EL CAIRO, 14 de abril (PL). —
Egipto y Jordania se unieron hoy a Siria y pidieron la
"retirada de tropas extranjeras" de Iraq y la formación
de un auténtico "gobierno iraquí representativo",
posición defendida ante la prensa por los respectivos cancilleres.
De acuerdo con la agencia de
información local MENA, los ministros Ahmed Maher (Egipto) y Marwan
Moasher (Jordania) hicieron tal exigencia sin nombrar a Estados
Unidos y Gran Bretaña, cuyas fuerzas agredieron a Iraq desde el
pasado 20 de marzo.
Maher insistió en sus declaraciones
en que se quiere "la retirada de las fuerzas extranjeras y la
formación de un gobierno que sea elegido por el pueblo
iraquí".
Por su parte, el jefe de la
diplomacia egipcia afirmó que "queremos un gobierno que
represente verdaderamente al pueblo iraquí".
La pasada semana el gobierno de
Damasco exigió rotundamente la retirada de las fuerzas del eje
Washington-Londres de Bagdad, lo cual no había sido solicitado por
ningún gobierno árabe hasta el momento.
Siria fue el primer país de la
región en rechazar públicamente la invasión a Iraq por fuerzas de
Estados Unidos y Gran Bretaña.
En un comunicado del Ministerio de
Relaciones Exteriores sirio se leía que era necesaria "la
evacuación de Iraq para que la gente pueda escoger su gobierno
libremente, fuera de la intervención extranjera".
La solicitud de Damasco fue
respondida este lunes por Londres al presidente sirio, Bachar al Assad,
mediante el emisario británico
Mike O'Brien, quien dijo que
las tropas de ambos países abandonarán esa nación árabe cuando
se haya instalado un "gobierno democrático".
Un comunicado de la embajada del
Reino Unido, difundido tras la entrevista del vicecanciller
O'Brien con al Assad, precisó que Saddam Hussein está acabado, la
"coalición" regresará a casa cuando Iraq tenga un
gobierno electo.
En ese ambiente, Washington se
dedicó a incrementar la escalada de amenazas contra Damasco,
insinuando que proporciona ayuda y cobijo al depuesto presidente
Saddam y sus colaboradores más cercanos.
El secretario norteamericano de
Estado, Colin Powell, advirtió la víspera que "sería poco
inteligente de Siria convertirse de repente en un puerto seguro para
los seguidores de Saddam".
En igual sentido se había
pronunciado el secretario de Defensa norteamericano, Donald
Rumsfeld, y argumentó que hay ciudadanos sirios combatiendo contra
las tropas estadounidenses en Iraq.
Estas denuncias atizan la volátil
situación entre Damasco y Washington, que ya había acusado a ese
país árabe de promover el terrorismo.
Ante la creciente tensión, Siria
negó este lunes las acusaciones estadounidenses de que cooperó con
el gobierno de Saddam y que posee armas químicas.
Esta última acusación no pasó
inadvertida para observadores locales atentos, quienes recordaron
que tal fue el primer pretexto enarbolado por Washington y Londres
para invadir a Bagdad, aunque luego de lograr ocupar ese país, las
armas de destrucción masiva "brillan por su ausencia",
apostillaron.
Según la MENA, Damasco negó hoy
esas acusaciones y declaró que "le decimos al presidente
George W. Bush que Siria no tiene armas químicas" y que las
únicas armas químicas, biológicas y nucleares en la región son
de Israel, que amenaza a sus vecinos y ocupa sus territorios.
Bush dijo el domingo que cree que
Siria tiene armas químicas y que debe cooperar con Estados Unidos y
no ofrecer refugio a ningún dirigente iraquí fugitivo.