"Cuando están por largarse a
una guerra, ya están planeando dos más". Así define el
economista Jorge Beinstein el espíritu que anima la estrategia
guerrerista emprendida por la administración Bush. Para el director
del periódico mensual Enfoques Alternativos, la íntima relación
entre la situación de crisis económica mundial con centro en
Estados Unidos, y la inminente guerra contra Iraq, encuentra un
trágico parecido histórico con la Alemania de los años 30, bajo
el gobierno de Hitler. Continuando con la serie de notas destinadas
a desentrañar la táctica militarista del imperialismo, ofrecemos a
continuación el reportaje a Jorge Beinstein en el programa radial
¡Ni un paso atrás! del jueves 16 de enero de este año.
P: Como
siempre, aprovechamos tu condición de economista para abrir el
fuego con la primera pregunta referida al tema económico. En este
momento hay una gran crisis económica en Estados Unidos, recesión
y demás. ¿En qué punto se tocan esta recesión con la decisión
de Bush de comenzar la guerra contra Iraq?
JB: Hoy
aparecieron en los medios de comunicación internacional dos
noticias económicas muy fuertes. Una es la declaración de un alto
funcionario norteamericano, en la que el déficit que ellos están
pronosticando para el ejercicio 2003/2004, el déficit fiscal
norteamericano va a ser el más alto de toda la historia de los
Estados Unidos. Se supone que puede trepar a los 300 mil millones de
dólares. Una cosa fabulosa.
Y la otra noticia que ya apareció,
son los resultados definitivos de la tasa de crecimiento de la
economía alemana, que es el motor de Europa occidental, y contra
todos los pronósticos que lo daban un poquito más alto, es del
0,2%. Y Japón tiene crecimiento negativo.
Estamos frente a una recesión, que
ya es una depresión global, ya no se puede decir más que esto es
una recesión. Y el centro de esta depresión global son los Estados
Unidos. Que tiene al mismo tiempo una retaguardia social muy
frágil, no te olvides que Estados Unidos es el país con mayor
cantidad de presos del mundo, tiene dos millones de gente en
prisión, más que China que tiene mil trescientos millones de
habitantes. Entonces ellos están en una crisis económica terrible,
y lo que están haciendo es una fuga hacia delante tratando de
controlar mercados, materias primas —especialmente recursos
energéticos—, chantajear a los europeos, a los japoneses,
imponernos a nosotros en América Latina condiciones de sobre
explotación terribles. Yo diría que hay una especie de
"feedback" perverso, entre el hundimiento de la economía
norteamericana y la fuga militarista hacia delante. Cuanto más en
crisis están, más se largan a las aventuras militares.
Lo de Iraq es clarísimo, quieren
apoderarse de uno de los países con mayores recursos petroleros del
mundo, hay una causa económica pero, además, le meten el "pie
en el pescuezo" a los europeos.
P: Sabemos
que al momento de decidir una guerra son múltiples las causas que
se cruzan. En este momento de descomposición del imperialismo,
afianzar su condición de gendarme del mundo, ¿juega un papel
preponderante en la decisión de Bush de desatar esta guerra? ¿Te
parece correcto esto?
JB: Sí. Yo
diría que hay un doble juego de Bush.
Porque él por un lado trata de
imponer la mano militar sobre el mundo, es una cosa parecida a
Hitler, que en una Alemania en medio de su crisis va a una
militarización creciente, a la guerra y al desastre. Ese es el
condicionante externo.
Pero por otro lado, todo su grupo
está utilizando toda esta especie de loca guerra mundial, para ir
disciplinando a la población norteamericana. En Estados Unidos hay
un retroceso muy significativo, que con la excusa del 11 de
septiembre empezó a darse. Retroceso de las libertades
democráticas, distintas formas represivas que empiezan a
desarrollarse. Entonces es una doble cosa.
Yo, lo que te quisiera subrayar, es
que no hay que ver lo de Iraq como un conflicto lejano, porque no es
casual que al mismo tiempo que parecería que los norteamericanos se
lanzan con todo contra Iraq, el presidente Uribe, de Colombia, acaba
de pedir la intervención norteamericana para que bloquee Colombia.
Uribe, que es un títere completo de
los norteamericanos, no lo dijo porque se le ocurrió a él. Los
norteamericanos están en una lógica que a lo único que se parece,
si uno toma el siglo XX como referencia, es a lo que ocurrió con
Alemania en los años 30. Una dinámica militarista donde no les
alcanza con un frente de batalla. Cuando están por largarse a una
guerra, ya están planeando dos más.
