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(22 de abril de 2011)
Por la trascendencia histórica de
aquellos acontecimientos, Granma reproduce parte de este artículo
publicado el 19 de abril del 2006, donde se destacan la intensa
actividad de la Revolución en esa región durante aquellos meses
previos a la invasión mercenaria, la preparación del pueblo para
repeler cualquier agresión y las acciones que dieron lugar a la
creación del Ejército Oriental hace 50 años
Girón en Oriente
El desembarco por Baracoa era un
mecanismo secreto que la CIA y el Pentágono tenían bajo la manga
para comprometer al presidente Kennedy con la intervención militar
directa de Estados Unidos
LAZARO BARREDO MEDINA
direccion@granma.cip.cu
Después de la explosión de La Coubre, las provincias
orientales se convirtieron en una de las zonas priorizadas de la
actividad subversiva contra la Revolución
El Comandante en Jefe con esa "luz larga" que lo ha
caracterizado, resultado de la mezcla de visión estratégica y
sentido táctico, vislumbró que a partir del criminal sabotaje de La
Coubre en marzo de 1960 la agresión contra la Revolución se
desencadenaría en grandes magnitudes.
Raúl
desempeñó un rol destacado en la defensa de la región oriental y en
la movilización popular para preservar la Revolución, cumpliendo la
orden de Fidel.
Años después, Fidel explicaría en una reunión de
cuadros y dirigentes de la capital:
En los primeros años de la Revolución, cada vez que
venía una amenaza de invasión —y no eran imaginarias, como lo han
demostrado después los documentos del Pentágono recién publicados en
Estados Unidos— nos dividíamos el país: Raúl para Oriente, Almeida
para Las Villas, el Che para Pinar del Río y yo me tomaba el
privilegio de quedarme aquí en la capital.
Siempre, en todas las crisis, si el enemigo trataba
de tomar esta ciudad prioritariamente, pensando que todo se acababa
después, nosotros sabíamos que allí donde estaba el Che no se
acabaría la guerra nunca; que allí donde estaba Almeida, en el
centro —y los menciono a ellos como símbolo, pero era actitud de
todos los demás—, allí no se acabaría la guerra; y que en las
provincias orientales donde estaba Raúl, no se acabaría la guerra
nunca, ¡nunca se acabaría la resistencia! Esas fueron las
concepciones y son las concepciones.
EN EL PLAN DE OPERACIONES DE LA CIA, ORIENTE ERA UNA PRIORIDAD
POR LA VINCULACIÓN DE LAS ACCIONES CON LA BASE NAVAL DE GUANTÁNAMO
Bajo esos principios, en 1960, compartiendo sus funciones como
Ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el entonces
Comandante Raúl Castro dedicó muchos esfuerzos a la organización de
la defensa en la antigua provincia de Oriente.
Además
de los batallones de infantería, batallones blindados contra
desembarco y unidades de artillería antiaérea y terrestre, empezaron
a constituirse en las montañas de Oriente las compañías serranas,
integrada cada una por un centenar de obreros y campesinos
trabajadores.
"En 1960 —recuerda Raúl—, Fidel me mandó para Oriente: Si
salvamos Oriente, salvamos la Revolución, dijo. Vete para allá, yo
me hago cargo del MINFAR con Sergio del Valle (Comandante, entonces
Jefe del Estado Mayor General), dedícate a organizar el Ejército
Oriental, es mucha la importancia de su territorio, de sus montañas,
y por la presencia de la base naval de Guantánamo..." La primera
gran movilización en Oriente, a fines de diciembre de 1960, bajo la
dirección del entonces Ministro de las FAR, ocurrió a raíz del
cambio de poderes en Estados Unidos. Se conocían los preparativos de
una invasión mercenaria a Cuba y tal coyuntura podía ser propicia
para el zarpazo.
En una reflexión sobre aquellos días, el compañero Raúl comentó:
El
trabajo de penetración de la Seguridad a esas formaciones enemigas y
la lucha combinada del Ejército Rebelde y las Milicias, con el apoyo
de las organizaciones revolucionarias de masas, impidieron que el
bandidismo en Oriente se expandiera.
"Los batallones de milicias se movilizaron y desplegaron en las
cuatro direcciones principales en que estaba dividida la provincia;
Santiago de Cuba, Guantánamo, Bayamo-Manzanillo y el norte de
Oriente.
