BEIRUT, 18 de abril (PL) Miles de
ciudadanos de Iraq reclamaron hoy en Bagdad, la capital, la
integridad de su país y su pueblo, así como defendieron la unidad
de los fieles shiítas y sunnitas en el ámbito del Islam.
La defensa de su religión como
elemento de cohesión fue enarbolada en forma reiterada por los
marchistas, quienes abordaron las calles tras concluir la plegaria
del viernes, de suma importancia en la liturgia musulmana.
Se estima que eran más de
10 000 los ciudadanos que protestaban contra la presencia
militar extranjera. Se considera que fue la mayor demostración
realizada tras la caída de la capital en poder de los agresores.
Esas demostraciones fueron
confirmadas en el terreno por reporteros de prensa, algunos de ellos
llegados a Bagdad con las tropas del eje angloestadounidense.
"Con nuestra alma y nuestra
sangre, defenderemos al Islam", repitieron los manifestantes
que asociaron la invasión de su país por los mongoles en el siglo
VII con la actual ejecutada por los norteamericanos.
En el sermón de este día, el imán
Ahmed al Ghubesy reforzó el mensaje sobre la actual ocupación
militar que sufre el país del Golfo Pérsico y que forma parte de
la estrategia de Washington para todo el Medio Oriente.
Varios centenares de fieles
abarrotaron la mezquita de Abu Hanifa de 700 años de antigüedad,
mientras que otros tantos se concentraron en el exterior del templo
para cumplir su deber confesional.
La demostración callejera
incrementó la tensión en la capital iraquí, donde operan
patrullas de las fuerzas estadounidenses.
Según las fuentes, una veintena de
marines norteamericanos que estuvo alrededor de la muchedumbre en
los instantes en que esta comenzaba a cobrar fuerza, decidió
retirarse sin intervenir.
Algunos carteles que portaban los
marchistas acusaban a Estados Unidos de ser enemigo de Alah (Dios) y
otros se referían al carácter musulmán de Bagdad, ahora
perjudicada por infieles.
Otras pancartas tocaron fondo cuando
aseguraban que los iraquíes no permitirán a los invasores
permanecer en el país, planteamientos como esos actualizaron el
asunto de la retirada lo antes posible de las tropas
anglonorteamericanas.