P: ¿En el
caso de Latinoamérica por ejemplo, encontrás que una parte
principal de esta intervención es la necesidad imperiosa del
petróleo por sobre cuestiones más políticas o ideológicas?
JB: No, no.
Yo te di el caso del petróleo, pero es un complejo de dominación
política, de dominación económica.
En América Latina vos tenés el
petróleo, la expoliación de los mercados internos. Me parece que
hay que darse cuenta de que los norteamericanos, que han entrado
ahora en un proceso de decadencia muy fuerte, van a emplear la carta
militar.
Y nosotros en América Latina tenemos
que empezar a prepararnos para eso...
Y Colombia sea tal vez el punto de
ruptura, el lugar más duro del enfrentamiento con los
norteamericanos, pero no te olvides que ellos tienen bases muy
importantes —además de las que tienen en América Central—
tienen en Ecuador, tienen ya en Bolivia, en forma de intervención
directa.
Las tienen en Argentina. Esta gente
está empezando a intervenir. Yo creo que nosotros, aquí en
Argentina que estamos tan abrumados por nuestra crisis, a veces no
nos damos cuenta que estamos entrando en un proceso de
confrontación muy, muy grande.
P: En esta
fuga hacia delante, que busca apoderarse del petróleo, afianzarse
como potencia en el mundo, ¿creés que debemos esperar alguna
especie de reticencia a acompañar esta salida guerrerista de Bush
por parte de los países europeos, o no? ¿Habrá alguna colisión
de intereses?
JB: En este
momento hay una especie de frente común entre Francia y Alemania
para resistir la invasión a Iraq. Porque ellos saben muy bien que
si los norteamericanos se apoderan de Iraq, la víctima económica
van a ser ellos. No solamente porque los norteamericanos les van a
condicionar todo el suministro del petróleo sino porque la guerra
con Iraq va a provocar un alza en el precio del petróleo colosal,
que ya está superando los 30 dólares el barril, pero se va a ir a
arriba de los 50 dólares, por ejemplo.
Y eso va generar una recesión
tremenda en Europa, que este año ya ha entrado en recesión, pero
la guerra de Estados Unidos contra Iraq va a agravar todo esto. Y
entre otras cosas porque los europeos no han conseguido, digamos, la
alta burguesía europea, cohesionar a su población detrás de
objetivos militaristas, como en alguna medida lo consiguió Bush,
aunque yo creo que lo está perdiendo. Estaba viendo por Internet
algunas encuestas, que por ejemplo en Francia, en Alemania, donde
los porcentajes de población que se oponen a la guerra contra Iraq
son de entre el 70 y el 80%. ¡Es colosal!, prácticamente toda la
población...
P:
Beinstein, en los últimos números de Enfoques Alternativos hubo
una serie de notas referidas a la situación política en Bolivia, a
su realidad. Esta realidad hoy se ve sacudida por una serie de
movilizaciones de los campesinos cocaleros, los jubilados y demás,
que ya han dejado más de una decena de muertos y una enorme
represión. Contanos qué está sucediendo en Bolivia.
JB: Lo que
está pasando ahora lo pronostiqué ya en el número anterior de
Enfoques Alternativos, en el número 10, donde aparece un reportaje
que le hice en octubre del año pasado a Antonio Peredo, uno de los
sobrevivientes de los famosos hermanos Peredo, que acompañaron al
Che.
Antonio Peredo ha sido el candidato a
vicepresidente de Evo Morales, y es el actual presidente del bloque
de diputados del MAS (Movimiento al Socialismo) en el Parlamento
boliviano. Y cuando yo empiezo a entrevistarlo, le pregunto si él
cree que frente al gobierno de Losada, un gobierno absolutamente
irrepresentativo, si no vemos nuevas insurrecciones populares en
Bolivia, él no duda.
Y lástima que está impreso, porque
si escucharas la grabación, antes de que yo termine de formular la
pregunta, él me responde de manera tajante que sí, que van hacia
unas insurrecciones populares en Bolivia. Esto se veía venir desde
hace varios meses.