"Terminada esta movilización el 20 de enero de 1961, se envió
desde Oriente una columna de cinco mil hombres para la lucha contra
bandidos en el Escambray.
"Esos primeros meses del año fueron de febril actividad. Los
batallones se organizaron y armaron por decenas. La Dirección
Santiago, por ejemplo, era defendida por 21 batallones de infantería
de más de 600 hombres cada uno, armados con PPCH y DP soviéticas.
"Además de los batallones de infantería, batallones blindados
contra desembarco y unidades de artillería antiaérea y terrestre,
empezaron a constituirse en las montañas de Oriente las compañías
Serranas, integrada cada una por un centenar de obreros y campesinos
trabajadores. Aproximadamente 300 unidades de este tipo fueron
creadas y agrupadas en sectores y subsectores, que cubrían
literalmente ambas vertientes de la Sierra Maestra, el territorio
del II Frente Oriental que abarcaba el sistema montañoso de Nipe,
Sagua y Baracoa, así como la zona de la Gran Piedra. Estas fuerzas
de rápido despliegue y gran movilidad, eran capaces de encontrar una
aguja en un pajar, un bandido escondido en un fogón, imagen que fue
un hecho real."
En aquella etapa previa a Girón, los incipientes Órganos de la
Seguridad del Estado tuvieron en Oriente, como en todo el país, una
verdadera prueba de fuego.
La creación de las organizaciones contrarrevolucionarias y el
intento de proliferar el bandidismo en Oriente se caracterizaron por
la inducción y el apoyo en recursos humanos y materiales brindados
por los servicios especiales norteamericanos, tanto por la CIA como
por el servicio de Inteligencia radicado en la base naval de
Guantánamo.
Provenientes de Estados Unidos y desde este enclave militar se
infiltraron grupos comando con el objetivo de sostener a más de una
veintena de organizaciones contrarrevolucionarias que actuaban en
las ciudades y fomentar alzamientos en las zonas rurales.
El trabajo de penetración de la Seguridad a esas formaciones
enemigas y la lucha combinada del Ejército Rebelde y las Milicias,
con el apoyo de las organizaciones revolucionarias de masas,
impidieron que el bandidismo en Oriente se expandiera, aunque el
enfrentamiento a las actividades contrarrevolucionarias fue intenso,
desde Gibara, Puerto Padre, las vertientes norte y sur de la Sierra
Maestra, hasta Monte Rus, el macizo montañoso de Baracoa, El Cobre,
la zona de Palma, entre otras.
En los documentos desclasificados por el Gobierno de Estados
Unidos 30 años después, se corroboró que Oriente estaba entre las
tres áreas, junto a Pinar del Río y el Escambray, donde el plan de
operaciones aprobado en agosto de 1960 por el presidente Eisenhower
priorizó el desarrollo y apoyo a los grupos contrarrevolucionarios.
En el caso de Oriente estimularon acciones vinculadas a la base
naval ilegalmente ocupada en Guantánamo, constantes infiltraciones
de comandos entrenados, armados y financiados por la CIA y en varias
oportunidades planearon autoagresiones a la instalación militar para
justificar una intervención directa de las fuerzas armadas
estadounidenses.
Un resumen de algunas de las actividades emprendidas por la CIA
entre julio de 1960 y el 13 de abril de 1961, reflejan la intensidad
de los propósitos dirigidos contra la zona oriental.
Julio de 1960.—Se neutraliza un "accidente" que el Cuartel
General de la CIA preparó contra el Ministro de las FAR.
Octubre de 1960.—Desembarcan 27 mercenarios, incluidos tres
yankis, bajo el mando del masferrerista Armentino Feria, conocido
por El Indio, en Bahía de Navas, entre Moa y Baracoa, los cuales
fueron capturados días después por la acción conjunta de las fuerzas
del Ejército Rebelde y las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Diciembre de 1960.—Es neutralizada en el municipio de Manuel
Tames, Guantánamo, la numerosa banda de Roberto Herrera "Tico"
(quien huye hacia la base naval).
31 de diciembre de 1960 al 20 de enero de 1961.—Se produce la
gran movilización general del país ante las amenazas de agresión por
el cambio de mandato presidencial Eisenhower-Kennedy.
