WASHINGTON, 17 de abril (PL). —
Martin Sullivan y Gary Vikan, asesores culturales del presidente
estadounidense, George W. Bush, dimitieron hoy como protesta por la
destrucción del patrimonio iraquí, un fenómeno que pudo evitarse,
aseguraron.
Sullivan, el principal asesor de la
Casa Blanca en esta materia, contrapuso la precisión de las tropas
de su país, en el cuidado de las reservas petroleras, frente a la
desidia mantenida ante el pillaje de la herencia histórica y
cultural de la antigua Mesopotamia, en una carta enviada al
mandatario, citada por The Washington Post.
La tragedia pudo prevenirse, dijo el
funcionario al aludir a la destrucción del Museo Arqueológico de
Bagdad, el incendio de la Biblioteca Nacional de Iraq y el saqueo de
diversas instituciones de la cuna de la civilización occidental.
La renuncia fue calificada de
simbólica por el propio Sullivan, quien presidía desde 1995 el
comité que se encarga de proteger el patrimonio estadounidense, y
presentada tras declaraciones del secretario de Defensa de ese
país, Donald Rumsfeld, que evadía sus responsabilidades con un
"nadie permitió eso".
Gary Vikan, otro de los miembros del
Comité Asesor de la Propiedad Cultural y director del Museo de Arte
Walters, de Baltimore, Maryland, presentó también su renuncia al
presidente estadounidense por idénticas causas.
Unos 150 000 reliquias
prehistóricas, según cálculos de la UNESCO, fueron robadas o
destruidas tras la agresión de Estados Unidos e Inglaterra a Iraq,
a pesar de que se le había presentado a autoridades de esos países
una lista de sitios "intocables".
Se sabe, además, que a raíz de la
guerra de Estados Unidos a ese país en 1991, las pérdidas causadas
por el contrabando de obras históricas y artísticas sumaron cifras
contundentes.
Representantes de la UNESCO y
expertos en el patrimonio iraquí se reunieron hoy para poner coto a
la devastación de una de las culturas más antiguas del planeta.