Que no es un tema solamente, como a
veces la prensa internacional lo presenta, de los campesinos
cocaleros de cerca de Cochabamba, en la zona del Chapare. Acá es
todo el modelo neoliberal que se aplicó en Bolivia desde mediados
de los 80, que se ha derrumbado. Entonces están los jubilados, los
campesinos cocaleros, del Chapare, los empleados públicos,
comunidades indígenas aymaras de las proximidades de La Paz. Es una
múltiple formas de rebeldía contra un sistema que está en una
decadencia muy profunda.
P: Si
unimos todos estos conflictos que se suceden en los países
oprimidos, vamos a incluir también a los países de Medio Oriente.
¿De qué forma puede repercutir todo este tipo de rebeliones, que
sin duda va a haber en la medida del incremento de la opresión y la
represión de Estados Unidos? ¿De qué manera creés que va a ser
la reacción?
JB: Yo lo
que creo es que Estados Unidos, entre otras cosas, apuesta a su
carta militarista porque está perdiendo el control del mundo.
Fijate el panorama de América
Latina, dónde ya no es Cuba sola, sino que ahora tenés esa
situación ambigua de Chávez, pero que de todas formas los
norteamericanos no lo controlan. La situación de Brasil, donde
tenían un gobierno totalmente sometido y ahora tienen un gobierno
con el cual están negociando. O la situación de Bolivia que está
en un proceso insurreccional. O la Argentina que es una incógnita
para ellos. No saben qué día en Argentina no hay otra vez
puebladas y se desmorona todo este débil sistema político que
queda acá.
Lo que está ocurriendo es que los
americanos están perdiendo el control del mundo, y además están
en crisis económica, y entonces lanzan estas cartas militares para
controlar el mundo, y especialmente con nosotros, con América
Latina.
Yo lo que creo, que al comenzar el
milenio, o este siglo, lo que se va perfilando en el mundo es una
suerte de guerra global contra el imperialismo. Que empieza en un
primer momento tomando formas masivas no muy violentas, como en
última instancia fueron los primeros momentos de la Intifada en
Palestina, o los primeros movimientos de masas en América Latina en
el post-neoliberalismo. Pero que se va radicalizando.
Si uno dijera cual va a ser el futuro
de América Latina en los próximos tres o cuatro, o cinco años, yo
creo que hay que mirar hacia Colombia. O sea, nosotros vamos hacia
confrontaciones cada vez más fuertes con el imperialismo. Que es al
mismo tiempo una confrontación con el capitalismo, porque hoy en
día hablar de burguesías nacionales es casi una cosa ridícula.
P: Te
hacía esta pregunta porque, como se ve luego de la guerra contra
Afganistán —una guerra de extermino de lo poco que había ahí—
y, sin embargo, no se ven efectos fortalecedores en el sentido de
dominación del imperialismo.
JB: Lo de
Afganistán demuestra precisamente que ellos hacen este despliegue
fabuloso, y lo que ocupan es el centro de Kabul, las afueras de
Kandahar y dos o tres lugares más.
No tienen capacidad como para
instalar —no sé— cien mil, o cincuenta mil soldados para
combatir como hacían en la época de Viet Nam o Corea.
Vos fijate que uno de los problemas
que tienen en Colombia es éste. Si ellos tuvieran que intervenir en
Colombia, tendrían que desplegar de cien mil a doscientos mil
soldados en el territorio.
¿Cómo les va a responder la
población norteamericana frente a una guerra abierta de este tipo?
La técnica que ellos han estado
usando a lo largo de los 90, y sobre todo en el último período, es
la de los bombardeos masivos y una baja capacidad para la ocupación
territorial. Entonces esto les plantea a ellos una contradicción
militar terrible.
Esto lo planteaba el general Colin
Powell, que decía que "no hay manera de rendirse ante un
avión". Incluso les pasó en los Balcanes, que hicieron estos
bombardeos, armaron estas ocupaciones medio raras, pero donde se
está generando un movimiento popular cada vez más grande de
confrontación con la OTAN, y eso yo creo que va a llevar a una
guerra, tarde o temprano.
Ellos están en esa contradicción,
que tienen que intervenir militarmente, no tienen una población
propia integrada como para meterla en guerras clásicas. Entonces
optan por estos esquemas de la guerra tecnológica.
Pensá lo de Iraq. ¿Ellos, que van a
hacer? Van a bombardear seguramente, de una manera salvaje. Ahora,
si ellos tuvieran que ocupar el territorio y combatir, tendrían que
desplegar en Iraq de cien mil a doscientos mil soldados por lo
menos, y va a haber miles de muertos norteamericanos. ¿Y que va a
pasar con la población de los Estados Unidos?