19 de febrero de 1961.—Fuerzas combinadas del Ejército
Rebelde y de las Milicias Nacionales Revolucionarias operan contra
la banda de Algimiro Fonseca y Emilio Vera que actuaban en la región
de Yambeque, Monte Rus, Guantánamo. Ante la persecución, 17 de sus
criminales miembros escapan hacia la base naval, donde son
bienvenidos por las autoridades norteamericanas.
Entre el 1ro. y el 4 de marzo.—Se desarrolla en torno al
territorio la maniobra conjunta Solidaridad, con la participación de
paracaidistas de la 82 División Aerotransportada, aviación y buques
de combate estadounidenses, acompañados de destacamentos de Panamá,
Colombia y Perú al amparo del Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR).
4 de marzo de 1961.—Es derribado un avión pirata en la región
de Baracoa, Guantánamo.
12 de marzo de 1961.—Son capturados el bandido Arcadio
"Blanco" Pelegrín y dos de sus colaboradores en Tres Hermanos,
Baracoa, Guantánamo.
12 de marzo de 1961.—Se realiza un ataque pirata contra la
refinería Hermanos Díaz, en Santiago de Cuba.
23 de marzo de 1961.—Es atacado un avión cubano por un
crucero de Estados Unidos en Imías, Guantánamo.
6 de abril de 1961.—Es capturada la banda
contrarrevolucionaria de Octavio Lujo Padró en la zona de Fermín,
Sierra Maestra.
6 de abril de 1961.—Los incipientes Órganos de la Seguridad
frustran un complot en Monte Rus, apoyado por las autoridades
militares de la base naval de Guantánamo.
8 de abril de 1961.—Es frustrada la Operación Pinar ante la
movilización de tropas revolucionarias en la defensa del litoral, al
tratar de desembarcar por la zona de Moa, norte de Oriente, un
contingente mercenario encabezado por José Ignacio Rasco Bermúdez e
integrado además por el traidor Jorge Sotús, Alfonsito Gómez Mena,
Clemente Inclán, Blacamán, Lomberto Díaz, el traidor Pedro Luis Díaz
Lanz y su hermano Marcos, y otros hasta el medio centenar, con el
fin de destruir las instalaciones niquelíferas. El convoy había
zarpado de Miami a bordo de los yates artillados Marna, Patoño y
Phillys y el buque de cabotaje Cacique.
Acobardados ante la defensa cubana, arrojaron al mar unas 10
toneladas de armas y municiones y regresaron a Miami diciendo que
habían sido perseguidos por una fragata.
LA "OBRA DE TEATRO" DE MULLER
En vísperas de la invasión mercenaria de Playa Girón, ocurrió lo
que pudiera denominarse "la obra de teatro" de Alberto Muller
Quintana.
Siguiendo instrucciones de la CIA y el denominado Frente
Revolucionario Democrático (FRD), Muller Quintana penetró
clandestinamente en Cuba por la costa de la playa de Guanabo, al
este de la capital, con el objetivo de realizar un alzamiento armado
en la provincia de Oriente.
Lo acompañaba otro cabecilla del llamado Directorio
Revolucionario Estudiantil (DRE), Gustavo Enrique Casuso Pérez,
dirigente de la Agrupación Católica Universitaria (ACU), quien había
sido entrenado por la Agencia como radioperador de una planta
transmisora y receptora, con la misión de establecer contacto con la
Brigada 2506 y coordinar los planes cuando se produjera la invasión.
Con el apoyo de la jerarquía católica de La Habana, Muller
reclutó varios contrarrevolucionarios en las provincias de Matanzas
y Las Villas, a quienes trasladó hacia el santuario de El Cobre, en
Oriente, con la complicidad de los sacerdotes José Luis Rojo Ceijas
y Reynerio Lebroc Martínez, para fomentar un alzamiento armado antes
de que se produjera la invasión mercenaria.
El infiltrado de la CIA Muller Quintana logró establecer tres
campamentos en la vertiente norte de la Sierra Maestra: en la zona
de Los Lirios de Nagua, Gallón del Perú y Santo Domingo, municipio
de Bartolomé Masó. En este último lugar fijó la comandancia, después
de autotitularse "comandante", designar a Enrique Casuso Pérez como
segundo al mando y nombrar capitanes a Juan Ferrer Ordóñez, como
jefe del campamento del Gallón del Perú, y a Patrocinio Castillo
Ferral, a cargo del trabajo de influencia sobre los campesinos.
