FORO SOCIAL MUNDIAL

28-01-2003

Final de futuro

Orlando Oramas León
Enviado especial

PORTO ALEGRE, 27 de enero.— Como para demostrar que las causas de los pueblos y continentes no tienen fronteras, miles de participantes cerraron la III edición del FSM con una marcha mundial contra el ALCA, que devino tribuna de otras demandas insatisfechas de la humanidad.

Desde diversos puntos de la ciudad partieron ríos humanos a llenar el caudal de la esperanza, palabra que se repite aquí en boca de tanta gente sufrida y preocupada por el futuro de la humanidad.

Como estaba cubriendo las conferencias de la tarde del Gigantinho, me tocó partir con los miles que lo llenaron y se desbordaron por la avenida donde radica la Casa Cuba, que se convirtió en centro de reunión, descanso momentáneo y puntal de solidaridad con muchas de las causas aquí representadas.

De allí partió la delegación antillana, sumada al mar de pueblo del mundo, mientras en un camión alto uno de nuestros niños era quien, micrófono en mano, lanzaba las consignas reconocidas por todos, para admiración de la gente que le fotografiaba o miraba con asombro tanta revolución encerrada en cuerpo menudo y espejuelos refulgentes.

Fue un final de futuro, donde si se cumplen sus luchas el ALCA finalmente será derrotada, la guerra tendrá tal oposición que les saldrá el tiro por la culata, el bloqueo a Cuba será derrotado, Palestina será un Estado independiente, se preservará la vida humana, y por tanto, el capitalismo salvaje, la globalización neoliberal apenas podrá ser recordado como un capítulo negro e inevitable de la historia humana.

De ello hablaron representantes de varios continentes: los indígenas mexicanos por todos los de este lado, una mujer por África, un indio por Asia, también Europa tuvo voz aplaudida, y al final, no por decisión nuestra, fue una cubana, Aleida, cuyos pómulos son tan iguales como los de su padre, quien concluyó el evento de pueblo del III FSM.

Resistir, resultó su primera idea; vencer, que es decir Hasta la Victoria Siempre, fue la conclusión reconocida por múltiples voces, en la canción de Gerardo Alfonso, y el repentismo socialista de Pimienta. Otro mundo mejor es posible, continúa siendo la consigna de las próximas batallas.

   

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