como lo ha repetido con posterioridad, Bush dejó claro su intención
de ampliar y consolidar la hegemonía de Estados Unidos, llegando
incluso a "remodelar" países y regiones enteras.
Ahora dan vueltas para
imponer un acuerdo entre palestinos e israelíes, conocido como Mapa
de Ruta, que, según las propias palabras del emperador Bush,
"redefiniría" el contexto en varios países del Medio
Oriente.
¿Estaremos en presencia
de una nueva distribución del mundo al estilo colonial?
¿Será ese el verdadero
fin de la teoría de la guerra preventiva?
¿Estaremos entrando en
el nuevo siglo americano?
¿O será todo a la vez,
dentro de una gran tiranía mundial fascista?
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