En total, disponía de 16 individuos en su "comandancia central" y
alrededor de 18 en los dos campamentos restantes, para un total de
34 elementos. Además, contaba con otros 60 contrarrevolucionarios
captados en las poblaciones cercanas a la Sierra Maestra y El Cobre.
El 17 de abril de 1961 comenzaron las operaciones militares
contra estos alzados y el día 21 fue capturado un grupo en la zona
de Brazo Malo, barrio Zarzal, en Manzanillo.
La captura de Muller Quintana y sus más cercanos colaboradores se
produjo el 22 de abril, cuando llegó a la casa de un campesino a
pedir comida, quien dio aviso a la compañía de milicias a la cual
pertenecía. Los milicianos rodearon el lugar y tomando todas las
medidas para garantizar que no le ocurriera nada a la familia que se
encontraba en el interior de la vivienda, conminaron a salir a los
alzados, que de inmediato se rindieron.
En esta operación también fueron detenidos 134
contrarrevolucionarios, entre ellos los sacerdotes Luis Rojo Ceijas
y Reynerio Lebroc. Unos 70 eran elementos de la clase media de
Camagüey y La Habana, otros 10 ex "casquitos" de Las Villas, así
como 18 comerciantes y grandes agricultores que vivían en ciudades
cercanas a la Sierra Maestra, algunos caficultores ricos que servían
de apoyo al alzamiento y varios profesionales.
La rápida y eficaz operación militar impidió el agrupamiento de
aquellas fuerzas, así como el lanzamiento de armas que por medio de
aviones norteamericanos desde la base naval, según declaraciones de
ellos, los abastecería para que pudiesen ejecutar acciones de apoyo
a la invasión mercenaria.
NI SIQUIERA EL PRESIDENTE KENNEDY CONOCÍA LA OPERACIÓN MARTE
El Grupo Especial que bajo las órdenes de Richard Nixon desde un
año atrás preparaba todo el operativo para el aniquilamiento de la
Revolución cubana, no estuvo de acuerdo con las ideas del presidente
Kennedy de cubrir ciertas apariencias sobre la participación
norteamericana y había expresado la inquietud de que si no se
producía una invasión directa de las fuerzas armadas de Estados
Unidos sería muy difícil lograr el derrocamiento de Castro.
Para tratar de forzar a Kennedy a dejar a un lado sus
vacilaciones y autorizar el empleo de las fuerzas armadas
estadounidenses, el alto mando de la CIA y los principales
dirigentes del Pentágono concibieron una acción secreta donde
intervendría una fuerza elite que fue alistada bajo la dirección de
George Bush padre y recibió preparación en una instalación naval en
Belle Chase, Louisiana, para cumplir misiones especiales.
Así fue como se concibió la Operación Marte, donde 160 hombres de
la mayor confianza de la CIA, vistiendo el uniforme del Ejército
Rebelde, desembarcarían por el sur oriental para apoderarse de la
Ciudad Primada de Baracoa y posteriormente simular un ataque de las
tropas cubanas contra la base naval de Guantánamo, con lo cual
habría la motivación formal que obligaría al Gobierno de Kennedy a
intervenir en el conflicto que se crearía con la invasión
mercenaria.
De igual forma, determinaron el desembarco para la madrugada del
día 15 de abril, de manera que comenzaran sus acciones
simultáneamente con el primer golpe aéreo mercenario, con el
propósito de atraer la atención del mando cubano y distraerlo de la
otra dirección principal, en Bahía de Cochinos treinta horas
después.
El 14 de abril, una agrupación de barcos en misión de la CIA, la
mayor parte de ellos buques de guerra de la Marina norteamericana
para que pareciese una expedición de mayores proporciones, se acerca
a las inmediaciones de la ciudad de Baracoa, en el extremo oriental
de la Isla, para producir el desembarco de ese grupo, dirigido por
el traidor Higinio "Nino" Díaz Ane.
Al llegar frente a las costas y ver los movimientos en las
sólidas defensas de las tropas revolucionarias, el miedo pudo más
que la esmerada preparación a la que habían sido sometidos y se
retiraron cobardemente. No se les permitió regresar a la Florida,
sino que fueron trasbordados a dos destructores y llevados a las
instalaciones militares norteamericanas en la isla de Vieques,
Puerto Rico. En Miami, como burla, esta acción fue bautizada años
más tarde como "el bojeo a Cuba".
