NACIONES UNIDAS, 21 de abril (PL).
— Sólo en el hospital pediátrico central de Bagdad el 90 por
ciento de los niños ingresados sufren enfermedades diarreicas,
reportó hoy el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia
(UNICEF).
En los jardines de ese propio centro
fue necesario quemar por lo menos 100 cadáveres, el 10 por ciento
de ellos de niños, según el reporte de la jornada sobre las
secuelas de la agresión anglo-norteamericana contra Iraq.
Allí se reciben unos 2 000
pacientes cada día, en una situación de falta de electricidad y
agua limpia al igual que ocurre en el hospital capitalino de Al
Jadida, donde escasean las medicinas y las vacunas fueron destruidas
sin refrigeración.
En similar estado está la unidad de
primeros auxilios Al Salam, pues trabaja apenas con el siete por
ciento de su personal en una ciudad con el transporte público
colapsado e inseguridad para desplazarse.
UNICEF evalúa actualmente los daños
y crea equipos móviles para reparar y mantener generadores en las
plantas de energía eléctrica, aunque ya comienza a faltar el
petróleo requerido.
Debido a la inseguridad reinante en
Bagdad, la Organización Mundial de la Salud suspendió el envío de
un camión con 13 toneladas métricas de implementos quirúrgicos,
medicinas para enfermedades transmisibles y traumas, y otras de uso
urgente.