FORO SOCIAL MUNDIAL

27-01-2003

Apoderarse de la verdad

La conciencia de que estamos siendo sistemáticamente engañados se está abriendo paso entre la gente. La precaución de no creer de primera vez, de aprender a leer o comprender lo contrario, se va convirtiendo en táctica de lucha.

Así al menos lo entienden muchos de los que en el mediodía caluroso de este domingo en Porto Alegre escucharon y apoyaron los pronunciamientos de Ignacio Ramonet.

Ya lo decía el director de Le Monde Diplomatique ante un auditorio que no perdía una sola de sus palabras: “Un capitalismo nuevo se ha instalado, ya no el industrial, sino el financiero y especulativo. Es la época en que el poder está concentrado en grupos económicos poderosos. Los tiempos del enfrentamiento fatal entre el mercado y la sociedad, entre lo privado y lo público, entre lo individual y lo colectivo, entre el egoísmo y la solidaridad”.

Se refirió a cómo las empresas globales tienen una influencia mayor que muchos gobiernos. Claro, son las que se reúnen por estos días en Davos.

Las dueñas de los grupos mediáticos, que no solo ejercen el poder sobre la información, también sobre la cultura. Son dueñas de todo lo que se escribe, ve, filma y transmiten, no en un país, en buena parte del planeta.

Ramonet recordó aquella época en que los medios de comunicación eran considerados el cuarto poder. “Ahora se unen al poder y se suman a la opresión del ciudadano. Mencionó a Venezuela y parecía que el Gigantinho se venía abajo con los aplausos. El Grupo Cisneros es el comando central de los golpistas contra Chávez, acusó. Y a continuación advirtió: “Puede suceder en Brasil o en Ecuador”.

Los medios de comunicación son utilizados como armas de combate y la información, por su multiplicación, hace que se encuentre literalmente contaminada, envenenada por toda clase de mentiras y distorsiones, remarcó.

“Nos quieren colocar en nuestro espíritu ideas que no son las nuestras o no deben serlas. Por eso hay que limpiar la información. Los ciudadanos deben movilizarse y exigir un respeto elemental por la verdad”, concluyó el reconocido periodista y ensayista. (O.O.L)

   

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