En el análisis de la situación operativa, el Comandante en Jefe y
el Ministro de las FAR habían llegado a la conclusión sobre la
posibilidad de que el Gobierno de Estados Unidos llevara adelante
alguna medida de autoagresión en la base naval de Guantánamo y
decidieron reforzar con medios antitanques y antiaéreos la dirección
sur de Oriente.
"Al igual que había indicado reforzar otros lugares del país de
posible incursión del enemigo —precisa el compañero Raúl —, el
Comandante en Jefe me indicó hacerlo en Baracoa y Pilón. En el caso
de Baracoa, que era el más peligroso, designé un batallón de
infantería (el No. 80 de Jiguaní), al que se le agregó una batería
de antiaéreas cuatro bocas y otra de cañones antitanques de 57 mm.
Para dirigirlo nombré al aguerrido veterano de la Sierra Maestra,
comandante Eddy Suñol. Esta unidad, sumada a los 400 milicianos
baracoenses, hicieron de la antigua Ciudad Primada un bastión, que
resultó después un disuasivo para los asustadizos mercenarios que
pretendían desembarcar.
"En los días de Girón —rememora Raúl—, con la constitución de la
División 50, al mando del capitán Senén Casas, engrosada por miles
de milicianos de la columna que regresaba del Escambray, el 21 de
abril de 1961 concluyó la primera etapa de creación del Ejército
Oriental, fecha que marca el aniversario de este mando.
"La previsión del Comandante en Jefe y el cumplimiento de las
acciones anteriormente enumeradas, en particular la creación de las
compañías Serranas, que convirtieron el abrupto e inmenso territorio
oriental en invulnerable a las bandas contrarrevolucionarias, nos
permitieron adelantarnos a los planes del enemigo."
En el acto por el aniversario 25 de la Victoria de Playa Girón,
Fidel recordaría:
"La noche del 14 al 15 de abril estábamos de pie, en el Estado
Mayor que teníamos improvisado en una zona de la Ciudad de La
Habana, pendientes de lo que iba a ocurrir en Oriente, si se
producía o no el desembarco, cuando al amanecer los aviones pasaron
rasantes, precisamente por encima de donde estábamos, y se dirigían
hacia Ciudad Libertad. Resultaba extraño que hubieran lanzado el
ataque aéreo de 36 a 38 horas antes del ataque principal, tal vez
pensaron que nos engañarían con el desembarco que intentaron
realizar aquella noche del 14 al 15 por la zona de Baracoa; allí los
estaban esperando, si hubieran desembarcado, hubieran durado,
realmente, bastante poco."
El bombardeo a Santiago de Cuba no había sido una acción de
distracción, sino un objetivo de neutralización concebido por la CIA
en apoyo a la Operación Marte y puso en evidencia ante las
autoridades cubanas que había llegado el momento cumbre de la
agresión.
Unas horas antes, dada la presencia de ese despliegue de naves,
se le ordenó al capitán Orestes Acosta despegar en un T-33 y
sobrevolar la zona para esclarecer la información. A su regreso,
informó por radio que no había podido precisar bien la cantidad de
barcos y pidió que se le preparara un avión mucho más lento, pues
con él podría ver mejor.
Cuando se encontraba al sur de la pista, tan solo a un minuto del
aeropuerto de Santiago de Cuba, se comunicó con la torre de control
para avisar de su llegada. Después su avión explotó y desapareció en
el aire. Todo hace presumir, por la manera en que ocurrieron los
hechos, que fue derribado por un navío, o por un cohete aire-aire
desde algún avión norteamericano. Es así, que este magnífico
compañero se convirtió en el primer combatiente caído en el
enfrentamiento a la invasión mercenaria.
Unas horas después, el día 15 de abril, al producirse el
bombardeo al aeropuerto de Santiago de Cuba, el Ministro de las FAR
llamó por teléfono al Comandante en Jefe, quien le respondió que en
ese momento los aviones habían pasado rasantes sobre el puesto de
mando improvisado en una casa en la zona del Nuevo Vedado y estaban
bombardeando Ciudad Libertad.
Raúl le propuso al Jefe de la Revolución convocar la inmediata
movilización de la población de la provincia de Oriente y al recibir
su autorización, se dirigió a la emisora de radio CMKC donde
improvisó un ardiente llamamiento:
"Orientales:
"En el amanecer de hoy, aviones, mercenarios, pagados por el
criminal imperialismo yanki, acaban de bombardear el aeropuerto de
Santiago de Cuba Antonio Maceo".
Raúl comenta que no hemos tenido que lamentar muchas bajas y
denuncia que:
"De la misma forma, en otras ciudades de la Isla, aviones
mercenarios han hollado el suelo de la Patria con bombas del
imperialismo yanki".
"¿Y qué quiere decir eso? Que ha llegado el momento para todos
los cubanos de empuñar el arma para liquidar a los viles que
intenten hollar la Patria sagrada."
Raúl añadió en ese mensaje:
"Orientales, milicianos, miembros del Ejército Rebelde, acudid a
movilizarse, cada jefe de unidad". Sea esta de milicia o del
Ejército Rebelde, a presentarse "en el lugar donde se conservan las
armas, en forma ordenada y serena. Cada uno a ocupar su puesto.
"Cada uno a empuñar el rifle con el que tendremos que pagar el
precio de nuestra libertad. Como primer paso, cada uno a ocupar el
mismo sitio que cuando la movilización de enero, en forma ordenada y
serena. Que la producción debe mantenerse lo más alta posible. Que
la CTC-R (Confederación de Trabajadores de Cuba-Revolucionaria)
convoque la movilización inmediata, sin dejar de producir. Que la
Federación de Mujeres imparta la consigna de ocupar sus puestos. Que
los Jóvenes Rebeldes también, a pesar de su tierna edad, deben de
empuñar el rifle para salvar la Patria.
"Todos a ocupar su puesto. El enemigo ha atacado. Vamos a
aniquilar al enemigo y a la reacción interna."
Finalmente, llama solemnemente:
"A cumplir la palabra empeñada con nuestros 20 000 muertos, con
nuestros hijos, con América y con el mundo. A aniquilar el invasor.
¡Patria o Muerte! ¡Venceremos!".
La presencia cercana de los buques de guerra de Estados Unidos y
el despegue de aviones desde la base naval de Guantánamo tensionaron
mucho más los acontecimientos en la zona oriental.
Desgraciadamente, no se pudo recopilar para la historia el
diálogo telefónico que sobre las 13:02 horas del día 17 de abril
sostuvo el Comandante en Jefe con el Comandante Raúl Castro en su
puesto de mando en Oriente. Solo se conserva la versión taquigráfica
de las palabras de Fidel, pero de ellas se infiere la peligrosidad
de la situación y la plena disposición combativa para enfrentar la
agresión.
Oye, Miró Cardona insiste en que ha habido desembarco por
Oriente. Sí, oye, no importa. Cualquier cosa que se produzca, tienen
que usar mucho antitanque, por si vienen algunos tanques. Los
antitanques todos listos, para que lleguen rápidamente. No sabemos;
cuando capturemos al primero te lo comunicaremos. Un paracaidista
muerto, pero no te apures, no te preocupes. Óyeme, Raúl: mucha
antiaérea en el aeropuerto... Vamos a volver a preguntar, pero
tienen que estar al llegar. Hay otra cosa; si se forma mañana algo
por ahí, nosotros podemos mandarte ya, probablemente, la aviación.
La aviación ha actuado maravillosamente bien; la aviación ha actuado
perfecto (...) No lo puedo precisar, pero no hay que preocuparse.
¿Cómo? Sí, porque ellos insisten mucho, pero ellos tiraron sus
paracaidistas y todo por acá, hicieron un esfuerzo por apoderarse de
esto. Yo creo que el esfuerzo principal lo hicieron por ahí, por
Zapata. No se puede precisar, pero metieron muchos paracaidistas;
creo que todo lo que tenían. Muy alertas por ahí. Raúl: mucho
antitanque y mucha antiaérea. Apoya a la gente con antiaérea.
Después te mandarán, pero mucha antiaérea. Yo voy a averiguar lo de
los 400, cuándo salieron y por dónde. ¿Adónde? Yo no sé, pero voy a
averiguar. Mucha antiaérea y proteger a la gente, que ellos vienen
con aviones. Bien.
Oriente se preparó concienzudamente para la resistencia. Con su
historia rebelde y mambí, era "un hueso duro de roer". Lo fue en el
pasado y lo será siempre, y mucho más después de constituir,
desarrollar y fortalecer su "Señor Ejército".
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